¿Quién los dejó entrar a Morena?

David Torres

Militante de Morena

En Morena hay militantes y simpatizantes que estamos atentos a la situación que acontece en nuestro partido, por ello, no pasa desapercibido el arribo de oportunistas, de chapulines que, a todas luces son representantes de la corrupción y del neoliberalismo.

En el municipio de Coacalco hay ejemplos de personas impresentables, pero Coacalco no es el único caso, esto también pasa en Ecatepec, Nextlalpan o Cuautitlán Izcalli, pero tampoco es un problema propio del Estado de México, este fenómeno se observa en el país. En cierta medida esto es resultado del éxito electoral de Morena, estos chapulines e impresentables ahora vienen a nuestro partido relamiéndose los bigotes buscando posicionarse para ganar algún puesto.

Hasta el momento, lo anterior no se presenta como una generalidad, de hecho, no todos somos iguales; sin embargo, el ingreso de los oportunistas va minando a nuestro partido con el crecimiento de sectores neoliberales que buscan mimetizarse, poniéndose la camisa de Morena. Ergo, ponen en práctica dinámicas propias de la corrupción y del neoliberalismo, tanto como servidores públicos y en la estructura del partido.

Ante esta situación una pregunta común entre los militantes y simpatizantes de Morena es: ¿quién los dejó entrar?Puede haber varias explicaciones, aquí brevemente planteamos algunas.

Formalmente en el partido Morena no existe un mecanismo u organismo que ponga freno a los aspirantes impresentables, aun cuando existen requisitos para su registro, como cartas compromiso, acreditar la formación política, entre otros, finalmente son procedimientos que atienden a formalidades.

En este sentido, tenemos la hipótesis de que el problema de fondo no es el ingreso de cualquier persona al partido. El tema son las fuerzas políticas y sociales que, al interior del partido, reproducen mecanismos y acuerdos que hacen permisivo el ascenso de personas ajenas a las causas de luchar por la justica. Lo anterior tiene como consecuencia la presencia de elementos corruptos y neoliberales que se insertan en la estructura o alcanzan a posicionarse como candidat@s.

Derivado de lo anterior, para que las y los candidatos puedan ser representantes del partido, necesitan “posicionarse”, es decir, ganar el reconocimiento de los ciudadanos, obtener la simpatía y el apoyo.

En esta situación es común que algunos aspirantes a la presidencia municipal, a regidurías, diputaciones, que al no tener presencia en los barrios, colonias o derivado de la inercia de pretender asegurar su posicionamiento ante la competencia, acuden a prácticas que delatan sus limitaciones políticas, metodológicas e ideológicas.

Dado que no han tenido un trabajo territorial, de organización, de concientización, de vínculo con las problemáticas comunes de los ciudadanos, además de que no saben cómo hacerlo y al parecer no tienen el interés de incorporar dinámicas de ponderar la organización colectiva, terminan reproduciendo prácticas que se limitan a la inversión de dinero para ganar el apoyo. Su trabajo se reduce a técnicas de mercadotecnia pretendiendo y/o aparentando que su persona, per se, ayuda a la gente, dichas conductas se caracterizan por un quehacer interesado individual.

En este sentido existe una responsabilidad de aquellos camaradas de dirección o referentes que, con facultad de dirección, que reconociendo el arribo de oportunistas y coincidiendo con el rechazo, se muestran pasivos.

Hacer caso omiso del arribo de oportunistas es un error; tampoco basta con desear desde nuestra voluntad la inconformidad y repudio, hace falta generar y fortalecer la fuerza social que sea capaz de impulsar candidaturas e iniciativas territoriales orientadas a la organización colectiva en torno a nuestro programa.

En suma, en Morena convergen diversas fuerzas e intereses que han permitido la inclusión en la estructura y como candidat@s a personas impresentables. Opinamos que los militantes y simpatizantes en congruencia y en apego a la transformación necesitamos fortalecer y crear espacios que abonen a ser partícipes del quehacer político antineoliberal y de izquierda.

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