Proa al futuro: la travesía de la historia

Dr. Dennis Saúl Miranda Palomares

Es necesario resaltar un acontecimiento histórico-simbólico para la historia de México y Cuba; el Granma se hizo a la mar la madrugada intempestiva del 25 de noviembre de 1956, cuya proeza se ha materializado con la develación, el año pasado, de una escultura a escala original del yate en el municipio de Tuxpan en el estado de Veracruz. Gracias tanto a las gestiones de las autoridades mexicanas como a las cubanas, de la mano de escultores cubanos y un periodista tuxpeño, lograron la hazaña de construir en tiempo récord tan importante símbolo de amistad y hermandad que representa la gesta heroica por alcanzar las mieles de la libertad y la justicia social, principios negados antes de llegada de Fidel al poder a la isla más grande del Caribe (https://acortar.link/I6gpuj).

Una pregunta se agolpa con fuerza en mi mente: ¿cómo fue posible que un yate construido en esencia para tener una capacidad de 20 pasajeros y tripulantes, con todo y los espacios concebidos para el almacenamiento de víveres, además, de ser un bote recreativo impedido a realizar travesías muy largas, pudiera navegar más de 7 días y cubrir cerca de 1987 kilómetros con una nave sobrecargada por los acopios, armamento y los 82 revolucionarios que zarparon de las playas mexicanas aquella madrugada para, finalmente, encallar frente al lugar conocido como los Cayuelos?

Aquella proeza sólo pudo haber sido viable gracias a los anhelos y esperanzas de quienes ofrendaron su vida en aras de transformar la realidad imperante en Cuba. Los hombres que llegaron a ese pequeño municipio de Tuxpan no sólo acudieron con la fuerza potenciadora de su voluntad, sino que, albergaban en su memoria las distintas hazañas que su pueblo había dado y preñados del coraje por haber visto caer a sus compatriotas en el asalto al Cuartel Moncada tres años atrás, no retrocedieron ni un milímetro hasta alcanzar la tan ansiada victoria. Sin duda, la resistencia a la represión iniciada a raíz del asalto, los encarcelamientos, los asesinatos, el trabajo clandestino para formar un pequeño ejército, han dejado una huella indeleble en la historia de nuestra América.

En el pensamiento de quienes abordaron el Granma no hubo mayor certeza que la de cambiar la situación de degradación humana a la que el régimen de Batista, en complicidad con la plutocracia estadounidense y la oligarquía cubana, habían producido en la Isla; poniendo de rodillas a su pueblo, cuya situación de miseria era imperdonable. Para ellos, tampoco hubo resignación ni se conformaron con abrazar un simple cambio de mando, la exigencia por un cambio radical que trastocara los cimientos del régimen se hacía apremiante dadas las circunstancias prevalecientes en la Isla.

Ni las inclemencias del clima, ni los estragos producidos por los mareos y la tensión inherente que debieron haber sentido al estar solos frente a la inmensidad del mar y la obscuridad envolvente al final del día, acabó con las ilusiones de configurar un futuro distinto para su amada patria. Los expedicionarios del Granma, también, nos mostraron un ejemplo de solidaridad tremendo que avizoraba el cambio que estaba por llegar a la isla: pese a haber fallado el plan simultáneo de alzamiento y desembarco, al acercarse a las costas cubanas y tratar de divisar la luz del faro de Cabo Cruz, Roberto Roque en uno de los intentos por encontrarla, cayó a las fauces del mar y, por órdenes de Fidel, se realizó la maniobra para ir en su búsqueda, no continuaron el rumbo hacia territorio cubano hasta haberlo regresado con vida al bote, el propósito se cumplió y no importó haber perdido combustible y cerca de una hora de navegación hacia el objetivo, la vida de cualquier ser humano es invaluable en cualquier circunstancia, es lo que esta acción nos ha demostrado.   

A pocos días de celebrar el sesenta y seis aniversario de la victoria del ejército rebelde sobre las fuerzas del régimen de Batista, resulta necesario mirar al pasado y recordar que este hecho no hubiese sido alcanzado sin el arrojo con que abordaron el yate Granma los 82 combatientes, sorteando así, tanto los fenómenos naturales como los legales al bordear con éxito las costas mexicanas de la península de Yucatán. Sin lugar a duda, la escultura del Granma develada el pasado 4 de diciembre del 2023, rinde también, homenaje al “Cuate” Conde, como era llamado Antonio del Conde, mexicano que fue comisionado por Fidel para gestionar los trámites de compra del yate, adquirido por un valor de cincuenta mil pesos de ese entonces.

Concluyo con una cita del más reciente libro de Katiuska Blanco, Fidel. Biografía de Fidel Castro Ruz: “EL 25 de noviembre de 2016, pocas semanas después de haber cumplido 90 años, con la solemnidad propia de todos los hechos de su vida, el Comandante Fidel desapareció físicamente el mismo día en que 60 años atrás, se enrolara en la expedición del yate Granma. Reemprendió así, proa al futuro, la travesía de la historia”.