Fortalecimiento notable del peso frente al dólar: costos y beneficios

Enrique Vera Estrada

La fortaleza de nuestra moneda refleja ante todo que la entrada de dólares a nuestro país es fuerte. Y eso proyecta que hay confianza en el actual gobierno mexicano y en sus políticas. Demuestra, también, que hay confianza entre los inversionistas extranjeros, quienes a través de sus inversiones han provocado una gran entrada de dólares a nuestro país. De la misma forma, la fortaleza cambiaria refleja que no hay grandes fugas o salidas de dólares del país. Ni los pagos de la deuda externa pública y privada, ni las crecientes importaciones han afectado la paridad cambiaria.

El peso mexicano ha seguido una vertiginosa tendencia hacia arriba respecto a la divisa reina a nivel mundial, que es el dólar estadounidense. El peso mexicano se encuentra en su nivel más fuerte desde hace casi diez años, es decir, desde 2015. Es importante mencionar que nuestro país maneja un tipo de cambio flexible, el cual obedece a la oferta y demanda de la divisa yanqui en nuestro país. El fortalecimiento notable del peso –o baratura del dólar si se le quiere ver— refleja claramente que el dólar es abundante y barato en estos momentos. A primera vista, el hecho de que el peso ya haya roto el “piso” de las 17 unidades por dólar estadounidense, parecería una buena noticia para nuestro país y nuestra economía. Pero ello, no es del todo cierto. Según vemos, la fortaleza del peso frente al dólar tiene un efecto positivo inmediato: que las importaciones que hacemos en dólares desde los Estados Unidos son más baratas, y ello ayuda mucho a contener presiones inflacionarias en nuestro país. De hecho, durante muchos años el Banco de México decidió “congelar” el tipo de cambio peso-dólar como herramienta fundamental para mantener la inflación en un nivel deseable. Ya se tenía consciencia de que la inflación no sólo provenía de una fuerte demanda agregada interna, sino que gran parte de esta inflación se colaba a través de la compra o importación de productos, bienes de capital y materias primas del extranjero. Y ya se sabe que la economía mexicana es una de las más abiertas de todo el mundo, si se considera la proporción de las importaciones y las exportaciones respecto a nuestro PIB. En México esa proporción rebasa el 50%. Por tal motivo, nuestras autoridades, en años pasados decidieron que la defensa del peso era algo crucial para la economía. Era necesario pues “anclar “ o congelar la paridad cambiaria para evitar un desorden macroeconómico grave en el país. Ello fue palpable en las grandes devaluaciones de fin de sexenio, que tuvimos durante todo el siglo XX. Las devaluaciones siempre se tradujeron en una hiperinflación que tenía que ser controlada a través de medidas dolorosas, como un alza importante de la tasa de interés dictaminada por el Banco de México, así como un congelamiento del gasto público y de los salarios de la clase trabajadora. El costo del debilitamiento del peso fue enorme.

El responsable de los niveles de inflación, de la salud del sistema financiero y del tipo de cambio es el Banco de México. Es son sus encomiendas fundamentales. En estos momentos nuestro banco central ha ejecutado bien sus funciones, ya que la inflación muestra una tendencia a la baja; el sistema financiero, sobre todo el bancario es robusto y sólido, así como la paridad cambiaria. Estos objetivos se logran a través la política monetaria, es decir, a través del suministro de dinero a través del crédito del sistema bancario.

Aunque el régimen cambiario actual es de libre flotación (que obedece a la oferta y demanda de dólares en el país) existe además ese tipo de cambio rígido o “congelado” que se mencionó anteriormente. Ese congelamiento del peso se pudo lograr gracias a que el Banco de México liberaba constantemente dólares al mercado mexicano, para lograr ese equilibro entre oferta y demanda. Para mantener un tipo de cambio fijo forzosamente se debe de contar con altas reservas internacionales, las cuales son consideradas como un “escudo financiero” que se puede utilizar cuando el tipo de cambio sufre movimientos abruptos o no deseados. El otro tipo de régimen cambiario, que se utilizó en la década de los años noventa en México fue la “flotación sucia “en la cual el peso flotaba en una banda establecida. Cuando el peso se empezaba a depreciar, el Banco de México soltaba dólares al mercado y con ello la paridad se mantenía dentro de una banda establecida previamente. Por el contrario, cuando el peso era fuerte –como en estos momentos– el Banco de México hacía compras masivas de dólares para regresar a ese nivel fijado en esa banda de flotación. El problema en su momento es que dicha banda era muy estrecha y por lo tanto implicó un gran derroche de dólares en posesión de Banco de México.

Ahora bien, en cuanto a beneficios y perjuicios de la fuerte apreciación del peso en este 2023, citando dos fechas recientes (16.77 pesos por dólar, para el 27 de julio de 202; y, 17.0193 para el 1 de agosto de 2023, según Banco de México) podemos mencionar primero las ventajas de la fuerte apreciación cambiaría:

En primer lugar, las importaciones o compras de productos, bienes de capital y materias primas son mucho más baratas, con lo cual, como se dijo, ayuda mucho a reducir la inflación. Cuando se presenta una depreciación cambiaria, lo que sucede de inmediato es que dicha inflación se dispara con celeridad. Las empresas compran insumos más caros, y esa carestía la trasmiten a sus precios de venta de los productos y servicios que ofrecen.

En segundo lugar, la deuda de las empresas privadas y del propio gobierno es más barata porque tienen que pagar dólares más baratos cuando el precio se aprecia.

En tercer lugar, los turistas mexicanos que viajan al extranjero salen ganando, pues con la misma cantidad de pesos pueden ahora comprar más dólares. La apreciación del peso es una especie de subsidio al turismo mexicano en el extranjero.

Sin embargo, también hay ciertas desventajas cuando el peso gana terreno de forma importante frente al dólar. Entre ellas encontramos:

Primero. Las familias que perciben remesas se ven afectadas, pues los dólares que reciben tienen un menor poder adquisitivo al ser más baratos. La apreciación cambiaria está afectando a las más de 7 millones de familias en condiciones de vulnerabilidad que ven en las remesas una entrada de recursos valiosa.

Segundo. La apreciación cambiaria puede ser considerada como un impuesto a las exportaciones mexicanas , ya que con dicha apreciación, los productos e insumos exportados salen más caros en los mercados internacionales y, por ello, sus ventas se reducen. El sector exportador se está viendo fuertemente afectado por la apreciación del peso mexicano.

El turismo extranjero también se ve afectado, pues quienes visitan México con dólares para gastar, ven que éstos tienen un menor poder de compra. Este costo se ha traducido en un incremento del costo de hasta un 15% para este sector. Y ya se sabe que el turismo es una valiosa fuente de divisas para nuestro país.

Tercero. La fuerte apreciación cambiaría, como se dijo, hace más baratas las importaciones o compras que se hacen desde el extranjero. Esta situación provoca una fuerte llegada de productos extranjeros al mercado mexicano. Con esta situación, muchas empresas se ven seriamente afectadas, pues el consumidor mexicano puede ver que puede comprar productos importados a un menor precio. Y, esta misma situación, según algunos especialistas, ha provocado quiebra de empresas, pero puede que en un futuro también genere un mayor desempleo. En momentos en que el peso se deprecia frente al dólar, muchas empresas mexicanas se ven favorecidas, pues la llegada de productos extranjeros es menor, y con ello sus márgenes de ganancia crecen, además generan más puestos de trabajo. Si en un momento dado los aranceles a la importación son bajos, la carestía del dólar que se da cuando se presenta una depreciación cambiaria puede compensar esa caída de los impuestos a la importación.

El tipo de cambio es una variable fundamental, que según muchos economistas no debería de ser cotizada, de acuerdo con la oferta y demanda de dólares, bajo un régimen de libre flotación. El fortalecimiento excesivo del peso es útil para mantener a raya la inflación, pero a su vez genera un serio perjuicio que sin duda frena el crecimiento económico. El tipo de cambo ideal no necesariamente es el más fuerte. El tipo de cambio ideal es el que garantiza un equilibrio de las finanzas externas (la balanza de pagos) que tiene un país. El tipo de cambio ideal es uno competitivo que fomente las exportaciones, pero que al mismo tiempo no genere presiones inflacionarias internas por el encarecimiento del precio de los insumos y productos importados. Recientemente el Consejo Coordinador Empresarial estableció que el tipo de cambio deseable para nuestro país se debería de ubicar en un rango entre los 18.50 y los 19 pesos por dólar. Esa paridad no es muy alta ni muy baja, es la de equilibrio.