Crimen sobre la tierra: a 60 años del asesinato de Rubén Jaramillo

Dossier

Tanalís Padilla ha señalado que la gesta de Rubén Jaramillo –pastor metodista, líder agrario, militante comunista– es la bisagra entre las luchas agrarias de la primera parte de la centuria pasada y las que se vinculan al horizonte abierto por la Revolución Cubana. Esta aseveración, por parte de una de las mayores especialistas sobre el tema, es de especial atención, pues nos permite también pensarlo como la articulacion entre aquellos momentos, con el momento represivo que se suscito en la década del sesenta.

En 1962, López Mateos se encuentra en un buen momento, al lograr equilibrar una posición propia frente a los Estados Unidos e internamente presumiendo su “extremismo izquierdista….dentro de la Constitución”. Sin embargo, en el ámbito del conflicto social, el puño se ha cerrado: primero sobre los ferrocarrileros, cuyas cabezas eran Valentín Campa y Demetrio Vallejo, después sobre los profesores del Movimiento Revolucionario del Magistario –traicionados a pesar de apoyarlo como candidato en 1958–, pero también sobre intelectuales y periodistas como David Alfaro Siqueiros o Filomeno Mata. El crimen de 1962 da inicio a un tipo de represión signada por el crimen de Estado. Si el ciclo previo produjo presos políticos durante largos periodos, como lo fueron Campa, Vallejo, Lumbreras, Encina y tantos otros comunistas, con lo ocurrido el 23 de mayo de 1962 aparece el asesinato como posibilidad de acallar a la disidencia.

Para conmemorar la gesta del dirigente agrario, militante del Partido Comunista Mexicano –como lo recuerda Mónico Rodríguez– y también cabeza del Partido Agrario Obrero Morelense, que conoció tanto la lucha legal como la ilegal, es que hemos rescatado cuatro textos publicados en la revista Política (fundada y dirigida por Manuel Marcué Pardiñas). Se trata de columnas de opinión de intelectuales entonces ligados al Movimiento de Liberación Nacional y con trayectorias diversas. Victor Flores Olea y Enrique González Pedrero eran académicos de prestigio creciente, cuya experiencia previa había pasado por la creación de la revista El Espectador, en tanto que Fernando Carmona y Jorge Carrión eran militantes e intelectuales de la izquierda, provenientes del Partido Popular y con una caudalosa experiencia política. Estas dos últimas figuras, quizá por su trayecto posterior en la ortodoxia del grupo Estrategia, no han sido lo suficientemente valorados. El crimen de Estado sobre Jaramillo y su familia marcó, a sangre y fuego, la tendencia que, por lo menos tres lustros, serían la ley: la guerra sucia, la represión descarnada, la ruptura de todo límite. Activar la memoria, preservar la herencia y vincularla con nuestro presente: esa es la tarea que nos hemos propuesto.

CE, Intervención y Coyuntura.