Tras las huellas de un debate sobre el poder y el Estado (Jonh Holloway, Jorge Veraza, Atilio A. Borón y Enrique Dussel)

Víctor Hugo Pacheco, Jaime Ortega Reyna y Javier Sainz Paz

 

Para quienes después de la Huelga de 1999 entramos a la UNAM, la primera década del siglo XX fue un periodo excepcional de mucha efervescencia y de búsqueda de caminos, desde los cuales buscamos reflexionar no sólo sobre la realidad mexicana, sino también acerca de la apertura latinoamericana que acontecía con el avance del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Esa primera década del siglo XXI fue excepcional para quienes queríamos formarnos en el marxismo, pues aunque esta tradición teórica estaba en franco estancamiento, contábamos con figuras claves del campo marxista que continuaban remando a contracorriente y poco a poco iban ganando terreno, al tiempo que avanzaban las luchas de los movimientos sociales y de los gobiernos progresistas que de nueva cuenta nos traían la necesidad de pensar al marxismo. 

Aunque no parecía muy claro, en esos primeros años del siglo XXI se abría una bifurcación de las izquierdas al momento de su recomposición en América Latina. Por un lado, el auge de los movimientos sociales, del zapatismo, de los movimientos altermundistas, del Foro Social Mundial, abrían la posibilidad de pensar en una posibilidad de un avance global, desterritorializado y antiestatista desde la izquierda. Sin embargo, también otra expresión iba ganado terreno poco a poco, una que nos devolvía a pensar la política desde los proyectos hacia las grandes mayorías, ancladas en las tradiciones nacionales y de reformulación del entramado institucional del Estado, con los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, de Lula da Silva en Brasil y de Néstor Kirchner en Argentina.

Producto de este ambiente y desde los movimientos antiestatalistas ligados al zapatismo, es que John Holloway publicó su libro Cambiar el mundo sin tomar el poder, el cual rápidamente se posicionó como una lectura de avanzada y de crítica del sistema capitalista. La trascendencia del libro fue completamente global y para algunos se volvió una especie de nueva biblia de la izquierda. Quizá lo más importante fue que puso de nuevo a consideración el asunto de la toma del poder como un tema de discusión de la izquierda. 

Desde un pequeño cubículo de la Facultad de Filosofía y Letras, el llamado Centro de Documentación y Difusión de la Filosofía Crítica, que como obedece a las prácticas de la izquierda pronto entraría en crisis y se dividiría en dos agrupaciones, una conservando el mote y otra autodenominándose Tiempos Modernos, organizó algo que para sus varias limitaciones parecía un debate ambicioso y trascendente al reunir a algunas figuras del marxismo para debatir las tesis de John Holloway, con las que dicho colectivo no coincidía. Así, se dispuso al panel con tres marxistas que cuestionaron a Holloway: Jorge Veraza, Atilio A. Borón y Enrique Dussel, quienes aceptaron entrar en la discusión. El evento tuvo por título: “Vigencia o no de la toma del poder en el marco de un proyecto emancipatorio”, y se realizó el 4 de mayo de 2004 en el Aula magna de la Facultad de Filosofía de la UNAM.

Seguimos pensando que este debate debería haber ganado una trascendencia mayor pues la calidad de los expositores lo ameritaba. Lamentablemente fue una discusión que se perdió en un tiempo en el que el horizonte de las redes sociales y el poco uso de los celulares no consignó el acontecimiento como hoy seguro habría sucedido. Fue un debate también que, aunque sea difícil de establecerlo en toda su importancia y sus aristas, antecedió a una serie de procesos políticos que tuvieron sagaz diversas.

La disposición del panel ciertamente era algo tendenciosa y, como se puede apreciar a la distancia, sólo Holloway jugaba en el terreno de lo que hoy podemos llamar el autonomismo, mientras que los otros tres participantes afianzaron con el tiempo su apoyo a los gobiernos progresistas. Dussel, Veraza y Borón no solo apoyaron a los llamados gobiernos progresistas, sino que fueron reconocidos como pensadores de suma importancia para los debates regionales y sobre la emancipación social. Así, los tres fueron reconocidos en fecha distinta como meritorios para el Premio Libertador Simón Bolívar que otorgaba el gobierno bolivariano de Venezuela. 

Rastros de este debate quedaron tanto en el espacio de la virtualidad de internet como en un par de publicaciones. De los pocos rastros que quedaron sigue vigente la nota que realizó la radio Ke huelga y por un tiempo los audios del debate estuvieron ahí a disposición, aunque lamentablemente no hubo más resguardo. Cabe decir que de entre los participantes, quien no desarrolló después el debate, al menos explícitamente, fue Jorge Veraza, a pesar de las diferencias de lectura que tenía no solo con Holloway, sino también con Dussel. Aunque quizá se pueda mostrar que, de manera indirecta, las distancias que Veraza tenía con Holloway en esos momentos reaparecen con la publicación de un libro que teórica y políticamente iría en un sentido opuesto, como lo fue el libro publicado un año después de dicho debate, La lucha por la nación en la globalización. (¿Quién lucha? ¿Y por qué tipo de nación?).

En ese momento la participación de Atilio A. Borón fue fundamental porque tanto él como Holloway ya habían establecido un debate previo sobre el tema. Holloway antes de publicar el libro ya había aventurado sus tesis sobre la negación de la toma del poder en un texto de 2001 titulado “El zapatismo y las ciencias sociales en América Latina”, señalando que “El gran aporte de los zapatistas ha sido romper el vínculo entre revolución y control del estado”. (p. 174) tesis que Atilio Borón crítico en “La selva y la polis. Interrogantes en torno a la teoría política del zapatismo” dónde, aceptando la importancia del zapatismo chiapaneco, ponía en igual importancia las experiencias del cono sur: 

Riqueza práctica que también se advierte en otras iniciativas transformadoras como las del «presupuesto participativo» que con tanto éxito pusiera en práctica el PT en Porto Alegre y, más recientemente, en el estado de Río Grande do Sul, Brasil. Experiencias muy valiosas si se examinan a la luz de una perspectiva socialista de larga duración, puesto que, en diferentes grados y bajo diferentes formas, ambas demuestran con hechos el realismo y la viabilidad del viejo proyecto marxista de reabsorción del estado por la sociedad civil, poniendo fin a la histórica distinción entre gobernantes y gobernados, y, de este modo, a la prehistoria misma de la humanidad. (Borón, 2001)

Aunque ahí estaban ya las diferencias centrales, el debate siguió con otra contestación de Holloway (2001b), reafirmando su rechazo a la toma de poder. Dos años después y ya con la salida del libro de Holloway, Borón volvió a la crítica señalando que el trabajo de Holloway era una expresión “del reflujo experimentado por las fuerzas populares a partir de finales de los años setenta”. Es decir, que asumía una postura derrotista al abandonar la toma del Estado. La respuesta, aunque elaborada, argumentaba cierta ceguera de Borón para no apreciar los cambios que las nuevas maneras de hacer política habían introducido. (Holloway, 2003) En México 2004 el debate no adquirió otro matiz de fondo. 

Por último, la participación de Enrique Dussel inició con Holloway una serie de intercambios que se dieron de manera presencial. El primero fue en ese mismo evento de la UNAM, y dos se dieron en la ciudad de Puebla, de estos solo quedó registro en video de la charla que mantuvieron en el Primer Encuentro del Buen Vivir, realizado el 12 de marzo de 2012. De todos los participantes Dussel fue el único que publicó su contribución la cual lleva el título de “Diálogo con John Holloway (Sobre la interpelación ética, el poder, las instituciones y la estrategia política)”, el cual apareció publicado en 2007 en el libro Materiales para una política de la liberación. La crítica que hizo Dussel a la propuesta de Holloway fue sobre la pertinencia de las instituciones en la regulación de lo social. Así, en el libro asentará: “Decir que hay que transformar el mundo sin ejercer el poder de las instituciones, incluyendo el Estado (que hay que transformar radicalmente digo yo, pero no eliminar) es la «falacia» en la que caen Negri y Holloway”. (p. 330) Aunque no quedó consigna de una respuesta escrita por Holloway, uno de sus colaboradores, ni tarde ni perezoso, salió a responder en un cruento y ácido texto, donde contraargumento: “Creer que las instituciones reproducen y desarrollan la vida es una invitación a depositar en el Estado lo que es patrimonio común nuestro, de la humanidad en lucha, es atribuir al Estado funciones que no posee, es esperar en vano, es sólo creencia, es tan sólo una ilusión, es condenarse a la pasividad que niega la propia vida”. (López, 2005)

Este debate que lamentablemente quedó sólo en el recuerdo de unos cuantos realmente puede ser tomado como una fotografía de la época, pues ya desde ese momento de 2004 se estaba bifurcando el proyecto de la izquierda latinoamericana en sus versiones progresistas y autonomistas; lo que ha pasado después solo confirma lo importante de las discusiones vertidas por los participantes que, más que una reconstrucción exhaustiva, queríamos ofrecer a modo de recuerdo de la disposición que Enrique Dussel tuvo para participar de eventos realizados por los estudiantes donde el voluntarismo siempre llevaba a algún lugar.

Referencias

Ariel F., N. G. Pagura (2004). “Pensar sin Estado, ¿riesgo o desafío?”. VI Jornadas de Sociología. Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. https://cdsa.aacademica.org/000-045/175.pdf 

Boron, A. (2001). “La selva y la polis. Interrogantes en torno a la teoría política del zapatismo”. Chiapas (12). México: Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM-Era.

————– (2003). “Poder, contrapoder y antipoder”. Chiapas (15). México: Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México-Era. 

“Enrique Dussel y John Holloway/Cambiar el mundo sin tomar el ¿Poder?/Encuentro del Buen Vivir”. (2013). David Ortega, https://youtu.be/GRzZVIUqi3Q?si=y4dxsxwbeCa_g4pm 

Holloway, J. (2001). “El zapatismo y las ciencias sociales en América Latina”, OSAL (4). Buenos Aires: CLACSO.

—————- (2001b). “La lucha de clases es asimétrica”. Chiapas (12). México: Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM-Era.

—————– (2003). “Gente Común, es decir Rebelde Mucho Más que una Respuesta a Atilio Borón”. Chiapas(15). México: Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México-Era. 

Ke huelga (2004). “El gran debate: Holloway, Borón y Dussel”, en https://kehuelga.net/archivos/lucha/poder/poder.html 

López, N. (2005). “Discrepando con Dussel. Debate Holloway-Dussel-Borón, en la UNAM”. Bajo el Volcán 9 (5). México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Veraza, J. (2005). La lucha por la nación en la globalización. (¿Quién lucha? ¿Y por qué tipo de nación?). México: Ítaca/Paradigmas y utopías. 

 

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