Reseña a Capital in Higher Education A Critique of the Political Economy of the Sector de Krystian Szadkowski

  • Reseña de Capital in Higher Education A Critique of the Political Economy of the Sector, Krystian Szadkowski, Palgrave Macmillan, 2023, 271 p.

Luis Martínez Andrade

Université Catholique de Louvain

Publish or Perish! (¡Publica o muere!) es la consigna entre algunos y algunas investigadoras que solo están interesados en publicar aburridos, acartonados y superficiales materiales para monetizarlos, en el caso mexicano, a través de programas como el PROMEP (Programa para el Desarrollo Profesional Docente) o mantener su estatus dentro del Sistema Nacional de Investigadores. El caso de los y de las investigadoras mexicanas no es una excepción. Esta dinámica se percibe, con diferentes matices, en casi todos los centros de investigación o universidades del planeta. Para algunos, este tipo de programas -también conocido como estímulos– sirve como “sucedáneo del salario”[1] y, para otros, contribuye al carrerismo académico[2]. De allí, la importancia de entender, desde una perspectiva marxista, cómo la lógica capitalista se expresa en un sector muy importante de la producción del trabajo inmaterial, esto es, en el sector de la educación superior. En ese sentido, Krystian Szadkowski, filósofo polaco y fundador de la revista Praktyka Teoretyczna, nos ofrece una importante obra para comprender la falsa “autonomía de la producción del conocimiento”, el peso de la cuantificación (High Impact Journal), el desarrollo de métodos de medición de productividad en el área del trabajo inmaterial, el papel de la subsunción formal y real del trabajo, el proceso de valorización en el sector de la educación superior, entre otros. Compuesto por diez capítulos, y acompañado de un interesante prólogo escrito por Richard Hall, el libro de Krystian Szadkowski examina el poder del capital (no solo en el plano material sino también en el nivel ideológico) en el ámbito de la educación superior.

A continuación, me gustaría presentar cinco ideas-fuerza extraídas del libro de Krystian Szadkowski con la finalidad de ponderar no solo su pertinencia en el estudio de la sociología de la educación sino su contribución en el desarrollo del pensamiento marxista contemporáneo.    

1. ¿Por qué Marx? Para nadie es un secreto que, desde el proceso de “transición a la democracia” experimentado por los países del Este europeo, y concretamente en Polonia, el marxismo fue desterrado de la academia a través de un encarnizado embate anticomunista (Sowa, 2013). Estudiado más como reliquia histórica que como método crítico, el marxismo fue presentado como una ideología entre muchas otras con la finalidad de consolidar el nuevo relato del fin de la historia. Mientras que pensadores como Karel Kosík son desconocidos por las nuevas generaciones[3], autores como Jan Patočka gozaron, y todavía gozan, de una gran popularidad entre los académicos de las universidades del Oeste europeo y de Estados Unidos. Por su parte, Szadkowski vuelve a colocar la cuestión del antagonismo (p. 45) en el centro del debate. Efectivamente, la contradicción entre capital y trabajo[4] sigue siendo necesaria para comprender la lógica destructiva del capital. De allí que, este filósofo polaco recupere algunos textos del joven Marx (por ejemplo, La Miseria de la filosofía de 1847) hasta los Grundrisse y, por supuesto, El Capital. Dicha recuperación puede observarse en los capítulos 4 (Capital) y 5 (Subsumption) del libro.

2. Crítica como movimiento. Apoyado principalmente en los aportes de Georg Lukács, John Holloway, Gigi Roggero, Mario Tronti y Toni Negri, el autor expone una crítica de la economía política de la educación superior. Dicha crítica no solo desmantela el mito de la educación (p. 26) como ámbito epistemológicamente autónomo, sino que es realmente una propuesta metodológica inspirada por el marxismo. Para Szadkowski, la dimensión ontológica es fundamental en las reflexiones marxistas (p. 29) y, por consiguiente, una categoría central es la del trabajo. El primer paso, nos recuerda el autor, es observar el “estado de las cosas”, es decir, la pseudo-concreción de las formas sociales coaguladas. El segundo paso, implica la búsqueda de su abolición. De allí el papel crucial de la crítica (p. 33). El capítulo 2 (Method) se inscribe en la línea de lectura dentro-contra-más allá del Capital y combina tanto los aportes del Marxismo abierto como los del operaísmo italiano para subrayar el carácter histórico y transitorio de la actual formación social. Simplemente una observación, que no demerita la manufactura de su exposición, es la omisión a la obra de Paulo Freire para quien la categoría de trabajo y praxis fueron centrales en su crítica a la forma de conocimiento hegemónico y, por consecuencia, a su mercantilización.  

3. Mercantilización de la educación superior. Siguiendo algunos planteamientos de K. Marx y de D. Harvey, el autor hace hincapié en el hecho de que el capital necesita estar en movimiento, esto es, continuar la búsqueda incesante de plus-valor (p. 84). Al respecto, Szadkowski aborda la emergencia del neoliberalismo y, principalmente, la configuración la Nueva Gestión Pública (NGP) en el establecimiento de nuevas formas de control: gestión, estándares de desempeño, competitividad, etc. El mercado, según el autor, será concebido como la panacea para resolver los problemas estatales, sociales y económicos (p. 64).

4. Culto a la cuantificación. Uno de los rasgos de la civilización moderna, burguesa y capitalista denunciado por Max Horkheimer y Theodor Adorno (1969) fue precisamente el papel de la racionalidad instrumental en el proceso de cuantificación. En ese sentido, Szadkowski reconoce “el poder del capital” (p. 125) materializado en la medición. Efectivamente, a través de parámetros de medición, cálculo y estandarización, el capital puede coagular el trabajo vivo así y, convertirlo, en trabajo abstracto. Al respecto, el autor nos recuerda el caso de Morris Llewellyn Cook (1872-1960), discípulo de un ingeniero norteamericano llamado Frederick Taylor, que intentó establecer algunos principios tayloristas en la gestión universitaria en aras de la productividad. Sin embargo, es hasta la década de los sesenta, a través de la Ley de Bradford (Bradford’s law) aplicada por Eugene Garfield en su Science Citation Index logra “medir el trabajo científico”. En el caso soviético, fue a través del trabajo de Alexei Gastev, de Vasilly Nalimov y de Zinadia Mulchenko que se promovió este tipo de prácticas fueron impulsadas. Así, para el autor “la invención de los análisis bibliométricos de la producción científica fue uno de los primeros ‘éxitos’ en la tentativa de cuantificar la calidad y la dinámica social en este campo [el de la ciencia] de producción” (p. 141).

5. Distinción, jugada ideológica. Antonio Gramsci apuntó que la dominación hegemónica no solo estaba basada en la coerción sino también en el consenso, es decir, las clases subalternas deben, de alguna manera, aceptar las reglas, convenciones o consignas del poder. En el campo académico, somos testigos cómo los investigadores e investigadoras han adoptado diligentemente las reglas impuestas, a través de los parámetros bibliométricos o de eficiencia, impuestas por la lógica del capital. Es allí donde el prestigio -como jugada ideológica- cumple un papel fundamental en la aceptación, consolidación y reproducción de estas normativas. De este modo, prestigio y medición van de la mano. El autor nos recuerda el papel de Robert K. Merton y su grupo de Columbia en el diseño de estrategias para estimular la competencia entre académicos, a través del sistema de citas, dando como resultado “la creación de un marco ideológico específico para el funcionamiento y legitimación en la medición del trabajo académico” (p. 171). Otra característica importante en el nuevo espíritu del capitalismo es lo que el autor identifica como “el comunismo del capital”, esto es, la trampa ideológica de la socialización de la producción y de la propiedad en función de los intereses del capital: los oligopolios de las editoriales académicas del capitalismo de acceso abierto (Open Access) es un ejemplo de ello.

Estoy convencido que el libro Krystian Szadkowski es un aporte de gran calado al análisis de la educación superior como sector que ha incorporado, reproduce y, en algunos casos, resiste a la lógica del capital. Valiéndose de conceptos caros al marxismo (plus valor, subsunción formal y real del trabajo, acumulación, entre otros), el autor nos muestra que los pilares de la dominación no son incólumes y, por tanto, pueden ser destruidos a través de una praxis social que tenga como horizonte los comunes. Es evidente que no esperamos nada de las y de los académicos cómodamente instalados en su respectiva “jaula dorada”.

Referencias:

Max Horkheimer y Theodor Adorno, Dialéctica del iluminismo, Sudamericana, 1969.

Ivan Landa, Joseph Grim Feinberg y Jan Mervart, Karel Kosík and the Dialectics of the Concrete, Brill, 2022.

James O’Connor, Natural Causes: Essays in Ecological Marxism, Guilford Press,1998.

Jan Sowa, “Un giro inesperado de la Ideología. Neoliberalismo y colapso del bloque soviético”, Revista Metapolítica, número 80, 2013, pp. 17-25.

Krystian Szadkowski, Capital in Higher Education A Critique of the Political Economy of the Sector, Palgrave Macmillan, 2023.

[1] https://mundonuestro.mx/content/2022-10-25/estimulos-academicos-y-precarizacion-salarial-en-la-buap-carlos-figueroa-ibarra

[2] https://revistacomun.com/blog/colegio-de-mexico-plagio-y-crisis-institucional/

[3] Recientemente fue publicado un interesante libro en torno a la obra de K. Kosík compilada por Ivan Landa, Joseph Grim Feinberg y Jan Mervart (2022).

[4] Por su parte, y desde una perspectiva eco-socialista, James O’Connor (1998) nos plantea la existencia de una segunda contradicción que contribuye al colapso climático.