Arte proletario cerdeño para David Alfaro Siqueiros [1]

Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez

Doctor en Historiografía por la UAM-Azcapotzalco

Este 6 de enero de 2024 se cumplen 50 años del fallecimiento del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. Su obra ha ocupado un lugar sobresaliente en la escena internacional, tanto por sus aportaciones plásticas como por sus planteamientos teóricos y políticos en torno a la función revolucionaria del arte. Aprovechando tal coyuntura, exponemos a continuación un episodio olvidado de la obra de Siqueiros, que nos da una idea de su trascendencia universal, un aspecto que quisiéramos enfatizar en la actualidad.

Una exposición-homenaje

En el mes de enero de 1975, cuando se cumplió un año de la muerte del muralista David Alfaro Siqueiros, el Instituto Italiano de Cultura en México organizó una exposición en su homenaje[2]. Detrás de la organización del evento estaba el artista cerdeño Giuseppe Sciola. En marzo de 1973 el muralista mexicano había recibido en su estudio a este joven escultor, quien ya despuntaba como un creador de relieve, al convertir la localidad de San Sperate (Cerdeña) en un pueblo-museo, con murales elaborados por los mismos habitantes de la localidad. Sciola llegó a Siqueiros por medio de un programa de la UNESCO y del Instituto Italiano de Cultura en México, trabajó como su ayudante, le solicitó un texto para su exposición inaugurada en abril de aquel año y se retrató junto a él[3].

David Alfaro Siqueiros junto a Giuseppe Sciola.  Fecha: Marzo de 1973. Fuente: Museo Sciola

La exposición de enero de 1975 se compuso de varias “Gigantografías” que reproducían imágenes de los murales de la comunidad de San Sperate, y de su realización por parte de sus habitantes. Entre los murales se encontraba uno dedicado: “A Siqueiros, A México, Al pueblo proletario”. El mural figuraba a un hombre sembrando la tierra, o eso parecer ser. El nombre del autor de este mural hoy lo desconocemos.

“A Siqueiros, a México, al pueblo proletario” Técnica: desconocida.  Autor: desconocido. Año: ca. 1974. Fuente: Excélsior, 19 de enero de 1975.

En otro mural se reproducía un semblante de Siqueiros acompañado por un poema escrito originalmente en sardo por el obrero Antonio Landis. El poema rezaba: 

  A David Alfaro Siquieros

  Los proletarios de San Sperate

                         

                          En la vida eras una bandera

                          siempre en primera fila de

    la lucha

genial en la pintura

compañero,

y, por los compañeros,

también encarcelado

La muerte ha venido a 

    llamarte

Alfaro no hagas caso

Conocemos tu testamento

Es un tesoro inmenso

    universal

Diez, cien, mil pinceles

Listos para pintar

Donde han dejado tus manos

seguimos hasta romper

las cadenas

Ve tranquilo, Alfaro,

No sientas pena.

Para escribir la historia

siempre habrá un muro

blanco[4].

Mural con poema dedicado a David Alfaro Siqueiros Autores: obreros de San Sperate. Autor del poema: Antonio Landis. Año: ca. 1974. Técnica y tamaño desconocidos. Fuente: https://m.facebook.com/ComuneDiSanSperate/photos/a.506965356035938/985831604815975/?type=3&mibextid=Nif5oz

El compañero Siqueiros

En la exposición de 1975 se exhibieron otras imágenes, sin embargo estas dos obras (mural y poema) nos interesan porque iluminan varios aspectos de la trascendencia universal de Siqueiros. En primer lugar, destaca la atracción de la figura de Siqueiros como epicentro del arte mundial. Para 1973, prácticamente último año de vida, el muralista estaba consolidado como una figura internacional. Sus talleres eran referencia de visita por parte de artistas jóvenes de todas las latitudes. Por lo menos, eso fue el caso del joven escultor Sciola, quien lo visitó con admiración en 1973.

Por otra parte, las dos obras de los obreros cerdeños animan a revisar nuevamente la vocación internacionalista de Siqueiros. Hay dos visiones en torno a la identidad del muralista en la historia[5]. Por un lado, se le liga con el proceso estético de la Revolución mexicana de 1910, llamado “El Renacimiento artístico mexicano”, específicamente con el muralismo, como un arte didáctico, público y propagandístico. Esta visión lo ubica como un personaje que edificó con su labor artística la estructura simbólica del México nuevo que emergió con la Revolución y que el régimen político usó para legitimarse. Por otro lado, hay otra visión que considera la obra de Siqueiros como una propuesta “transcultural”, con elementos ligados a una transformación de la sociedad entera, acorde con su militancia en el Partido Comunista, que no se limitaba a los valores del Estado-nación. La última etapa de vida del muralista ilustra muy bien la relación o contradicción entre estas dos visiones de su obra.

Los últimos tres años de vida de Siqueiros estuvieron imbuidos por el entusiasmo y el debate político interno que había despertado entre la intelectualidad mexicana el gobierno de Salvador Allende en Chile (iniciado en 1970); en parte por presentarse como una alternativa pacífica y electoral para implementar un régimen socialista[6]. El espacio político contradictorio surgido por este proceso condujo a Siqueiros a maniobrar con altos riesgos para su trayectoria comunista. El pintor hizo públicamente mancuerna con el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez, señalado como uno de los autores intelectuales de la masacre del 2 de octubre de 1968, que le ganó al muralista una crítica contundente de parte del Partido Comunista Mexicano y la contemplación de expulsarlo del mismo[7]. Igualmente, en diciembre de 1971, Siqueiros inauguró, con presencia del presidente Echeverría, su obra de mayores dimensiones, La marcha de la humanidad, en el Polyforum Cultural Siqueiros, con el subsidio del empresario Manuel Suárez, por lo que también fue duramente criticado[8].

Considerando como telón de fondo estos aspectos políticos contradictorios, llama la atención que las obras de unos habitantes de una isla en el Mar Mediterráneo (cuyos nombres hoy se difuminan en el tiempo) no hicieran referencia a ellos. En cambio, el poema y el mural proyectan al muralista mexicano como un “artista del proletariado” (lo llaman “compañero”), dispuesto incluso a los mayores sacrificios para hacer valer la causa obrera. Estas obras las podemos considerar, por lo tanto, un eco del trabajo político-artístico que Siqueiros puso en marcha en su trayectoria comunista, para ganar adeptos al movimiento obrero internacional, sin límites de índole nacional. Es seguro que Siqueiros se sintiera honrado con ese reconocimiento a su legado, aunque tal desvaneciera las contradicciones de su vida política que, quizá esté de más señalarlo, son inherentes a cualquier proceso revolucionario.

CODA

Según la información con la que contamos hasta ahora, los murales y el poema dedicados a Siqueiros en San Sperate ya no existen. Es posible que hayan sido borrados por la realización de alguno de los 300 murales que hoy se encuentran en el pueblo cerdeño. Una pista que nos condujo a indagar este episodio olvidado de la obra de Siqueiros la hallamos en el libro Cantares de la memoria (Editorial Planeta, 1994), del músico y artista plástico René Villanueva. En él se relata una gira que en 1975 el grupo musical Los Folkloristas realizó por Italia, incluyendo la isla de Cerdeña. Allí Villanueva se encontró con Giuseppe Sciola, a quien conoció en México un par de años antes, como discípulo del muralista Siqueiros. Según Villanueva, Sciola llevó a los integrantes del grupo musical a conocer los murales de San Sperate.                                 

[1] El presente trabajo es parte de una investigación más amplia sobre los últimos meses de vida de David Alfaro Siqueiros. Agradecemos a María Sciola, Directora General de la Fondazione Pinuccio Sciola, en Cerdeña, el apoyo al compartirnos información periodística sobre Giuseppe Sciola en México.  

[2]  “Homenaje a Siqueiros en Italia”, Excélsior, 19 de enero de 1975.

[3] Magdalena Saldaña, “Los murales, forma tradicional de comunicación del mexicano”, en Excelsior, 6 de marzo de 1973, 2-B. Véase además: “‘Pepe’, el de Cerdeña”, en Visión, 21 de abril de 1973, p. 48. Una nota biográfica de Sciola se puede encontrar aquí: https://www.fondazionesciola.it/portfolio_page/pinuccio-sciola/ (Consultado el 16 de agosto de 2023)

[4]Excélsior, 19 de enero de 1975. 

[5] Sobre etas dos visiones recomendamos el artículo de Alicia Azuela de la Cueva, “Militancia política y labor artística de David Alfaro Siqueiros: de Olvera Street a Río de la Plata”, en Estudios de historia moderna y contemporánea de México, 2008, número 35, pp.109-144. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid =S0185-26202008000100004 &lng=es&nrm=iso>

[6] Claudia Fedora Rojas Mira, Las moradas del exilio. La Casa de Chile en México (1973-1993), México, UNAM, 2019.

[7]  Valentín Campa, Mi testimonio. Memorias de un comunista mexicano, México, Cámara de Diputados LXV Legislatura, 2022, pp. 94-95.

[8] Guillermina Guadarrama Peña, La ruta de Siqueiros. Etapas en su obra mural, México, 2010, pp. 171-182.