Octavio Paz y el arte de surfear las coyunturas de la historia

 

Leonardo Meza Jara

I.- A lo largo de su trayectoria como escritor, Octavio Paz aprendió a surfear entre las coyunturas de la historia, que por momentos fueron convulsivas. En septiembre de 1936, el escritor mexicano publicó “¡No pasarán!” Este es un poema comprometido, cuyo filo político e ideológico es muy notorio. La publicación de “No pasarán” le abrió la puerta a Paz, para ser invitado al Segundo Congreso de Escritores e Intelectuales Antifascistas realizado en España, en julio de 1937. Entre los biógrafos y críticos de Paz, se coincide al afirmar que la publicación de este poema resultó clave para que el mexicano asistiera al congreso antifascista, donde se reunieron los intelectuales que militaron y/o simpatizaron con el estalinismo y la causa antifranquista en España. 

«El poema “¡No pasarán!” había sido su visa para ir a la madre patria aun cuando no fuera un militante de la LEAR, cosa que le había sido criticada e incluso remilgada. Pese a las reacciones de hostilidad que despertó el viaje de Paz a España. El encuentro cristalizó y Paz participó en el Congreso.» (Guedea, 2020).

Este poema fue escrito y publicado en una coyuntura que fue aprovechada por Octavio Paz, para proyectar su obra en el plano internacional y generar una serie de amistades y relaciones con escritores de Europa y América Latina. Durante ese viaje a España, Octavio Paz conoció personalmente a escritores como: Antonio Machado, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Luis Cernuda, Pablo Neruda, Luis Cardoza y Aragón, Vicente Huidobro y César Vallejo. El mismo Paz plantea que uno de los beneficios que se generaron por el viaje a España, fue conocer “a un grupo de escritores cercanos a la revista Hora de España: María Zambrano , Arturo Serrano Plaja, Ramón Gaya, Juan Gil-Albert, Antonio Sánchez Barbudo y otros.” (Obras completas VI, P. 25).

Las amistades y relaciones que Paz estableció a partir de su asistencia al segundo congreso antifascista, lo colocaron en las grandes ligas de la literatura hispanoamericana y francesa. El Octavio Paz anterior al año 1937, no es el mismo que el Octavio Paz posterior. Aquel congreso, le permitió al escritor de apenas 23 años de edad, colocar su obra en los circuitos de la intelectualidad internacional, que en ese entonces giraba alrededor del estalinismo soviético y la guerra civil española.

II.- Entre los poemas comprometidos de Octavio Paz, destacan “¡No pasarán!”, “Elegía a un compañero muerto en el frente” y “Entre la piedra la flor”. Estos tres poemas fueron escritos en el mismo momento histórico, entre los años de 1934 y 1940, en una coyuntura en la que los intelectuales se inclinaron hacia el socialismo que tuvo como eje a la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y la Tercera Internacional, que en esos años dejó en claro su posicionamiento antifascista.

En México, este momento histórico se caracteriza por el gobierno de izquierda de Lázaro Cárdenas y el predominio de la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios), que abiertamente apoyó a la Unión Soviética y se volvió dominante en el ámbito del arte. Paz no perteneció a la LEAR e incluso su asistencia al congreso antifascista de 1937, generó diferencias con esta organización de intelectuales marxistas.  La invitación realizada a Octavio Paz para asistir al congreso que tuvo como sede principal Valencia, España, no fue una propuesta de los integrantes de la LEAR, sino de los mismos organizadores, entre quienes se identifica la intervención de Pablo Neruda.

El poema “¡No pasarán!” fue publicado originalmente en México el 30 de septiembre de 1936, con una edición de 3,500 ejemplares. La publicación y distribución cuantiosa de este poema en la coyuntura de la guerra civil española, tuvo objetivos evidentemente propagandísticos (Efraín Huerta citado por Stanton, 2004). Un mes después de publicado en México, este poema fue dado a conocer en una revista de Costa Rica, que amplió su difusión hacia América Latina.

«El 31 de octubre (1936) ¡No pasarán! figuró en la portada de la revista costarricense Repertorio Americano, acompañada de una ilustración antifascista de Williamk Gropper, la cual fue remitida por el propio Paz. El editor en jefe de la publicación era Juan García Monge, quien impulsó su difusión a nivel continental» (Adame, 2017).

El poema “¡No pasarán!” fue leído por Octavio Paz durante uno de los eventos del segundo congreso antifascista, el 14 de julio de 1937. Y ese mismo año fue publicado en un libro que compiló poemas de corte amoroso y político del autor mexicano: “Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España” (1937). El adjetivo “otros” que está presente en el título del libro antológico de Paz, es una anticipación al desprecio que el escritor mexicano mostraría posteriormente por sus poemas comprometidos. El contenido del poema “¡No pasarán!” es evidentemente político e ideológico:

«… No pasarán.

amigos, camaradas,

que no roce la muerte en otros labios,

que otros árboles dulces no se sequen,

que otros tiernos latidos no se apaguen,

que no pasen, hermanos.

Detened a la muerte.

a esos muros siniestros, sanguinarios,

oponed otros muros;

reconquistad la vida detenida,

el correr de los ríos paralizados,

el crecer de los campos prisioneros,

reconquistad a España de la muerte…»

Este poema está escrito bajo la lógica del amigo-enemigo. Esto queda claro en la referencia del segundo verso citado: “amigos, camaradas”. Paz se refiere a quienes desde la simpatía o la trinchera tomaron la causa del republicanismo español. El escritor mexicano se asume como un “amigo” o “camarada” de esta causa y hace uso de su pluma para escribir un poema incendiario. Desde los primeros versos de este poema, que fue escrito dos meses después de iniciado el golpe militar franquista, se identifica el lenguaje de las vanguardias poéticas que condujeron a Paz al surrealismo:

«Como pájaros ciegos, prisioneros

como temblantes alas detenidas

o cánticos sujetos,

suben amargamente

hasta la luz aguda de los ojos

y el desgarrado gesto de la boca,

los latidos febriles de la sangre,

petrificada ya, e irrevocable:

No pasarán.

 

Como la seca espera de un revólver

o el silencio que precede los partos

escuchamos el grito

habita en las entrañas

se detiene en el pulso,

asciende de las velas a las manos :

No pasarán…»

A lo largo del poema, la frase que le da forma al título “No pasarán”, se repite de forma reiterada cumpliendo una doble funcionalidad. Por un lado, esta frase tiene una funcionalidad estética que está relacionada con el ritmo vertiginoso que se le imprime al poema. Por otro lado, esta mención cumple la función de una consigna de carácter político y militar. El verso “¡No pasarán!”, que en el título del poema es anotado de forma exaltada entre signos de admiración, se erige como una trinchera metafórica en el contexto de la guerra civil española.

Octavio Paz levantó una trinchera estética y política a favor de la causa republicana y en contra del franquismo. Este poema representa un muro para impedir el avance del fascismo en España y Europa. Aunque décadas después, el mismo Octavio Paz trataría este poema con desprecio, marginándolo de su obra poética.

III.- Otro de los poemas comprometidos de este autor lleva por título: “Elegía a un joven muerto en el frente”.  Este poema puede ser escuchado en la propia voz de Paz. El audio proviene de una grabación realizada el mismo año de 1937, en la que participaron el mexicano Octavio Paz y el cubano Alejo Carpentier. La lectura realizada por Paz de este poema está alojada en el archivo “ZonaPaz”, que ha sido elaborado y cuidado por Guillermo Sheridan (https://soundcloud.com/zonapaz/octavio-paz-y-otros-con-alejo-carpentier1937fragmento-de-paz-leyendo).

Paz escribió este texto en 1936, creyendo que en las primeras batallas de la guerra civil española, había sido asesinado José Juan Bosch, quien fue su compañero de estudios. Ambos se conocieron en 1929, mientras cursaron el tercer año de secundaria y compartieron pupitre. La amistad entre Paz y Bosch quedó atravesada por una permanente agitación política en el ámbito estudiantil.

Derivado de su militancia comunista y su notorio activismo, Bosch fue exiliado de México y regresó a España, donde siguió participando en organizaciones de izquierda. El mismo Paz, relata que les llegaban hasta México noticias de Bosch:

«De tiempo en tiempo nos llegaban noticias (de Juan Bosch). Uno de nosotros recibió una carta en la que contaba que había padecido penalidades en Barcelona y que no lograba ni proseguir sus estudios ni encontrar trabajo… Estalló la guerra en España y todos sus amigos lo imaginamos combatiendo con los milicianos de la FAI. Uno de nosotros, al leer en un diario una lista de caídos en el frente de Aragón, encontró su nombre. La noticia de su muerte nos consternó y nos exaltó. Nació su leyenda: ya teníamos un héroe y un mártir.» (“Obras completas. Tomo 11”, 1997).

La supuesta “heroicidad” y el “martirio” de Bosch, llevaron al mexicano a escribir el poema “Elegía a un joven muerto en el frente”. Durante su estancia en el congreso antifascista de 1937, Paz leyó este poema y en el mismo momento, se enteró que José Juan Bosch estaba vivo:

«Al final de mi estancia, en Barcelona, unos días antes de mi salida, la Sociedad de Amigos de México me invitó a participar en una reunión pública… El día indicado, a las seis de la tarde, me presenté en el lugar de la reunión. El auditorio estaba lleno. Música revolucionaria, banderas, himnos, discursos. Llegó mi turno; me levanté, saqué el poema de mi carpeta, avancé unos pasos hacia el proscenio y dirigí la vista hacia el público: allí, en primera fila, estaba José Bosch. No sé si la gente se dio cuenta de mi turbación. Durante unos segundos no pude hablar; después mascullé algo que nadie entendió, ni siquiera yo mismo; bebí un poco de agua pensando que el incidente era más bien grotesco y comencé a leer mi poema, aunque omitiendo, en el título, el nombre de José Bosch.» (Ibidem.).

Más allá de la sorpresa de mirar al amigo a quien supuso muerto, el desconcierto de aquel reencuentro vino al día siguiente. A la salida del recital, Bosch abordó a Paz y le entregó un mensaje “garabateado” en un papel, donde le pedía hablar a solas, solicitándole, “reserva absoluta” y que “destruyese su mensaje”.

Al día siguiente se encontraron en unas Ramblas de la ciudad de Barcelona, Bosch le confesó a Paz, ser acusado de traidor a la causa y perseguido por el Servicio de Información Militar del ejército republicano español. José Juan Bosch no había sido asesinado en las primeras batallas de la guerra civil española. No era un “héroe” o un “mártir”. Sino que se había convertido en un perseguido político del republicanismo y el estalinismo, que se lanzaron contra cualquier indicio de incongruencia o traición.

Durante la coyuntura del segundo congreso antifascista, la persecución política del estalinismo hacia los militantes e intelectuales marxistas señalados por sus inconsistencias, comenzó a mostrarse descarnada. Bosch fue uno de los muchos perseguidos políticos. El reencuentro entre Octavio Paz y Juan Bosch fue uno los múltiples acontecimientos que comenzaron a sembrar dudas en el poeta mexicano, en torno al estalinismo.

IV.- El tercero de los poemas comprometidos que han sido más reconocidos en la obra de Octavio Paz es “Entre la piedra y la flor”. En torno a este poema se identifican una serie de reescrituras entre los años de 1941 y 1976, que hacen notar el revisionismo del autor. Este ímpetu revisionista lo mismo tiene componentes estéticos que políticos. Guillermo Sheridan se refiere a este texto como un “poema mutante”, identificando al menos cinco versiones en los años de 1937, 1941, 1956, 1968 y 1976 [“Versiones y reversiones: Entre la piedra y la flor (el poema de Mérida)”, 2020].

¿Qué tanto los cambios realizados a este poema de manera reiterada por Paz, fueron motivados por decisiones estéticas o políticas? Esta es una pregunta que resulta difícil de responder y tiene que ver con el conflicto que Paz observa desde joven, en las relaciones que se establecen entre la poesía y la historia. El primer ensayo escrito por Paz, que fue publicado en la revista “Barandal” en 1931 (“Ética del artista”), analiza las relaciones que se establecen entre la historia y la poesía, entre la posibilidad de escribir un “arte de tesis” (una poesía comprometida, de corte político) o un “arte puro” (una poesía distanciada de lo político, que pondera la belleza en el plano estético).

El conflicto que se establece entre poesía e historia, entre arte puro y arte comprometido, persiguió a Paz a lo largo de su carrera. Esto se identifica en el título del Tomo I de sus obras completas: “La casa de la presencia. Poesía e historia” (1994). Desde luego que este territorio dubitativo se hace presente en las repetidas reescrituras del poema “Entre la piedra y la flor”.

En una carta que Octavio Paz le envía a Elena Garro, el 10 de abril de 1937, se refiere la primera versión escrita de este poema:

«Tengo casi lista la primera parte de un poema. Trata del henequén. Del hombre esclavizado por el cielo y la tierra terrible de Yucatán. El henequén, que debía salvarlo del hambre que asoló la cultura maya… y la época colonial, no hizo sino esclavizarlo más. El hambre siguió. Y los canallas que aquí controlan la vida (descastados y vendidos, feroz y despiadada burguesía de violadores y traidores, silenciada por la casta de los intelectuales) han construido Mérida y los ferrocarriles y todas las flores y los panes y los jardines con esa sangre india mestiza. En la primera parte está el paisaje, físico y moral. El suelo, el cielo, el henequén, el hombre. Es la parte más fácil. Después vendrá lo otro. Un poema grande, un libro casi. En total, algo que puede ser la obra de la que es preludio el No pasarán… Pero más maduro. Más equilibrado. Casado contigo, comunista y joven humano…»

En esta carta escrita unos meses antes de viajar al segundo congreso antifascista en España, además de asumirse casado con Garro, el poeta mexicano se asume como “comunista y joven humano”. En varios estudios realizados de “Entre la piedra y la flor”, se identifica una influencia de Marx en la escritura de Octavio Paz. En la versión de 1941 y en otras posteriores aparece el símbolo del “dinero”, cuyo significado se plantea como una rueda de perdición de la humanidad:

«¡Oh rueda del dinero,

que ni te palpa ni te roza

y te deshace cada día!

Ángel de tierra y sueño,

agua remota que se ignora,

oh condenado,

oh inocente,

oh bestia pura entre las horas del dinero,

entre esas horas que no son nuestras nunca,

por esos pasadizos de tedio devorante

donde el tiempo se para y se desangra.

¡El mágico dinero!

Invisible y vacío,

es la señal y el signo,

la palabra y la sangre,

el misterio y la cifra,

la espada y el anillo…

¡El mágico dinero!

Sobre tus huesos se levanta,

sobre los huesos de los hombres se levanta…

Porque el dinero es infinito y crea desiertos infinitos…»

Es muy notoria la influencia de Marx en la escritura del poema “Entre la piedra y la flor”. El fragmento citado puede ser analizado a partir de los conceptos de “valor de cambio” y “valor de uso” que Marx plantea en “El capital”. Paz no negó la influencia de Carlos Marx, aunque esta influencia fue desplazada a la largo de su obra. Al analizar la “enajenación” en una entrevista que Claude Fell le realizó al escritor mexicano, se hacen notar las preferencias por Nietzsche o Freud, y no por Marx:

«Pero yo creo que la enajenación consiste, fundamentalmente, en ser otro dentro de uno mismo. Esa enajenación es el fondo de la naturaleza humana y no de la sociedad de clases. Estoy más cerca de Nietzsche y de Freud que de Marx y Rousseau» (1975).

En 1941, Paz publicó el poema “Entre la piedra y la flor” concibiendo las condiciones de los indígenas yucatecos bajo el pujante dominio de la siembra y la comercialización del henequén, desde una lógica anticapitalista, marxista. Las posteriores reescrituras de este poema fueron cambiando esta visión, hasta el momento de renegar abiertamente del marxismo y la poesía comprometida que escribió en su juventud. En la última versión de este poema, publicado en el Tomo 11 de las obras completas del autor, Paz se refiere con duda e incluso con desdén hacia este texto:

«En 1937 abandoné, al mismo tiempo, la casa familiar, los estudios universitarios y la Ciudad de México. Fue mi primera salida. Viví durante algunos meses en Mérida (Yucatán) y allá escribí la primera versión de Entre la piedra y la flor. Me impresionó mucho la miseria de los campesinos mayas, atados al cultivo del henequén y a las vicisitudes del comercio mundial del sisal… Quise mostrar la relación que, como un verdadero nudo estrangulador, ataba la vida concreta de los campesinos a la estructura impersonal, abstracta, de la economía capitalista… Entre la piedra y la flor se editó varias veces. En 1976, lo releí y percibí sus insuficiencias, ingenuidades y torpezas. Sentí la tentación de desecharlo; después de mucho pensarlo, más por fidelidad al tema que a mí mismo, decidí rehacer el texto enteramente. El resultado fue el poema que ahora presento —no sin dudas: tal vez habría sido mejor destruir un intento tantas veces fallido.»

En sus memorias y en varias de las anotaciones críticas, Octavio Paz renegó de la poesía comprometida que escribió en sus años de juventud. Esos textos se convirtieron en una presencia incómoda, pero imposible de ser negada.

Bibliografía

Adame A. G. (11 de noviembre de 2017), ¡No pasarán! Historia de una transición intelectual, Confabulario, suplemento cultural de El Universal.

Guedea R., Octavio Paz. “No pasarán”, el poema que trascendió su tiempo, Revista de Estudios Literarios, Num. 10, enero de 2020.

Paz O., Charlatana Helena… Helena mía. Una carta de Octavio Paz, revista Letras Libres, 1 de noviembre de 2021.

Paz O., Ideas y costumbres. La letra y el cetro. Usos y símbolos. Obras completas VI (2014), Fondo de Cultura Económica, México.

Paz O. Obra poética I. Obras completas 11 (1997), Fondo de Cultura Económica, México.

Paz O., Vuelta a “El laberinto de la soledad”. Conversación con Claude Fell, en: El laberinto de la soledad. Posdata. Vuelta al laberinto de la soledad (2002), Fondo de Cultura Económica, México.

Sheridan G., Versiones y reversiones: Entre la piedra y la flor (el poema de Mérida) [2020], en: https://zonaoctaviopaz.com/detalle_conversacion/290/versiones-y-reversiones-entre-la-piedra-y-la-flor-el-poema-de-merida/

Stanton A., La poesía de Octavio Paz durante la guerra civil española (2001), Actas del XIV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: New York.