Noroña: el revolucionario social de la 4T

Jonatan Romero

Gerardo Fernández Noroña es un político mexicano que, como dijo el 06 de septiembre de 2023, soñó con ganar. Eso nos recuerda la vieja máxima que al pueblo nada se le otorga gratuitamente y todo lo que consigue lo hace con uñas y tierra. Su experiencia política también es la de la clase trabajadora: luchar, caerse, levantarse y volver a luchar y así hasta la victoria. Su voz era necesaria en estos tiempos de cambio, cuando la civilización burguesa se cae a pedazos se hace necesario un horizonte político radical. Un hijo del pueblo quiso asaltar el cielo; aunque no se logró ganar la encuesta, se avanzó mucho en este proceso revolucionario.

Una mirada panorámica debería resaltar que el primer objetivo ganado por parte del diputado con licencia fue que su perfil marxista se popularizó masivamente, y que, en otro momento, sería muy complicado utilizar una plataforma nacional y, de esta manera, hubiera sido muy difícil aprovechar el eco social que ofrece una coyuntura de este calado. Noroña hizo un papel más que digno, porque él se convirtió en el segundo pedagogo revolucionario que intensificó la importancia de ser radical en tiempos de la 4T. El pueblo de México ha escuchado en todos lados porque la humanidad debe cambiar el sistema económico y de la necesidad de que todos tengamos asegurado tres comidas al día. Aunque Valentín Campa y Rosario Ibarra hicieron la proeza antes de Noroña, aquí la diferencia radica en que la tribuna mediática fue más amplia y el mensaje llegó más lejos.

Marx y Rosa Luxemburgo decían que solo el pueblo puede salvar al pueblo. Noroña apostó toda su energía a la clase trabajadora, porque la política no solo se trata de dinero y negociaciones en lo oscuro, sino que la izquierda debe abrir el camino a una forma nueva en donde el protagonista sea la sociedad. Sí la revolución dentro de la revolución podría triunfar en este proceso, solo se necesitaba la voluntad del pueblo. El diputado con licencia dijo una vez, háganme suyo políticamente hablando. Las asambleas o “las carpitas” se convirtieron en una escuela revolucionaria que la izquierda no puede olvidar más allá del resultado. Luchar por la emancipación de la clase trabajadora también es buscar una revolución en su conciencia.

En las asambleas informativas, la defensa a la 4T era el eje central del proceso democrático y, en ese sentido, Noroña hizo un papel bastante interesante. La derecha criticó los libros de texto, entonces Noroña salió a defender los materiales diseñado para las escuelas públicas. Algunos afirmaban los supuestos vínculos entre Obrador y la agenda 2030, por otro lado, Noroña rebatía esas insidias de supuestos compañeros de izquierda. La derecha criticaba el supuesto carácter antidemocrático de este gobierno y Noroña le daba claridad a la audiencia sobre los logros de esta gran transformación. A cada paso y en cada momento, la lucha por la Coordinación Nacional se convirtió en un espacio para demostrar el perfil radical dentro de la 4T.

Pero, la cualidad más importante radicó en el énfasis de la profundización de esta transformación y, por ende, colocó dos dimensiones muy importantes para entender la relevancia de este proceso. Primero, la derecha no se va a detener en su golpe mediático a este proyecto y segundo, la izquierda no puede detenerse y tampoco mantener el ritmo hasta ahora llevado por el presidente de la república. La gente debe saber en este punto que la coordinación no solo es una búsqueda de interés personal, sino ahí se juega un estilo de gobernar muy específico. La patria se puso por delante todo este tiempo y, en ese sentido, Noroña se convirtió en un defensor de esta y por supuesto del proyecto de la 4T.

Sobre lo anterior, el texto hace un primer matiz que va sobre el golpe blando en México. Noroña difundió ampliamente el libro de Arantza Tirado junto con sus ideas: primero, el libro Lawfare fue publicado desde la Cámara de diputados y, segundo, el pueblo de México escuchó de la voz del diputado con licencia las tesis del anterior texto. La lucha política no es contra los perfiles de la 4T, sino la guerra civil será en contra de la derecha y sus mecanismos de agresión permanente. Una guerra psicológica, mediática y judicial se cocina y su objetivo está en dinamitar y tumbar el proyecto de la 4T. A la derecha no se le puede dar ningún espacio, porque, de lo contrario, ellos buscarán a como dé lugar recuperar el poder político.

Otro matiz importante es en este sentido que la radicalidad debe resaltar sobre todas las formas de izquierda existentes. Noroña apostó por redefinir el concepto y luchar contra las viejas concepciones que se heredaron del orden neoliberal. Ir a la raíz no es sinónimo de violencia, sino que la política de derecha no se ha ido de nuestras tierras y el pueblo de México debe ser capaz de erradicarle de este país. No hay que tenerle miedo a las palabras, porque la esencia está en seguir dentro de los marcos de una revolución pacífica. No hay tiempo para dudar y la izquierda presentó una postura más aventurada y la profundización es necesaria para detener y neutralizar a la derecha.

El congreso constituyente era el paso más importante que Noroña presentó en este proceso. La defensa de la 4T tiene su base en consolidar y proyectar un orden constitucional diferente al neoliberalismo. La constitución de 1917 ha sido modificada más de 600 veces y los pilares sociales ya no existen en ninguna parte, entonces no tocar la carta magna es no querer derrotar a la derecha. Noroña apostó por un marco legal post-neoliberal, en donde, al menos, todo lo ganado en la revolución mexicana vuelva a regir en los tiempos de la 4T. El pueblo escuchó atentamente que existe una posibilidad más allá de la famosa mayoría calificada. En ese sentido, Noroña no solo demostró ser un político congruente, sino que demostró la claridad no solo para defender sino también para luchar por la 4T.

La izquierda debe tener una mística muy especial con el pueblo y Noroña volvió a demostrar en su proceso que su lucha no era una cuestión personal, sino quería representar a un sector de la población ninguneado y lacerado por el colonialismo y el imperialismo. Ese pueblo no sólo apoyó al diputado sino también se organizó en las calles y ellos brigadearon estos dos meses para impulsar al diputado. La lucha por la emancipación también es organizarse en los barrios y luchar contra la apatía política de muchos sectores de la población. Noroña hizo una escuela política que luego el noroñismo la tomó en sus manos y la desplegó más allá del radio de influencia del diputado con licencia. Esa mística no debe perderse después del proceso, la izquierda debe intentar seguir ese camino con base en sus posibilidades.

Después de la jornada grande, la 4T definió en una elección basada en una encuesta que Claudia Sheinbaum abanderará la Coordinación Nacional en defensa de la 4T. Pero, más allá del resultado, Noroña logró lo imposible para muchos: primero, competir en la encuesta, segundo, luchar codo a codo con los preferidos del movimiento y, tercero, lograr posicionar su fuerza en un tercer lugar más que honroso. Su voz no será ya callada, porque, con base en sudor y esfuerzo, el perfil radical está dentro de la 4T y su referente es Gerardo Fernández Noroña. Esto no quiere decir que la lucha será para el 2030, la lucha es en este tiempo y espacio y el marxismo no debe esperar tanto para consolidar un perfil revolucionario. Una parte del noroñismo luchará junto con el diputado, para que la transformación siga impactando positivamente a los más pobres.

Tiempos peligrosos se avecinan en el horizonte. La derecha está dispuesta a seguir maltratando a la 4T y el marxismo-noroñista tendrá en sus manos que demostrar en el futuro que no se trata solo defender a la 4T, sino que la mejor defensa es el ataque. La lucha de Obrador es la lucha de Noroña, por ende, su proyecto necesitará de comités de lucha. Nuestro aporte es y será ir al frente de la disputa política y enfrentar directamente a la derecha. La profundización de la 4T no es un capricho, su necesidad es histórica y no importa quién lideree el proceso, lo que importa realmente es que se adopte esa postura. En ese sentido, el marxismo-noroñista seguirá dando su granito de arena que se basa en la formación política del pueblo mexicano.

Finalmente, el marxismo-noroñista expresa abiertamente su posición dentro de la revolución de las conciencias, ya que sin apartarnos del humanismo mexicano hacemos un matiz. Nosotros seguiremos en la 4T, pero El Capital será nuestra arma revolucionaria y seguiremos difundiéndola con los más pobres. Porque, solo los pobres podrán salvar los más pobres. Pero, para lograr lo anterior, ellos necesitan una herramienta revolucionaria y la más importante es la lectura y comprensión de la crítica a la economía política de Karl Marx. Como leninistas, decimos que sin práctica revolucionaria no hay teoría revolucionaria y viceversa. Ya que, nosotros retomamos con mucha seriedad que debemos transformar este sistema económico y para ello debemos entenderlo en su totalidad. El Capital solo cumplirá su función histórica cuando esté en manos de los más pobres.