Netanyahu y Trump: dos caras de la misma moneda

Dennis Saúl Miranda Palomares
“Felicitaciones, presidente Trump. Su audaz decisión de atacar las instalaciones nucleares de Irán con el poder imponente y justo de Estados Unidos cambiará la Historia. En la operación León Naciente Israel ha hecho cosas realmente asombrosas, pero, en la acción de esta noche contra las instalaciones nucleares de Irán, Estados Unidos ha sido verdaderamente insuperable. Ha hecho lo que ningún país del mundo podría hacer. La Historia registrará que el presidente Trump actuó para negarle al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo. Su liderazgo actual ha creado un giro en la Historia que puede ayudar a Oriente Medio y más allá hacia un futuro de prosperidad y paz. Paz a través de la fuerza afirmamos Trump y yo. Primero viene la fuerza, luego viene la paz. Y esta noche el presidente Trump y Estados Unidos actuaron con mucha fuerza. Presidente Trump, se lo agradezco. Al pueblo de Israel, gracias. A las fuerzas de la civilización, gracias. Dios bendiga a Estados Unidos. Dios bendiga a Israel. Y que Dios bendiga nuestra alianza inquebrantable. Nuestra fe inquebrantable.”
Con estas cínicas palabras de agradecimiento, el ultraderechista, genocida y agresivo dirigente del régimen de Israel, Benjamín Netanyahu, ha dejado en claro el apoyo absoluto del ocupante de la Casa Blanca a todas las agresiones y atropellos que el régimen sionista recientemente ha cometido no sólo contra Irán, sino contra la población palestina sobreviviente en la franja de Gaza. Sin duda alguna, este apoyo político-militar ha sido la principal razón por la que el conflicto palestino-israelí no ha podido tener una resolución que ponga un freno definitivo a las ambiciones expansionistas del régimen israelí.
El ataque perpetrado a instalaciones nucleares iraníes por el otrora régimen genocida conducido por el irrefrenable Donald Trump el pasado 21 de junio, ha puesto al mundo pendiendo de un hilo, puesto que esta infame agresión puede ser la puerta de entrada a una escalada mayor a nivel regional y, por ende, a nivel global. Al mismo tiempo, pone al descubierto la posición de Estados Unidos a favor de un régimen genocida que sirve de instrumento para mantener el control, la sumisión y la dominación de la zona meso oriental de Asia. Sin este apoyo, no podría explicarse la política expansionista que ha llevado a cabo el régimen sionista ni las bravuconerías con las que Netanyahu ha dirigido su política exterior.
Volviendo al discurso de agradecimiento del primer ministro del régimen de Israel, es digno de ser analizado para desnudar su doble moral. Pues, rebela una narrativa desquiciante, por decir lo menos, miren que llamarle “cosas asombrosas” al bombardeo de un país con el subterfugio de que tiene en su haber armas nucleares, nos recuerda la narrativa elaborada por Bush para comenzar la invasión a Irak (2003) hace más de dos décadas. Es la misma justificación usada por Estados Unidos.
Ambos han sido “insuperables”, en eso tiene razón, pues ahora tanto Netanyahu como Trump pasarán a la historia como los principales violadores de las leyes internacionales y de la Carta de las Naciones Unidas. El primero por el sistemático genocidio llevado a cabo contra el pueblo palestino y el segundo por secundar la barbarie sionista y bombardear a Irán sin la venia del Congreso estadounidense. Es una política desvergonzada, irresponsable y salvaje. En efecto, han hecho “lo que ningún país del mundo podría hacer”, que es poner en riesgo la vida de millones de personas, mientras Israel comete el infanticidio más grande de este siglo.
Ambos afirman que han hecho estas acciones por seguridad de la civilización, dado que, supuestamente, Irán posee las “armas más peligrosas del mundo”, falso de toda falsedad. La mayor afrenta contra la humanidad ha sido la existencia de una élite gobernante en Estados Unidos cuyo modo de vida es y ha sido permanentemente la guerra, junto al apoyo constante brindado al régimen de Israel. Estados Unidos es el que ha armado al régimen sionista con bombas nucleares, único país del Medio Oriente que posee un arsenal nuclear y, que se ha mantenido fuera del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPT).
Netanyahu asegura que “Estados Unidos ha creado un giro en la Historia” de Oriente Medio, es verdad, sin embargo; esto no sólo se debe a este cobarde ataque disfrazado de salvación. Como antesala de la arremetida podemos destacar: el asesinato del General Soleimani perpetrado con un dron cerca de las instalaciones del aeropuerto de Bagdad en 2020, la guerra ruso-ucraniana desatada en 2022; justo tras haber salido de una pandemia sin precedente, el comienzo del genocidio palestino tras el ataque de Hamás sobre la población civil de Israel en 2023, el derrocamiento de Bashar al Ássad en Siria el año pasado y, la puesta en marcha de la Operación León Naciente el pasado 13 de junio. Todos estos son elementos que adicionan las acciones que vemos en esta actual coyuntura.
Pero ¿qué representa Irán para el futuro del Medio Oriente? Nada más y nada menos que el freno geopolítico para continuar el asedio a Rusia y China. Si Irán cae, el orden mundial como actualmente lo conocemos cambiará sustancialmente. La pregunta que se nos viene a la mente es, ¿dejará Rusia que Irán sucumba ante el ataque barbárico de la dupla genocida? Estará por verse.
Finalmente, Netanyahu termina su discurso diciendo: “Primero viene la fuerza, luego viene la paz”, junto con las bendiciones correspondientes de su Dios por la “alianza inquebrantable”. No es necesario ser docto para darse cuenta lo que significará para el mundo esta escalada de agresión inédita. Por ello, debemos concentrarnos en generar consciencia de que estamos al borde de una progresión bélica mayor provocada por un imperialismo en decadencia cuyo desarrollo es urgente frenar, pues, de seguir con esta misma dinámica se abrirá la puerta a una guerra nuclear de magnitudes y consecuencias inimaginables, todo esto en los umbrales mismos de otras potencias nucleares (Pakistán, India, Rusia y China).