“Los reyes del mundo”: retrato de individuos invisibles

Esteban Morales Estrada

Magíster en Historia

La película “Los reyes del mundo”, dirigida por la colombiana Laura Mora muestra básicamente el día a día de un grupo de jóvenes marginados en la ciudad de Medellín, segunda urbe de Colombia. Estos adolescentes viven en medio de la violencia cotidiana y las privaciones de tipo económico. No están vinculados a ninguna institución, ya que no estudian, ni trabajan, ni practican ninguna actividad recreativa. Viven en medio de una libertad absoluta, sin ninguna atadura, control o perspectiva visible en medio de la selva de concreto, en una convivencia tensa con el hampa.

La directora Laura Mora (que ya nos había mostrado en su película “Matar a Jesús” de 2017, la dualidad de un joven sicario que aparece como victimario y simultáneamente como víctima, enfrentado a la hija de un hombre al que asesinó), nos muestra en este largometraje a un grupo de jóvenes que están por debajo de la pobreza y la miseria, ubicándose en un nivel casi inverosímil de marginalidad, ya que más allá de unas cuantas camisetas y pantalonetas, no parecen poseer otra cosa, razón por la cual la bicicleta que tiene el líder del grupo se torna casi en una representación de su poder sobre los otros.

De la película, disponible ya en Netflix, se pueden resaltar 5 aspectos relevantes desde mi perspectiva:

1. La historia que se narra transcurre en dos planos antepuestos, pero presentes desde el inicio hasta el final: el plano real y el plano ideal. En cuanto al primero, los jóvenes se ven enfrentados a un mundo hostil y violento, sin embargo, en el segundo, al interior de su grupo de amigos, los adolescentes viven en medio de la hermandad, la igualdad, la solidaridad, el compañerismo y la amistad.

2. Otro aspecto importante respecto a la película tiene que ver con que, en medio de la realidad cotidiana de los muchachos, aparece la posibilidad de una mejoría concreta en sus vidas anónimas. El líder del grupo recibe unos papeles donde parece plausible que pueda obtener la restitución de las tierras de su abuela, de las que su familia había salido a causa de la violencia años atrás, razón por la cual, los jóvenes emprenden un viaje precario y onírico, en medio de las drogas, la fraternidad, el compañerismo, las tractomulas y la actitud hostil de muchas de las personas con las que se encuentran en el camino, con la idea de reclamar la tierra añorada.

Pero son los más humildes, las personas como ellos, los marginales, quienes ayudan a los jóvenes en su trasegar por la ruralidad colombiana, desde unas ancianas que manejan lo que parece un prostíbulo, hasta un viejo que vive en una casa de madera.

3. Un asunto adicional tiene que ver con el plano real que mencionábamos antes. Al llegar a la tan ansiada tierra soñada, los jóvenes chocan con la realidad, ya que se encuentran que la propiedad está en disputa y los intereses que hay sobre ella no permitirán que esta sea tan fácilmente para el reclamante, ante lo cual los jóvenes quedan inermes. En esta situación, se asiste a la imposibilidad efectiva de los muchachos para exigir sus derechos, y surgen barreras difíciles de sortear para ellos. ¿de dónde van a sacar un abogado aquellos que no tienen con qué desayunar?, ¿Dónde van a esperar una decisión judicial que podría tardar mucho tiempo?, ¿Cómo se van a hacer oír del Estado?

4. El largometraje también muestra cómo los jóvenes sufren el látigo de la violencia en el campo colombiano. Al encontrarse con un grupo de lo que parecen ser paramilitares, uno de los muchachos desaparece, y los otros escapan milagrosamente de donde los tienen cautivos, mientras que al llegar a la tierra que intentan reclamar de forma inocente, se encuentran con rastros de violencias pasadas y actuales, ya que descubren que la zona permanece bajo el control de intereses económicos irregulares.

Quizás la mejor escena de toda la película sea la del enfrentamiento de los jóvenes citadinos que buscan reclamar la tierra, contra los jóvenes rurales que son víctimas de múltiples actores ilegales presentes. Todos aparecen allí como víctimas de las condiciones sociales.

5. Finalmente, durante la película el espectador establece una relación doble con los personajes, que abarca la comprensión unas veces, y la indignación otras. Por un lado, se comprende la situación difícil en la que se mueven los jóvenes, lo que los lleva a ser violentos y buscar la evasión de la realidad por medio del licor, las múltiples drogas que usan y sus actitudes violentas y destructivas; mientras que, por otro lado, se juzgan sus respuestas antisociales y sus comportamientos destructivos, anárquicos, impulsivos y cuestionables. La película transcurre entre ese enfrentamiento permanente entre la doble naturaleza de los jóvenes como víctimas y victimarios, mientras el espectador se debate entre la comprensión y la indignación.

Desde mi perspectiva, son estos 5 aspectos los más importantes de la película, ya que muestran la complejidad de las sociedades latinoamericanas, donde habitan personas sin ninguna perspectiva real de vida, en medio de la miseria y las privaciones. Además, pone de relieve la violencia como una característica fundamental de nuestro país.