Lenin, intelectual y revolucionario

Lázaro Cárdenas

CE, Intervención y Coyuntura

El discurso que dio Lázaro Cárdenas con motivo del centenario del nacimiento de Lenin se enmarca en una serie de celebraciones realizadas en 1970. Junto a integrantes del Partido Comunista Mexicano y otras fuerzas de la izquierda de aquel momento, el general manifestó una veta interpretativa de la figura del revolucionario. Para él, antes que nada, Lenin era un líder anti imperialista, el constructor de una nación que echó a los poderes externos y que contuvo fuertes y ambiciones planificaciones de doblar al poder revolucionario. El Lenin de Cárdenas es anti-imperialista convencido y piedra angular de esa lucha. Publicado originalmente en el libro «Lenin y la América Latina», aparecido en Colombia bajo el sello editorial de la Universidad del Atlántico y coordinado por el economista José Consuegra, el de Cárdenas se enmarca en intervenciones diversa que buscaron palpar la presencia del líder ruso entre las izquierdas latinoamericanas».

Lenin, intelectual y revolucionario
Lázaro Cárdenas
 

Entre los principales méritos de Lenin se cuentan, su esclarecida interpretación de las teorías científicas de los grandes filósofos alemanes, Carlos Marx y Federico Engels; su análisis preciso y vigente del fenómeno del imperialismo, desentrañando sus causas y señalando, entre sus efectos, las guerras injustas que produce; así como la inevitabilidad de su extinción; su capacidad de dirigir, venciendo adversidades y complicaciones, la revolución rusa de 1917 y de aplicar en la práctica los principios del socialismo en su país en el breve tiempo que sobrevivió al triunfo de su causa.

Examinó con excepcional lucidez las contradicciones fundamentales del imperialismo: las que se acentúan entre el capital y el trabajo en los países industrializados, las que se derivan de la competencia imperialista entre las potencias, y las que se presentan hoy con agudeza entre éstas y los países bajo su influencia.

Esta última contradicción, que opera en la situación de América Latina con su extrema explotación y la lucha de los pueblos por la emancipación nacional, tiene un significado determinante en el porvenir del mundo y hace que el pensamiento de Lenin influya en forma especial sobre América Latina, Asia y África.

Otro aporte de Lenin, ligado a Latinoamérica, es haber valorado la acción antimperialista de los países dependientes por los resultados prácticos en el balance general de la lucha contra el imperialismo, independientemente de las características de sus regímenes internos.

Lenin no vivió para apreciar hasta qué grado se agudizaron las contradicciones entre países poderosos originando una guerra más aniquiladora que la de 1914; ni pudo presenciar las de exterminio y destrucción que aquéllos llevan a cabo contra países débiles, como hoy sucede en Vietnam; tampoco el auge que están cobrando las luchas de emancipación nacional en tres cuartas partes del mundo. Sin embargo, las resultantes de sus análisis y las perspectivas previstas, están presentes.

Enunció certeramente lo que con dificultad los pueblos están ya comprendiendo y aplicando o sea que “los intereses del movimiento proletario en los países desarrollados y los del movimiento de liberación nacional en las colonias y países dependientes, exigen que se unan en su lucha contra el imperialismo, siguiendo las tesis de Marx en el sentido de que ‘no puede ser libre el pueblo que oprime a otros pueblos’.”

En Lenin se reunían cualidades excepcionales de dirigente. Fue un intelectual que supo escuchar y aprender del pueblo; un notable polemista, analítico y apegado a la realidad; nacionalista ante el imperialismo e internacionalista en la solidaridad proletaria; socialista que veía en la abolición de las clases el advenimiento de la justicia social y, también, el término de los conflictos entre las naciones.

Repudió el terrorismo y los atentados personales; sus armas revolucionarias fueron la organización del proletariado en fraternidad con los campesinos y, al faltar toda alternativa para triunfar, la guerra civil. Consideró erróneo promover la revolución o acallar las ansias de liberación de pueblos ajenos, entendiendo que éstos debían aprovechar su experiencia histórica, emplear sus conocimientos y sus propios métodos de lucha de acuerdo con las condiciones imperantes en cada país y las características de cada pueblo para obtener su bienestar en la independencia.

Es necesario subrayar, ante los justificados anhelos de libertad y justicia de las nuevas generaciones, que Lenín supo valorar las revoluciones democráticas, agrarias y anti-imperialistas y consideró que la implantación del socialismo, siendo inevitable, dependería en el tiempo de las variables circunstancias nacionales. Concibió también que al liberar a las colectividades de la opresión, el socialismo había de crear la posibilidad de que el individuo exprese y desenvuelva sus capacidades en la libertad para así establecer la armonía entre los pueblos de todos los países.

México, 1970.

 

© 2023 by Intervención y Coyuntura is licensed under CC BY 4.0.