La Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular Breves apuntes sobre su historia 1
Ricardo Yanuel Fuentes *
El 09 de septiembre de 1953 en las instalaciones de la Casa de Michoacán en la Ciudad de México, se llevó a cabo el acto de constitución de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular (SMACHP), una asociación civil que se consagró en el marco de un proyecto internacional de cercanía y vínculos de fraternidad con la República Popular China (RPCH). Así, comenzaba la historia de una institución que ha operado durante varias décadas en México, y que tuvo como actividad principal difundir en territorio mexicano, a través de literatura, conferencias, talleres, eventos culturales, etc., la cultura, la historia, y sobre todo, la experiencia revolucionaria que los chinos proyectaron en el planeta.
Por ello, para conocer un poco más sobre la SMACHP y dimensionar su importancia en la historia de las conexiones internacionales entre mexicanos y otras latitudes, en este breve ensayo nos proponemos abordar, de forma panorámica, la experiencia de la SMACHP guiándonos a través de las siguientes interrogantes: ¿cómo fue el proceso de fundación de la SMACHP? ¿quiénes fueron sus principales promotores y miembros? ¿qué actividades impulsaron? y ¿cómo fueron sus conexiones internacionales con los chinos en un periodo en que el Estado mexicano no reconocía a la RPCH?
La Conferencia de Paz de las Regiones de Asia y el Pacífico de 1952
La República Popular China se había proclamado en 1949, después del triunfo de la revolución dirigida por el Partido Comunista Chino. Así, se instauraba en el mundo otro Estado bajo los fundamentos del marxismo-leninismo, lo que levantó el júbilo internacional entre sus simpatizantes, pero también encendió las alertas en el hemisferio occidental y especialmente en los Estados Unidos de América. Inmediatamente el gobierno estadounidense impuso un embargo económico a China y trató de golpetear como fuera posible a la naciente República Popular. Como consecuencia, China comunista no fue reconocida dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y durante la Guerra de Corea (1950-1953), en donde la RPCH (apoyada por la Unión Soviética) se inmiscuyó en el conflicto, Estados Unidos se montó en una posición de franca intervención militar frente a China, generando fuertes hostilidades.
En ese panorama global, de hostigamiento y bloqueos, fue complicado que los chinos encontraran canales institucionales para penetrar en terrenos occidentales como Latinoamérica. No obstante de los impedimentos, los puentes se tendieron, y como resultado, durante octubre de 1952 se llevó a cabo la Conferencia de Paz de las Regiones de Asia y el Pacífico (en adelante Conferencia de Paz) en la ciudad de Pekín; un evento en donde acudieron más de noventa latinoamericanos entre los que se encontraban algunos mexicanos.
Ahora bien, si hay tópico que va a aglutinar las demandas, las ideas, los posicionamientos y la conformación de movimientos sociales y estructuras políticas durante toda la década de 1950, y en prácticamente todo el mundo, sin duda ese será el de la paz. En los cinco continentes se consagraron movimientos por la paz como resultado de una sociedad que no quería experimentar los efectos de la guerra, esto a su vez derivado de los terribles conflictos bélicos que se suscitaban principalmente en Asia, como la Guerra de Indochina (1946-1954) y la Guerra de Corea (1950-1953). Sin embargo, la característica de estas movilizaciones por la paz de los años cincuenta es que tuvieron el distintivo de movimientos impulsados desde la izquierda y que le otorgaron un potente discurso antiimperialista y profundamente nacionalista en algunos casos. Así surgiría el Consejo Mundial por la Paz auspiciado desde Moscú, y en México, bajo esta sintonía, se constituirá el Consejo Nacional de partidarios por la Paz.
Para 1952, cuando se llevó a cabo la Conferencia de Paz en Pekín, todos los asistentes mexicanos formaban parte del Consejo Nacional de partidarios por la Paz. Dentro de la delegación de México que asistió a la ciudad de Pekín se encontraban personajes como el doctor Ismael Cosío Villegas, el profesor y filosofo Elí de Gortari, la antropóloga Eulalia Guzmán, el militante del PCM y director de “La Voz de México” Manuel Terrazas, así como el General Heriberto Jara, entre otros. La idea de la Conferencia era fortalecer los lazos de China con otras latitudes, así como mostrar un gran proyecto de fraternidad internacional con el nuevo Estado comunista y revolucionario. Bajo esa lógica, el gobierno chino intentó romper el cerco que Occidente había puesto y comenzó a tejer relaciones por fuera de los gobiernos oficiales de los países que no lo reconocían. Como secuela de dicha Conferencia de Paz, en Latinoamérica (y en el mundo) se consagraron organismos que funcionaron como canales de difusión de la causa de los chinos. Así, surgieron las Sociedades de Amistad con China Popular.
La conformación de la SMACHP en 1953 y su desarrollo posterior
Como se dijo al inicio de este ensayo, la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular se constituyó el 09 de septiembre de 1953 en la Ciudad de México. Al evento que le dio origen acudieron personalidades de todo el espectro político de la izquierda mexicana de esa época: militantes del Partido Comunista Mexicano, del Partido Popular (PP), integrantes del ala nacional-popular del partido oficial, así como académicos, artistas e intelectuales que simpatizaban con la izquierda y particularmente con la República Popular China. Más de 200 personas fueron las que asistieron al acto de constitución de la SMACHP. Entre los asistentes al evento del 09 de septiembre, se encontraban: Fernando Benítez, Miguel Covarrubias, Ismael Cosío Villegas, Heriberto Jara, Eulalia Guzmán, Vicente Lombardo Toledano, Paula Gómez Alonso, Guillermo Haro, Elí de Gortari, Xavier Guerrero, Esther Chapa, Efraín Huerta, Mireya Huerta, Rafael López Malo, entre muchos otros.
Se determino que se conformara un Consejo Directivo, compuesto por tres presidentes, un secretario general y las comisiones de organización, finanzas, publicaciones, ciencias y artes. A lo largo de los años cincuenta sus presidentes fueron Elí de Gortari, Xavier Guerrero y Miguel Covarrubias, y el cargo de secretaria general lo desempeñó Paula Gómez Alonso.
La SMACHP se constituyó como una asociación civil que buscaba construir lazos de solidaridad con China y acercar la experiencia de la República Popular con México, en un contexto internacional donde la RPCH no era reconocida ante la ONU, y en un contexto local en donde el gobierno mexicano, bajo la lógica de la Guerra Fría y su alineamiento a los estadounidenses, desconoció a la RPCH y mantuvo lazos diplomáticos con el gobierno nacionalista chino que después de 1949 se instaló en la isla de Taiwán.
Por lo tanto, la SMACHP se planteó los siguientes 6 propósitos:
- Estrechar la amistad entre el pueblo de México y el de la República Popular China, mediante el intercambio cultural más amplio y todo lo que tienda a fortalecer la armonía entre los dos pueblos.
- Popularizar en México el conocimiento sobre China, en artes, ciencias y cultura en general, principalmente en las condiciones de su nueva era de vida; y hacer llegar a China el conocimiento acerca de México.
- Trabajar por la inclusión de la República Popular China en la Organización de las Naciones Unidas.
- Trabajar por el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales entre México y la República Popular China.
- Para realizar los objetivos anteriores, se obtendrá un local apropiado para los trabajos de la Sociedad, con Biblioteca, se harán publicaciones, se llevarán a cabo estudios diversos, se efectuarán traducciones, se organizarán conferencias de arte y de diversa índole, tanto en la ciudad de México como fuera de ella; y se enviarán a China toda clase de materiales culturales sobre México.
- Organizar Secciones de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular en diversos lugares del país.
Para 1954, el gobierno chino fundó la Asociación del Pueblo Chino para las Relaciones Culturales con el Extranjero, la cual tuvo la encomienda de entablar con mayor firmeza las relaciones culturales (y políticas) con otros países. De este modo, durante el segundo lustro de la década de 1950, los intercambios culturales entre China y Latinoamérica fueron en ascenso. Se creo la política de la llamada “Diplomacia entre pueblos” y decenas de personas se convirtieron en viajeros que vieron con sus propios ojos el desarrollo del comunismo en China.
En ese sentido, a partir de 1957, la relación entre emisarios asiáticos y miembros de la SMACHP se volvió un remanente de difusión no solamente de la cultura de China, sino primordialmente del pensamiento político de la República Popular. Este intercambio se consiguió a través de tres canales: 1) por los viajes de mexicanos a China por intermediación de la SMACHP; 2) Por los eventos culturales que la SMACHP organizaba, como conferencias, proyecciones de películas, eventos cada año en el mes de octubre para celebrar la proclamación de la RPCH, etc.; y 3) por la literatura de difusión, como revistas, semanarios, periódicos, etc., provenientes de China y que comenzaron a circular en México, primero en inglés y posteriormente en castellano. Se construyó así una relación internacional bilateral entre el gobierno de Pekín y ciudadanos mexicanos.
Los años sesenta el conflicto sino-soviético y la emergencia del maoísmo
Hacía finales de los años cincuenta y durante los primeros años de la década del sesenta, el Partido Comunista de la Unión Soviética y el Partido Comunista Chino protagonizaron una serie de debates ideológicos y políticos que terminaron en 1963 con la total ruptura entre ambos gigantes comunistas. A este proceso se le denominó el conflicto chino-soviético, el cual ocasionó un cisma de mayúsculas proporciones en el comunismo a nivel mundial. A lo largo y ancho del planeta en los partidos comunistas se replicaron dichos debates y se llegó a rompimientos, algunos muy significativos. En el caso mexicano aún no se ha explicado con detalle qué efectos tuvo la pugna chino-soviética, se sabe que algunos militantes fueron expulsados del PCM, pero desde mi punto de vista, falta un análisis más fino sobre el tema.
Sin embargo, lo que sí se sabe es que en el seno de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular el cisma en el comunismo internacional tuvo repercusiones. Y es que para los años sesenta la dirección ejecutiva de la SMACHP pasó a manos del militante del, para ese entonces, Partido Popular Socialista (PPS) Luis Torres Ordoñez y de la militante del PCM Esther Chapa Tijerina. Para 1964, Chapa Tijerina adherida completamente a la posición de los chinos lo que le valió su expulsión del PCM, presentó la idea de que la SMACHP fungiera como un mecanismo de difusión de las posturas políticas de China, y no sólo eso, sino también que se convirtiera en el principal canal de organización política de grupos prochinos y, eventualmente, maoístas. Luis Torres Ordoñez no estuvo de acuerdo y la SMACHP se escindió. De 1964 hasta 1970, Esther Chapa Tijerina constituyó su propia Sociedad, a la que bautizó: Sociedad Mexicana de Amigos con China Popular. Es decir, sólo cambió la palabra “amistad” por la de “amigos”.
Este proceso hay que entenderlo también dentro de un proyecto impulsado por el propio Partido Comunista de China quienes para los años sesenta y como consecuencia del conflicto con la Unión Soviética, radicalizaron su postura de “diplomacia entre pueblos”. Pues a partir de 1964 se llevó a cabo un proceso de recibimiento de cientos de viajeros provenientes de todo el mundo a quienes se les brindaba formación política tanto teórica como práctica. Los visitantes de otros países eran entrenados totalmente para la revolución armada. En ese sentido, la SMACHP que dirigió Esther Chapa en México alentó estos intercambios y por medio de su intermediación fue que algunos jóvenes mexicanos durante los años sesenta viajaron a China y recibieron adiestramiento militar e ideológico para encabezar una revolución en el país.
Asimismo, me parece relevante ubicar el contexto global que después de 1966 y el advenimiento de la Gran Revolución Cultural Proletaria de China, las ideas del máximo dirigente chino: Mao Zedong, comenzaron a difundirse con mayor ahínco en todo el planeta. Fue justo a partir de la Revolución Cultural cuando el maoísmo comenzó su momento de auge en el mundo. Se reprodujeron millones de copias de las “Citas del Presidente” o de las “Obras Escogidas de Mao”, textos que comenzaron a ser lecturas obligadas de miles de jóvenes en diversas partes del mundo. Igualmente, la publicación de miles de ejemplares del “Pekín Informa” o de las revistas “China Ilustrada” o “China Reconstruye” se convirtieron en materiales de cabecera.
En este proceso, las Sociedades de Amistad jugaron un papel determinante. En el caso de México, las bodegas de la SMACHP (cualquiera de las dos) se encontraban repletas de ejemplares de los títulos mencionados anteriormente. Las personas interesadas podían acudir y comprar a precios muy accesibles, a veces gratis, los textos del “Gran Timonel”. Por lo tanto, ese papel de las SMACHP como centros de difusión de un pensamiento político, es sumamente importante, a mi modo de ver, para comprender la emergencia del maoísmo en México y sus posteriores vericuetos.
1972: el establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y China.
En 1970 Esther Chapa Tijerina moriría, y aunque su hermana siguió administrando la “Sociedad de Amigos”, ésta terminó por desaparecer en un proceso que aún no queda muy claro. Ante este punto, para los años sesenta volvía a existir sólo una SMACHP en el país, y en términos estrictos, era la que se había formado originalmente desde 1953. Sin embargo, en 1972 las relaciones diplomáticas entre México y China cambiaron por completo, lo que llevó a que el rol de la SMACHP igualmente fuera otro.
En febrero de 1972 el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) decidió entablar oficialmente relaciones diplomáticas con la República Popular China. Así, después de más de veinte años de no reconocimiento, México pasaba a ser de los primeros países del continente americano que iniciaban su camino de relaciones oficiales con la China comunista. De esta forma, a partir de las relaciones diplomáticas, como era de esperarse, los chinos respecto a la relación con México priorizaron su conexión con el gobierno mexicano. Desde nuestro punto de vista, esto derivó en un paulatino proceso de desplazamiento de organizaciones como la SMACHP. Y aunque no significó nunca su desaparición, a partir de 1972 la SMACHP se enfocó principalmente al intercambio artístico y a la promotoría cultural a través de viajes que se solicitaban ahora con la embajada. Se fue abandonando en cierta medida el proyecto de difusión política e ideológica más radical.
Reflexión final
El tema de la SMACHP es un tópico prácticamente inexplorado por la historiografía en México. Los trabajos que existen en donde se aborda recaen en generalidades y no reconstruyen como tal la historia de la SMACHP. Se acercan al tema de forma tangencial y son miradas muy escuetas. Hasta ahora, la SMACHP no ha sido el objeto de estudio de ningún trabajo historiográfico. Por ello, consideramos pertinente un estudio que rescate la experiencia de la Sociedad Mexicana de Amistad con China Popular y revindique su significación en el análisis general de la historia entre dos países con profundas relaciones.
Hoy en día la SMACHP aún existe y es importante revalorar su papel tras 70 años en funciones. En 2022 se conmemoraron los 50 años de las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de China y México, creemos que es momento de comenzar a ver más allá en el pasado para comprender el valioso papel de las organizaciones que pusieron los cimientos en la construcción de un vínculo con la China revolucionaria y su visión del mundo. La SMACHP, sin duda, forma parte de esa historia.
Referencias bibliográficas
Condés Lara Enrique, (2009), Represión y Rebelión en México, T. III. México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla/Miguel Porrúa Editores
Fuentes Ricardo Yanuel, (2022), “El maoísmo en México. Una periodización y apuntes para su estudio”, en Revista Cambios y Permanencias, Colombia.
Ortega Jaime, (2019), “¿Es la comuna popular la revolución? Los viajeros latinoamericanos en la China Roja”, en Izquierdas, núm. 49, Chile. Pp. 2500-2520.
Rothwell Mattew, (2013). Transpacific Revolutionaries: The Chinese Revolution in Latin America, EUA: University of Illinois.
Ruilova Leonardo, (1978), China Popular en América Latina, Ecuador: Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales
Velázquez Vidal Uriel, (2022), El poder viene del fusil. El partido Revolucionario del Proletariado Mexicano y su legado en el movimiento maoísta, 1969-1979, México: Libertad Bajo Palabra
[1] Las ideas vertidas en este ensayo son una primera aproximación de una investigación más amplia que el autor está llevando a cabo en el Centro de Estudios China-México de la UNAM.
*Estudiante del Doctorado en Humanidades en la UAM-Iztapalapa