La fertilidad burguesa y los cárteles «terroristas»

Jonatan Romero
El Departamento de Estado de los Estados Unidos publicó una hoja informativa el 20 de febrero de 2025 cuyo mensaje sustentó la idea de que ese país tiene un compromiso con la defensa de la paz. De esta manera, el gobierno de Trump designó a seis carteles como grupos terroristas, en donde la política intervencionista solo hizo un movimiento muy comprensible, ya que la crisis histórica no le deja tanto margen de maniobra, mostrandose así el imperialismo tal cual es sin ninguna máscara. Ante el cambio de rango de los cárteles de la droga a grupos terroristas, uno debe poner en atención en cuales son éstos: Cártel de Sinaloa, Cártel de Jalisco nueva generación, Cártel del Noroeste, Cártel de la nueva familia michoacana, Cártel de Golfo y Cárteles Unidos. A los últimos, este escrito debe poner el énfasis a otros dos grupos internacionales que son los siguientes: Tren de Aragua y los Mara Salvatrucha.
Ahora, a la dialéctica proletaria le toca aclarar algunas cosas en torno a esta designación, porque estos grupos delincuenciales no fueron seleccionados de la nada y, por lo tanto, un análisis debe dar elementos científicos. Por eso mismo, el tema puede dividirse en dos grandes bandos: por un lado, el investigador puede concluir el sustento legal por sí mismo y, por el otro, la narrativa puede deducir el vínculo de terrorismo con intereses económicos. Por eso, en primer plano, las opiniones versan sobre la importancia de combatir los grupos criminales más importantes, es decir, la estrategia ganadora va en el sentido de combatir fuego contra fuego a los sectores más peligrosos y esta conclusión es muy famosa entre la opinión pública. En el segundo plano, la creación de los grupos criminales tiene que ver con intereses económicos muy precisos, como también el tránsito de criminal a terrorista tiene un móvil más material y, por ende, la justicia es lo que menos interesa dentro del juego del dinero. De lo que se trata en este momento es que el autor pueda deducir cuál de las dos es la más propia.
En primer lugar, los cárteles de la droga no son productos aislados de la acumulación de capital; en otras palabras, el nacimiento del crimen tiene una marca burguesa y los objetivos de la economía criminal suele darle a la burguesía grandes réditos económicos. La industria de la droga, en este caso, se conecta con las industrias específicas de su ramo, pero, al mismo tiempo, otros sectores pueden beneficiarse en torno al despojo creado por el propio capital y, por lo mismo, los cárteles no son agentes externos a las leyes del mercado. Frente a lo anterior, los grupos criminales son operados desde las tres cabezas de la hidra: economía, política y religión. Por un lado, el dinero sucio viene de las manos de las grandes corporaciones transnacionales y financieras; por otro lado, el Estado suele tener nexos muy marcados con estas organizaciones criminales; y, finalmente, la iglesia católica tiene bastantes puentes con la economía ilegal.
En segundo lugar, dentro de América Latina, uno de los nichos más importantes es el control de los recursos naturales estratégicos, puesto que las materias primas son parte fundamental de la composición de la tasa de ganancia y, por supuesto, si el costo baja, entonces el rendimiento es muy positivo. En la región, estos recursos son muy concretos, ya que muchas de estas ya están señaladas como seguridad nacional del propio comando sur, entre las cuales figuran: oro, plata, cobre, gas, petróleo, litio, etc. Dentro de esta lógica, el objetivo es buscar mejoras en las condiciones económicas, porque los grupos militares no responden a las necesidades de sus sectores sociales, puesto que, estos están ligados estrechamente con el control de las materias primas. En este sentido, el campo geopolítico juega un papel muy importante, por eso, la política exterior de Estados Unidos va en el sentido de intervenir en otros países y esta política va en dos sentidos: intervención directa o intervención velada.
En tercer lugar, la pregunta central sería ¿a qué se refiere uno cuando habla de intervención directa?, en ese sentido, la respuesta diría en términos generales que una intervención directa se refiere a una intervención militar, en donde el control se lleva a cabo por violencia abierta y franca. Los grupos militares forman parte de esa estrategia ya clásica, aquí, algunos la llaman como guerra de cuarta generación, que, por lo regular, Estados Unidos financia ejércitos irregulares para que estos puedan controlar regiones estratégicas y, al mismo tiempo, los gobiernos afines a los pueblos puedan derrumbarse gracias a estos grupos. Como se puede observar a grandes rasgos en estas líneas que el imperialismo utiliza a los grupos criminales para que sus intereses se vean mejorados en este proceso y, por ende, el suelo y subsuelo quede bajo el control de las oligarquías financieras de la modernidad americana. La intervención militar es un movimiento estructural en el capitalismo y, por ende, los grupos criminales suelen ser favorables a los intereses económicos de la burguesía.
La otra pregunta central puede ser ¿a qué se refiere uno cuando habla de intervención directa?, frente a este cuestionamiento, la dialéctica proletaria puede decir en estas líneas que la intervención extranjera se lleva a cabo mediante mecanismos no tan cínicas y, por ende, el colonialismo no solo viene con la sangre y fuego. En ese sentido, el narcotráfico juega como moneda de cambio para que las iniciativas extranjeras puedan avanzar en el sentido requerido por los Estados Unidos y, de esta manera, la dependencia económica se siga reproduciendo en el tiempo y espacio de América Latina. El despojo de las materias primas necesita un armazón legal muy preciso, en donde, por supuesto, las instituciones nacionales puedan favorecer a las grandes oligarquías en el control de zonas muy ricas en estos sectores y, por ende, esto pueda favorecer con el crecimiento de la tasa de beneficio. Frente a lo anterior, la necesidad histórica convoca a reflexionar conjuntamente sobre estos problemas desde un ángulo más preciso, por lo mismo, cada caso exige su propia interpretación y por eso, aquí, unas notas se escriben al respecto.
En cuarto lugar, el cártel del Tren de Aragua tiene como principal objetivo controlar tres regiones muy importantes dentro de la economía capitalista en América Latina, por un lado, la región del caribe que tiene una conexión muy importante con Colombia, por otro lado, Venezuela, que dicho sea de paso, el objetivo se llama el gas y petróleo que se encuentra en la región conjunta con Brasil, Colombia y Ecuador y, finalmente, esta agrupación tiene en la mira la región de los metales preciosos y raros como el caso del oro, plata, cobre y litio de la región del pacifico (Chile, Perú, Bolivia, Argentina, etc.). En este caso muy particular, la cuestión es muy clara para los Estados Unidos, ya que la administración de Trump solo sigue los pasos necesarios para que ellos puedan controlar las reservas de recursos naturales más importantes de la región. La supuesta justicia y paz solo es una vil cortina de humo, en donde el objetivo es regionalizar el cono sur del continente y, desde ahí, la doctrina Monroe pueda reeditarse una vez más.
Por lado, el caso de la organización Mara Salvatrucha, que nació en los Ángeles y ahora los centroamericanos debe hacerse cargo de una creación del vecino del norte, es muy interesante la razón de subir a esta organización al nivel del terrorismo. El objetivo real es el control de una de las regiones económicas más importantes del continente, ya que ahí se encuentra el famoso triángulo del norte que está compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras y estos países se hallan dentro de una región por la disputa de los recursos naturales y las rutas comerciales marítimas y terrestres más importantes de la región. Como se ha dicho en el pasado, la región atraviesa varios nodos económicos muy importantes, en donde figuran por supuestos los siguientes: las industrias extractivas, el sector de la manufactura, el control comercial regional y, por supuesto, el turismo. Al final, esta lucha americana solo es una extensión de otros planes previos, puesto que Estados Unidos tiene muy claro que sus intereses en la región tienen que ver con el ordenamiento territorial de la tasa de ganancia.
El Cartel de Sinaloa tiene un gran momento histórico en la actualidad, pues, en el pasado, el grupo criminal los Zetas fue el enemigo interno o difuso de la oligarquía financiera, ahora, este ya no existe y se crearon otro frente muy importante. Aquí, la cuestión se centra exclusivamente en el control del litio de la zona, por ejemplo, según el propio departamento de Estados afirma que en México existe este recurso natural en las siguientes entidades federativas: Sonora, Chihuahua, Baja California, Zacatecas y San Luis Potosí. Cabe resaltar ante la anterior afirmación, que Sinaloa se encuentra dentro de la región del litio y su localización le permite ser un centro de operaciones muy viables para el control de este recurso en el país;, de esta manera, este grupo criminal se sube a terrorista para impulsar una agenda injerencista sobre el control de la anterior materia prima estratégica para el desarrollo económico del siglo XXI.
El Cartel Jalisco Nueva Generación también es una organización criminal muy joven que, dicho sea de paso, esta se inició dentro del gobierno de Felipe Calderón y su influencia está dentro de lo que hay se conoce como el bajío y esta controla una de las zonas más interesantes de México. Si uno revisa la vista geográfica del este cartel, uno puede definir fácilmente la razón de este proceso histórico y el objetivo es el control del corredor industrial más importante que se dio en el neoliberalismo. Frente a este proceso, esta región se pone como seguridad nacional por parte de Estados Unidos, porque ahí se encuentran las grandes empresas gringas que son las automotrices y, que por mucho, estas han definido la modernidad americana. Lo que hay detrás de llamar a esta organización como terrorista, pues no es la búsqueda de la paz del país, sino que las automotrices requieren un clima positivo para sus inversiones y una intervención extranjera les viene bien a estas.
El Cártel del Golfo y el del Noreste responde a la necesidad de controlar la región del golfo, en donde las entidades que figuran serían Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, y, por lo mismo, este decreto tiene como la finalidad de regionalizar el dominio de Estados Unidos en el campo de la propia geopolítica. En este sentido, la postura de Trump sobre el Golfo de México tiene una gran similitud, ya que lo que interesa es el gas y petróleo de la región y, por lo mismo, si sus pretensiones funcionan en los siguientes años, pues Estados Unidos puede tener el control de una reserva, tanto terrestre como acuífera, del recurso natural más preciado del mundo. El objetivo es la regionalización del golfo de México, por lo mismo, esta política no puede considerarse como algo sin sentido y su postura debe ponerse bajo los intereses económicos de las oligarquías financieras.
Finalmente, el Cártel Unidos que tiene como principal control regional las entidades federativas que son Estado de México, Guerrero y Michoacán, y, por lo anterior, estos están en el ojo del águila calva por la simple razón de que allí hay un choque muy particular en el capitalismo contemporáneo. Pero, un acercamiento rápido puede ayudar mucho al análisis de este grupo criminal, ya que la región, en cuestión, se basa en el control de tres sectores económicos muy importantes: el monocultivo, la extracción de recursos mineros y los puertos. En primer lugar, la zona tiene relevancia el cambio del uso de suelo para la producción de cierto monocultivo que sirve para la exportación hacia estados Unidos y Europa; en segundo lugar, ahí existe una ruta minera muy importante, en donde el oro es el rey de esta ruta y, por lo mismo, quién controle eso se lleva la joya de la corona; y, en tercer lugar, los puertos más importantes de la época nueva serán en el pacífico, en donde la economía China tiene un papel muy relevante y hay que controlar las rutas comerciales derivadas de ese periodo nuevo.
En conclusión, la economía capitalista está viviendo una época nueva, en donde la fertilidad burguesa ha hecho un gran trabajo en la construcción de este proyecto imperialista y América Latina se ha convertido en el foco de esta nueva era. Frente a los ojos del mundo, Estados Unidos demuestra su carácter decadente, pero, en esa putrefacción, su capacidad destructiva no puede detenerse bajo ningún sentido y la potencia económica está dispuesta a llevarse de corbata a todo quién se cruce en su camino. Lamentablemente, América Latina está en esta redefinición del capitalismo contemporáneo, en donde su postura será definitoria dentro del nuevo orden mundial y, de seguro, lo que defina en los siguientes años será fundamental para la construcción de la sociedad futura.