La derecha y el extravío de los debates sobre los libros de texto

Leonardo Meza Jara

I.- No son los errores ortográficos, esquemáticos, de diseño o conceptuales, lo que amerita una crítica de lo que significan pedagógica y curricularmente los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana. Este tipo de equivocaciones se han presentado de forma repetida en los anteriores sexenios, y son errores de forma, no de fondo.

Durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los “especialistas” que participaron en la elaboración de los libros de texto, se equivocaron varias veces. Estos errores, se ejemplifican con los títulos de diversas noticias que circularon en la prensa nacional:

– «Corregirá la SEP todos los errores en los libros de historia: Zoraida Vázquez» (La Jornada, 27 de agosto de 2009)

– «Errores en libros de texto: abundan dedazos, confunden colores y escriben “ocaciona”» (Excelsior, 9 de agosto de 2013).

– “Detectan nuevos errores en libros de texto de la SEP” (Animal Político, 29 de marzo de 2014).

– «Sabía SEP de errores en libros desde 2012» (Noroeste, 14 de noviembre de 2015).

– “Desata burla mano de seis dedos, SEP reconoce errata” (El Universal, 8 de agosto de 2018)

La historia de los errores en los libros de texto deja en claro que las equivocaciones han sido reiteradas. En el caso de los errores de los libros de la Nueva Escuela Mexicana, que se entregarán para el ciclo escolar 2023-2024, no definen el significado profundo del modelo pedagógico, ni de los componentes curriculares del proyecto de la Nueva Escuela Mexicana.

II.- Tampoco es la presunta carencia de las matemáticas o las ciencias en los libros de texto, lo que tendría que ser debatido en torno al proyecto de la NEM. Para entender dónde están las matemáticas y las ciencias en el nuevo modelo curricular, hay que contestarse las siguientes preguntas:

– ¿De qué maneras se hacen presentes las matemáticas y las ciencias en un currículo transdisciplinario que reconfigura las maneras de entender el saber, dejando a un lado las materias o asignaturas y estableciendo campos formativos, desde la perspectiva del pensamiento complejo de Edgar Morín (“Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, 1999 y; “La cabeza bien puesta, repensar la reforma, reformar el pensamiento”, 1999)?

– ¿Cuál es la presencia de las matemáticas y las ciencias, no en los libros de texto, sino en el currículo sintético, que son los contenidos nacionales establecidos de manera uniforme para todo(as)?

– ¿Cuál será la presencia de las matemáticas y las ciencias, no en los libros de texto, sino en el currículo analítico, que son los contenidos que cada escuela estará diseñando, implementando y evaluando, en el marco de una autonomía curricular que no tiene precedente en la historia de la educación en México?

Las matemáticas y las ciencias del currículo de la NEM están mucho más allá de los libros de texto, y se ubican entonces en:

A) Un enfoque transdisciplinario y complejo, que le da cabida a las matemáticas, las ciencias exactas, las ciencias sociales y las humanidades. Las matemáticas y las ciencias están presentes en los nuevos campos formativos de la NEM: Saberes y pensamiento científico y, Ética, naturaleza y sociedades. El mundo y sus problemas no son, ni tienen que ser pensados y/o vividos, desde una lógica hegemonizada por las matemáticas y la ciencia. El mundo también está compuesto de forma determinante por las ciencias sociales (historia, geografía, antropología, economía, política, etc.) y las humanidades (filosofía, literatura, pintura, música, cine, etc.)

B) Un currículo nacional, al que se le conceptualiza como “programa sintético”. Los contenidos que se estarán abordando mediante el programa sintético, comienzan a plantear un currículo que deja de ser: obligatorio, uniformizante e impuesto de forma verticalista por las autoridades educativas a nivel nacional.

C) Un currículo escolar, al que se le llama “programa analítico”, que estará siendo decidido e implementado en cada escuela de manera autónoma. Nunca en la historia del currículo en México, se había otorgado tanta libertad para que los colectivos de maestros, alumnos y padres decidieran sobre los que debe ser enseñado y aprendido. Si en un momento determinado, los integrantes de una escuela deciden que su programa analítico (currículo propio), se acentúe en el abordaje de las matemáticas y las ciencias, puede hacerlo con toda la autonomía que se les otorga para ello.

En los debates sesgados que se han abierto sobre los libros de texto, nadie habla de la reconceptualización teórica (epistemológica-transdisciplinar, que reconfigura las maneras de entender y habitar el mundo), la reconceptualización pedagógica (las formas de enseñanza-aprendizaje, que están basadas en la modalidad de proyectos, ABP y STEAM, que tienen un enfoque transdiciplinar y complejo) y la reconceptualización curricular (el plano de la autonomía curricular que otorga libertades para que las escuelas construyan su propio currículo), a partir de las cuales requieren ser pensadas las matemáticas y las ciencias.

III.- Para analizar el proyecto educativo de la Nueva Escuela Mexicana, se requiere debatir sobre:

1º.- Un modelo pedagógico en proceso de construcción, que está basado en la decolonialidad, el constructivismo sociopedagógico y la complejidad.

2º.- Un currículo, que al impulsar de forma radical la autonomía, lleva incluso a pensar en la eliminación de los libros de texto como herramienta de trabajo ¿Si en el proceso de autonomía curricular, cada escuela diseñará su propio programa analítico con libertad, qué caso tiene entonces elaborar libros de texto que tienden a establecer un currículo uniforme y obligatorio para todo(as)? ¿No sería mejor elaborar, otro tipo de herramientas que, en vez de uniformar impulsen la autonomía curricular, en vez de obligar a trabajar ciertos contenidos fortalezcan la libertad sobre lo que se va a trabajar y como se va a trabajar en las escuelas, en vez de limitar la iniciativa de los colectivos escolares impulsen las posibilidades de innovación y transformación?

3º.- Los conceptos que estructuran la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana desde una perspectiva pedagógica, curricular y propia de la gestión, sobre los cuales se tendría que estar debatiendo son: el pensamiento complejo y la transdisciplina (Morín), la dialéctica y la decolonialidad (teoría crítica), la autonomía curricular (teoría curricular y política educativa), la comunidad (pedagogía y gestión) y el constructivismo sociopedagógico (pedagogía).

Queda claro, que los actuales debates sobre los libros de texto son un extravío de la derecha, que ni siquiera sabe dónde están puestos los pies de la reforma curricular de la Nueva Escuela Mexicana. Quienes se han enganchado de estos debates, se han metido en un laberinto que está plagado de cegueras, sesgos y extravíos que, lo mismo pueden dar risa que tristeza.