Enrique Dussel y la enseñanza de la historia “universal”

Dennis Saúl Miranda Palomares
Profesor de historia en educación secundaria y Doctorante en Política de los Procesos Socioeducativos

El Dr. Enrique Dussel, fallecido el pasado 5 de noviembre de 2023, nos habló de la urgente y necesaria descolonización epistémica para darle un sentido a la realidad desde otros marcos categoriales distintos a los producidos por la Modernidad. La escuela y, evidentemente, la enseñanza de la historia “Universal”, han sido uno de los múltiples vehículos para transportar un tipo de conocimiento que nos atraviesa en todos los ámbitos de nuestra vida y repercute en la forma en la que nos relacionamos con los otros.

La historia “Universal” aprendida en la educación secundaria aún navega por los mares tortuosos del eurocentrismo; esto ha sido un dique de contención muy fuerte para el desarrollo de la crítica a los fundamentos del proyecto civilizatorio moderno. Aquí es donde radica la urgencia de plantear una enseñanza de corte decolonial, es decir, partir desde lo negado de forma sistemática por la Modernidad. Lo anterior generará en los estudiantes un pensamiento crítico para comprender la realidad desde nuestros propios horizontes de sentido.

De ahí la imperiosa necesidad de romper los grilletes que nos han atado al conocimiento que se ha creado en Europa y que no nos ha permitido pensar desde otros parámetros de comprensión. Ello implica generar en el estudiantado mexicano la formación de una consciencia histórica decolonial cuya función sea autorreflexionar en todo momento sobre su actuar y desterrar por completo esas formas de relacionarnos que están aparejadas con los conceptos y categorías eurocéntricas que han pasado imperceptibles por los recintos escolares a través de los planes y programas de estudio, concretados en los contenidos aprendidos por los estudiantes de nuestro país mediante la enseñanza de la llamada historia “Universal”.

No obstante, esta manera de aprender la historia debe dejar tras de sí esa forma monótona que nada dice y poco cuestiona, pues, debemos transitar hacia otra lógica de aprehender la realidad, un modo que debata los fundamentos ontológicos dadores de sentido y significado a un actuar producido desde los parámetros de un sistema civilizatorio de muerte; es decir, este tipo de conocimiento, en gran medida, ha servido para justificar sistemáticamente las atrocidades cometidas contra las civilizaciones no europeas. Ello implica, ya no sólo conformar una consciencia histórica decolonial, sino transitar hacia la configuración de una autoconsciencia que nos permita vernos frente al espejo y arrancarnos poco a poco los ropajes impuestos por el proyecto civilizatorio moderno, ese que ha sumido a gran parte de la humanidad bajo una violencia irracional originada desde la invasión europea al continente americano hasta la actualidad.

Dicho lo cual, la enseñanza de la historia “Universal” en la secundaria no debiera estar centrada en un aprendizaje memorístico del devenir histórico de Europa, al contrario, debe recuperar las historias de quienes han sido de manera sistemática negados, marginados y humillados por el sistema civilizatorio vigente. Debe servir para conformar en el estudiantado un pensamiento liberador y emanciparlos por completo al romper de una vez por todas con las cadenas epistémicas que les han impedido pensarse de otra forma.

En esto radica la importancia de una enseñanza de la historia desde una perspectiva decolonial. Construir una narrativa histórica distinta que acerque a los estudiantes a conformar comunidades de sentido alejadas de las categorías producidas por la Modernidad. Los marcos categoriales originados por el proyecto civilizatorio moderno son los que le han dado sentido a una vida llena de banalidades cuya función ha sido oprimir con mayor firmeza a los seres humanos. La violencia, el racismo, la aporofobia, la gordofobia, la gerontofobia, entre muchas fobias más, han sido parte constitutiva de un modelo civilizatorio que ha producido sus propias contradicciones para crear legitimidad a la hora de reprimir a todo aquel que ose oponerse a su avance.

En suma: la enseñanza de la historia “Universal” en la escuela secundaria debe basarse, indiscutiblemente, en los planteamientos elaborados por el gran filósofo de Nuestra América: Enrique Dussel. Así pues, lograremos la formación de una subjetividad liberadora cuyo logro radique en salir de las coordenadas impuestas por las prácticas colonizantes, mismas que, aún podemos observar de manera cotidiana en la familia, en las relaciones de pareja, en el trabajo y hasta en la misma academia occidentalizada. En palabras de Dussel: “La fiesta de la liberación es fiesta de un pueblo en la gesta de su propia constitución como exterioridad al ˋordenˊ que lo ha negado. Es la fiesta de un nuevo ˋordenˊ, de la creación de un nuevo momento histórico […]” (Dussel, E. (2021). Filosofía de la liberación. Una antología. México. Akal. p. 159)

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