En defensa, desde el noroñismo, de la reducción de la jornada laboral
Jonatan Romero
Yo, como Coordinador Editorial del Hijo del Ajolote y militante del colectivo Libres Justos y Dignos, quiero hacer una reflexión muy particular sobre algunos hechos concretos que algunos usuarios de X, antes Twitter, hicieron sobre una videocharla del senador Gerardo Fernández Noroña. Este ejercicio pretende abrir una serie de aclaraciones muy pertinentes que a mi juicio deben tomarse en serio y, sin caer en la banalidad, la respuesta debe marcar un horizonte claro y preciso.
Primero, la reforma a las 40 horas ha cobrado un tinte muy interesante en los últimos días y, aunque, esta iniciativa lleva bastante tiempo en la discusión, por alguna razón muy extraña, la oposición ha tomado la bandera de esta. En tanto, sus agendas no parecen tener éxito en la clase trabajadora, ahora, estos grupos quieren apoderarse de una lucha que ellos mismos han negado en el pasado. Ahora, de manera cínica, muchos se presentan como los ofendidos, porque, según estas patrañas, a la 4T no le interesa el bienestar de la clase trabajadora.
Segundo, no existe mentira más repetida en los últimos años de que este gobierno es el mismo que los denominados como neoliberales y algunos grupos utilizan la agenda de las 40 horas para tales objetivos. Yo pregunto ¿en verdad es esto cierto? Despliego la pregunta de mejor manera ¿es verdad que a la 4T no le interesa la clase trabajadora? ¿es verdad que a la 4T no le interesa el descanso de la clase trabajadora? Qué situación tan triste vivimos en México que la derecha debe controlar la discusión de muchos grupos de oposición y que estos tengan que recurrir a las mentiras.
Tercero, la Cuarta Transformación ha iniciado una vuelta copernicana hacia una sociedad antineoliberal y si bien es cierto que, dentro de una revolución por la vía legal, los viejos fantasmas siguen acechando y acosando a la izquierda, también debemos entender los cambios hacia la clase trabajadora. Este gobierno, que liderea Andrés Manuel, ha peleado en contra de la desigualdad, la pobreza, bajos ingresos y mejorar las condiciones de vida de los pobres. Negar los beneficios de este gobierno a los trabajadores es negar que la raíz de la fuerza de este proyecto está en los más pobres.
Cuarto, la oposición ha utilizado de manera poco ética a la reforma de las 40 horas, porque las mentiras están prevaleciendo sobre su avance dentro de la 4T. Por ejemplo, Susana Prieto se encargó de repetir a la audiencia que Nacho Mier la frenó por miedo de Morena a las represalias de los empresarios y sus seguidores se empecinaron a repetir que Obrador les tuvo miedo a las oligarquías. La verdad fue otra muy distinta y es que, en ese momento, la Coalición de izquierda no tenía los votos necesarios para tener la mayoría calificada y la reforma en cuestión estaba presentada en cambios a rango constitucional. Quién detuvo la reforma no fue la 4T, sino la derecha mexicana.
Quinto, también es falso que el obradorismo no tenga en el horizonte esta reforma, pues la realidad ha marcado en este tenor que los que apoyamos a la 4T hemos realizado una defensa férrea por este proyecto. Mucho antes de que las 40 horas se convirtiera en un activo para golpear a la 4T, nosotros hemos luchado por su defensa y, dicho sea de paso, el Partido Comunista nos cuestionó nuestra postura sobre el tema y nos llamaron reformista. Antes, esta reforma era tomada como una tomada de pelo, ahora, ellos están interesados en ella, porque quieren golpear a este gobierno.
Sexto, si lo anterior no fuera ya suficiente, ahora, la derecha se instala en contra de Gerardo Fernández Noroña, justo cuando hizo una defensa del pueblo mexicano en la Cámara de Senadores, y sacan de contexto un video. El video en cuestión pertenece a una transmisión de una hora y estos grupos editan solo 20 segundos. Según esto, la derecha ha afirmado que Noroña no apoya la reforma de las 40 horas y que les dijo flojos a los propagandistas de derecha. Primero, en ese mismo video, Noroña afirma que se hará la reforma y, segundo, él se refiere a un grupo que está mandando mensajes en la videocharla (es decir, no se refería a los grupos que se sintieron aludidos).
Séptimo, Noroña ha ido mucho más lejos sobre esta reforma y Susana Prieto debe recordar ampliamente la respuesta que le dio en un video, pues el senador ha sido muy claro: no deben ser 40 deben ser 20 horas. Nosotros, como noroñistas, decimos en ese sentido que no deben ser 20 sino que deben ser 10 horas. Es decir, el noroñismo no peleará por una bandera muy pequeña, si la derecha quiere las 40 horas porque quieren jugar a golpear al gobierno, pues que se la queden. Nosotros, en ese sentido, tenemos el compromiso con la reducción de la jornada laboral y reivindicar el derecho al ocio como una bandera revolucionaria.
Octavo, la reducción de la jornada laboral deberá salir de la clase trabajadora y solo ella podrá ponerla en la mesa de esta transformación. Por eso, Noroña se vuelve en un aplicador de la teoría de Dussel cuando dice que la izquierda debe politizarse dentro de esta coyuntura, porque nosotros debemos crear un consenso racional en torno a esta cuestión. La revolución de las conciencias requiere de una democracia directa y para ello la izquierda no puede contentarse con pedir y no dar nada a cambio. Por eso, la propaganda plebeya es muy necesaria en estos tiempos de esperanza.
Finalmente, en tiempos de la revolución de las consciencias, no hay manera de negar la importancia de la aprobación de la reforma de las 40 horas, pero la clase trabajadora ha marcado una agenda muy particular y ellos han decidido que antes de esta se deben aprobar 20 reformas dentro del Plan C y otras que impulsó Claudia Sheinbaum. Una cosa no está pelada con otra, pero, por eso mismo, primero, la agenda de izquierda debe impulsar las reformas acordadas el primero de marzo de 2024 y, desde ese apoyo, nosotros debemos impulsar la agenda de la reducción de la jornada laboral.