El arribismo contra el orgullo plebeyo, el riesgo de 2024

CE, Intervención y Coyuntura 

«El reflujo del «orgullo plebeyo» tuvo por consecuencia un aflujo de arribismo y de pusilanimidad.»

León Trotsky

Es bien sabido que en la lucha política concreta no siempre pesa “el trabajo de base”, ni la certeza ideológica. En tiempos de transformación, la 4T enfrenta en 2024 un escenario en donde el “orgullo plebeyo”, es decir, el énfasis en la lucha contra los privilegios en cualquier nivel de la vida social comenzará a decaer. Ello puede traer como consecuencia la emergencia de liderazgos sociales con fuerte carga técnica y operativa, mismo que no es por sí mismo negativo en un escenario político que ondea banderas de eficiencia administrativa. Transformar no es sólo agitar, sino volver a ordenar los factores de la ecuación política. Esta es una realidad incuestionable, el orgullo plebeyo no puede ser sostenido en el tiempo indefinidamente.

Lo que sí es negativo, siguiendo la sentencia de León Trotsky, es que al declinar la perspectiva plebeya venga la era de los arribismos y la pusilanimidad. Si la perspectiva plebeya es efímera, eso no quiere decir que pueda terminar de una sola manera. Sin embargo, hay signos ya preocupantes, que hablan de la presencia de la forma concreta del arribismo en nuestro tiempo: la vuelta del político de sonrisa, del blanqueamiento y mirreyismo.

En semanas recientes la Calzada de Tlalpan de la Ciudad de México se ha visto inundada por la imagen de un aspirante que sintetiza el arribismo puro. En los camiones, un joven blanqueado, con sonrisa enorme, presume su nombre al lado de un slogan vacío “Pedro Haces: tlalpense de corazón”. La imagen proviene de una revista inexistente, misma que devela la perspectiva blanqueada de este sector social: “Colonos del sur”. Publicar revistas promocionales es una actitud típica de la politiquería de quien puede, con dinero de por medio, instalar su nombre.

Según portales de noticias, el joven Pedro Haces es un abogado, empresario taurino y, lo más importante, hijo de un senador suplente, de nombre Pedro Haces Barba, hasta hace unos años miembro del PRI y supuesto sindicalista. La revisión del historial del senador suplente muestre una carrera zig-zaguenate, un empresario con supuestas ínfulas de dirigente sindical de una organización de ambigua ideología. Lo que sí es conocido es su papel en “Fuerza por México”, organización de efímera existencia. Que sea un senador suplente por Morena en la CDMX es ya preocupante, que utilice sus recursos para promocionar a su hijo como candidato a una alcaldía lo hace más.

En realidad, más allá de estas genealogías personales, la solo aparición de estos gestos rumbo al 2024 debe alertar, sin preocupar en exageración. Si efectivamente ha operado un cambio político y cultural de la escala que se espera, estas perspectivas afincadas en el dinero, en el apellido, en el puesto y el compadrazgo, es un factor por vencer. Cerrarle al paso a quien quiere comprar candidaturas es otro de los múltiples frentes que la 4T debe cuidar.