Consideraciones sobre la pobreza y la realidad económica actual según el Banco Mundial

Enrique Vera Estrada

Al parecer el desarrollo económico no ha permeado a las grandes masas, en especial a los más menesterosos. En un mundo en donde coexisten grandes empresas multinacionales, en donde las utilidades son de miles de millones de dólares junto con miles de millones de personas viviendo con serias precariedades, el reparto de la riqueza global ha favorecido más a los dueños del capital, es decir, grandes empresarios que han logrado expandir sus productos a muchos rincones del globo. Se dice que un indicador clave en toda economía es la participación de los salarios dentro del producto económico. En muchos países dicha participación es elevada, pues la gente no cuenta con otro medio de subsistencia que su débil salario. Es curioso que en momentos de crecimiento económico, la pauperización puede ser tan fuerte. Junto con la aparición de grandes centros comerciales, residencias de lujo, grandes oficinas de empresas corporativas coexisten numerosas –y crecientes– cantidades de personas con un ingreso insuficiente para subvencionar necesidades elementales como alimentación, techo, transporte y un servicio de salud mínimo. Parece que ese gran progreso económico que se ha dado en el último siglo simplemente se ha traducido en una creciente acumulación de capital para producir una gran cantidad de manufacturas de alta tecnología. El crecimiento astronómico de personas con un nivel de vida de alta precariedad no ha podido ser detenido ni con el avance en las técnicas de producción que han posibilitado la producción en serie de miles de mercancías. La mayor producción no se ha traducido en un mejor bienestar social. Un mayor bienestar de miles de millones de familias.

De ahí que los gobiernos, sobre todo en los países en vías de desarrollo hayan tenido que hacer esfuerzos cada vez más grandes para aliviar la pobreza y la mejor repartición del ingreso en sus países. Un objetivo elemental de la política económica de un gobierno es aplicar una tributación progresiva para atender la situación de millones de personas que sin su ayuda, caerían en una situación de inanición. Y esa ayuda pública –vía transferencias y ayudas– se ha traducido en un incremento creciente de la renta de millones de personas. Hay incluso miles de millones de personas que en su totalidad necesitan del gobierno para subsistir. Y lo más grave es que hay millones de persona y trabajadores que viven en la pobreza laboral, es decir, que su ingreso o salario percibido es insuficiente para subsistir, por lo cual necesitan recibir transferencias como servicios públicos gratuitos y subvenciones fuertes en alimentos y medicinas.

La teoría macroeconómica establece que el ingreso de toda familia es equivalente al dinero percibido por salario –u otra fuente de ingresos–, menos los impuestos que pagan, más las transferencias que reciben del gobierno. Hay por su parte personas que no necesitan ayuda alguna del gobierno, debido a que su alto ingreso los hace autosuficientes, y ellos son aquellos ubicados en los últimos deciles de la economía, que deben de pagar altos impuestos con el objetivo de nutrir las arcas públicas, para dar ayudas a personas que viven en precariedad.

En todo sistema económico se plantean cuatro preguntas básicas: ¿qué productos y servicios producir? ¿cómo producirlos? ¿para quién va destinada esa producción? ¿qué volumen de producción es la deseada? Es lamentable que en un país como México, el aparato productivo nacional produzca más de 2 millones de automóviles al año, miles de computadoras de lujo y teléfonos celulares, artículos lujo como pantalla de plasma, mueblería fina, ropa cara y una infinidad de productos y servicios que sólo son consumidos por la élite económica del país y del extranjero. Al mismo tiempo que la “gran montaña” de artículos suntuarios producidos crece, la producción de los satisfactores más apremiantes como los alimentos básicos , las medicina más elementales, las viviendas de interés social que son continuamente demandadas y diversos insumos básicos como el agua, el gas y la electricidad no se producen en cantidades suficientes. El consumo popular ha pasado a un segundo plano, y las empresas sólo se dedican a fabricar mercancías y servicios que están enfocados en el consumidor pudiente y de alto poder adquisitivo.

Además, hay que mencionar que en el sector agrícola mexicano hay cerca de 17 millones de mexicanos en condiciones de pobreza extrema, cuya suerte está definida, ya que la pobreza en el campo ha sido un problema de muchas generaciones. El ciclo de la pobreza de bajo ingreso-bajo ahorro-baja inversión o acumulación de capital-bajo ingreso nos ha roto. El gobierno es el único que puede resolver tal situación, ya que es el único que puede dar oportunidades a todas las personas en condición de vulnerabilidad para integrarse al desarrollo.

Los parámetros de medición de la posición económica de una persona, según sus ingresos, sigue siendo preocupante para este 2023, según el Banco Mundial. Los avances han sido muy pobres en los últimos años. Hasta hace una década se daba a conocer por organizaciones no gubernamentales que más de mil millones de personas en el planeta subsisten con un dólar al día. Para este 2023 los criterios impuestos por este gran banco de apoyo internacional son:

a) Población en pobreza extrema, la que vive con menos de 2.15 dólares al día.

b) Población con pobreza mediana, la que vive con un salario de hasta 3.65 dólares diarios.

c) Población vulnerable, la que vive con un salario de entre los 6.85 dólares hasta los 14 dólares diarios.

d) La clase media es aquella que vive con un salario cotizado entre los 14 dólares hasta los 81 dólares diarios.

Si se toma en cuenta este criterio, se puede ver que, en el caso de México, en donde el salario mínimo se ubica en los 208 pesos diarios en este 2023. La gran mayoría de los asalariados perciben como máximo 2 salarios al día, lo que equivale a unos 20 dólares. En teoría habría una numerosa clase media en nuestro país, que coexiste con una población en condiciones de vulnerabilidad. Se establece que el salario es la fuente más importante de la renta nacional. Lo ideal sería que el gobierno a través de una tributación más eficiente, dirigida a gravar la renta de las empresas de gran tamaño y a los causantes más pudientes, otorgara más recursos a millones de personas ubicadas en condiciones de vulnerabilidad. Con esta ayuda pública se podría hacer que ese ingreso diario de los 6.85 dólares subiera a través de más subsidios, recorte de impuestos y servicios gratuitos para que ese ingreso creciera. Ese es el papel del Estado en la economía.