Claudia Sheinbaum y el simulacro electoral universitario

Milton Gabriel Hernández García

El 17 de mayo de 2018 se realizó un simulacro electoral para las elecciones federales en el que participaron 9 mil 519 estudiantes de diversas instituciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH) y El Colegio de México, entre muchas otras.

En aquel simulacro, el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador obtuvo un 70% de las votaciones universitarias. Ricardo Anaya el 10%, y José Antonio Meade y “el Bronco” empataron con apenas el 2.6% de los resultados.

Ya para el 2 de julio de ese año, el 54% de los y las jóvenes mexicanas que votaron en la elección presidencial, lo hicieron por Andrés Manuel. Por Anaya, el 23% y por Meade, apenas el 12%.

El pasado 7 de mayo, los y las estudiantes se volvieron a organizar. Pero esta vez los números rebasaron exponencialmente la participación de 2018: se sumaron alrededor de 480 planteles universitarios de todo el país, con una cifra oficial de 255 mil 707 jóvenes.

Para la elección presidencial, los números quedaron de la siguiente manera: Claudia Sheinbaum obtuvo 63.5 % de los sufragios, es decir, 162 mil 444; Jorge Álvarez Máynez sumó 59 mil 128 votos, que representan el 23.1 % y la candidata de la derecha, Xóchitl Gálvez, registró 21 mil 845 boletas, es decir, apenas el 8.5 %.

En las universidades que se encuentran en la Ciudad de México también se hizo el simulacro para la Jefatura de Gobierno: Clara Brugada obtuvo 15 mil 748 sufragios (58.4 %); Santiago Taboada, 6 mil 132, (22.7%) y Salomón Chertorivski, 3 mil 600 votos (13.3%).

Respecto a la elección presidencial, no es de extrañar que los y las estudiantes hayan decidido apoyar mayoritariamente a una mujer universitaria, que ha tenido una destacada trayectoria académica y científica a nivel internacional, en el ámbito de la física y las ciencias ambientales. Además, se identifica con la izquierda, es parte del movimiento obradorista desde sus inicios, y durante su juventud participó en la histórica lucha del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) en defensa de la educación pública y gratuita.

Como es sabido, Claudia Sheinbaum es Licenciada en Física por la Facultad de Ciencias de la UNAM, así como maestra y doctora en Ingeniería Energética por la Facultad de Ingeniería. Desde los años noventa, es investigadora titular definitiva del Instituto de Ingeniería de la misma casa de estudios, además de que forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI II).

Ha realizado estancias de investigación en el Lawrence Berkeley National Laboratory de la Universidad de California, en Estados Unidos y ha sido consultora de Naciones Unidas para el World Energy Assessment. También ha sido parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en el tema de energía e industria.

Algunas de sus líneas de investigación han sido el estudio de las tendencias del consumo de energía y emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en México, la evaluación de las tendencias históricas del consumo de energía, a través de metodologías de índices de cambio que permiten monitorear las variaciones en la actividad, estructura, intensidad energética y estructura de consumo de los combustibles.

También ha sido responsable de la elaboración de los inventarios de emisiones de GEI en las categorías de energía e industria, de la elaboración y actualización del Modelo de Energía y Emisiones para México (MEEM), así como de la construcción de escenarios futuros de consumo y producción de energía. En México ha sido precursora de los estudios sobre política y economía de la energía​ y es una de las principales científicas que se han especializado en cambio climático.

Los datos del simulacro y las credenciales académicas de la Dra. Claudia Sheinbaum invalidan cualquier tipo de descalificación clasista y racista de la derecha hacia quienes simpatizan con el obradorismo.

Dónde quedan aquellos infames argumentos que sostienen la derecha y el conservadurismo (el PRIAN), que se la han pasado alegando durante seis años que quienes simpatizan con el movimiento de la Cuarta Transformación no son más que una bola de ignorantes, iletrados, borregos, chairos, morenacos, controlados por el discurso populista de AMLO, el maléfico dictador.

Los y las jóvenes que han participado en el reciente simulacro electoral universitario nos han mostrado con dignidad que la ciencia, el saber y la academia no están peleadas con la lucha por una sociedad cada vez más igualitaria, con mayor justicia social, donde la prioridad sea la atención a los sectores sociales más pobres, los marginados y los excluidos por un sistema económico que es estructuralmente injusto.

El neoliberalismo le cerró las puertas a la juventud mexicana, pero no le arrebató el derecho a soñar, no pudieron robarse la esperanza. Nos vemos el 2 de junio.