Capitalismo y Comunicación: Una propuesta de Christian Fuchs.

Sergio Alan Piña

Reflexionar sobre estos dos grandes temas engloba aceptar la condición de trabajar con cierto grado de ambigüedad conceptual, y es que en los términos ‘comunicación-capitalismo’ hay amplios márgenes semánticos; la consecuencia no deseable de esta ambigüedad es que para algunas tradiciones pueden llegar a ser conceptos inconsistentes entre sí, teniendo una relación que no puede ser expresada en términos explicativos y encontrando un desahogo en nuestra vida cotidiana bajo juicios que sostengan la incapacidad de ver en ciertos fenómenos de comunicación aspectos fundamentales de las lógicas de mercancías. Ahora, aceptar la ambigüedad conceptual no tiene por qué llevarnos necesariamente a la inconsistencia; para evitar esta dirección y sus desahogos es indispensable acotar la gama problemas a abordar y graduar los puntos de confluencia.

Si bien existen autores que directamente han dado claves contundentes para comprender una gama de problemas en los procesos de comunicación y han sabido ligarlas al capitalismo[i] también los hay quienes en un esfuerzo argumentativo exponen las claves de un pensamiento en relación al problema de la comunicación. Es en esa dinámica donde se inscribe Christian Fuchs (2021) y nos ofrece una serie de inquietantes preguntas ¿Qué elementos en el pensamiento de Marx podrían abordar este problema? ¿Qué elementos del capitalismo, en su amplio y menor sentido, se replican en las prácticas de comunicación?

Independientemente si nos gusta o no su abordaje, o si nosotros lo hiciéramos de forma diferente, es innegable que proponer preguntas de este tipo llama la atención. Y pensando que en épocas donde el youtuber, influencer, instagramers, tiktokers y cualquier persona se vuelva portador y portavoz de una aplicación, donde las noticias falsas, el clickbait, o los discursos racistas, sexistas, xenofóbicos (y un triste etc.) sin ecos aparentes, terminará por ser el contenido consumido de una gama de usuarios de redes, resultan bastante sensatas estas reflexiones. Para comprender esta gama de problemas Fuchs (2020), nos propone:

-Cuestionar cuál es el rol de la comunicación en nuestras sociedades, partiendo de las fuerzas sociales en conflicto y de los sectores en pugna.

-Fuchs (2020) parte de que la comunicación es un proceso clave pues media y organiza la producción de sociabilidad. Además al reproducirse en sociedades como las nuestras (capitalistas) no están exentas de sus formas ni de sus conflictos.

– El núcleo antagónico, propone Fuchs (2020) es entre la razón instrumental y la razón cooperativa.  En ese sentido la alienación es eje del conflicto.

-La propuesta de Fuchs (2020) es esbozar que el capitalismo digital es la dimensión contemporánea de la sociedad donde las tecnologías digitales (computadoras, tablets, celulares, lo “Smart”) también median los procesos de acumulación.    

Si bien podríamos impugnar por imprecisiones el esfuerzo argumentativo de Fuchs, hay una actitud teórica que debe ser reconocida y es el abordar los procesos de comunicación sin miedo a lo que supone la economía-política de la cual Marx hace crítica y que ciertos sectores lanzan el acelerado juicio y falaz argumento del “reduccionismo económico”. Este juicio parece ser una especie de consenso ideológico cada que se escucha el término economía-política. En ese sentido Fuchs, nos invita a valorar las aportaciones de las dispares tradiciones marxistas sin ese temor, incluidas las del propio Marx, para abordar una gama de problemas que resultan bastante contemporáneos. Desde aquello que supone el proyecto político amalgamado en el término ‘neoliberalismo’ hasta hacer crítica de: a) el autoritarismo; b) el posmodernismo; c) el antropocentrismo (El ser humano es parte de algo, y culpar al ser humano de las crisis ambientales es inscribir en el adn humano rasgos sistémicos, ej.); d) el propio marxismo; y por último e) el fetichismo de las diferencias.

No hay que olvidar que las bondades de las teorías también se inscriben en sus propios lectores, pero el valor de teorizar podemos encontrarlo en la propuesta planteada. Por ello respecto al proceso de comunicación, a lo primero que nos insta es a no separar trabajo y comunicación, en un caso más adecuado verlos como unidades diferenciadas:

Hay una dialéctica del trabajo y comunicación: los humanos comunican productivamente y producen comunicativamente. El propósito de la comunicación es la producción de un valor de uso específico, que el ser humano entienda el mundo y se entienda uno con otro. Entonces, la comunicación es productiva. La producción de su valor de uso satisface a las necesidades humanas y no puede alcanzarse individualmente, solo en las relaciones sociales. La comunicación es un proceso que organiza las relaciones, por tanto produce comunicativamente. Christian Fuchs, 2020 ap3.1 parr. 7 [traducción propia]

Por otra parte, el término neoliberalismo aunque se vuelva de uso común y se inscriba en prácticas de cierta discursiva política no deja de ser un proyecto político con rasgos específicos que de no reflexionarlo cuidadosamente nos puede generar problemas para comprenderlo. Y es que en este proyecto se suponen ciertas características de sociabilidad humana (racionalidad, egoísmo, interés, voluntad de poder) que implican también a los procesos de comunicación y  deben ser desestimadas en muchos ámbitos posibles. Fuchs menciona que una crítica fundamental para esto es la no reducción de características sistémicas hacia aspectos cuasi individuales, aunque Fuchs propone diversos filósofos para desestimar esta tendencia (Aristóteles, Marx, Taylor, Harent, Lukács) es posible ampliar la gama de opciones para enriquecer la crítica, abordando estudios contemporáneos de ciertas psicologías, teorías humanísticas hasta teología, cada trabajo en diversos grados puede contribuir. Lo cierto es que en los procesos de comunicación están presentes los supuestos fundamentales del neoliberalismo.

Teniendo en cuenta lo anterior, es importante retomar la pregunta inicial: ¿Cuál es el rol de la comunicación en sociedad? El punto crucial, que sugiere Fuchs (2020), es ver a la sociedad como una totalidad compleja con tres momentos cada uno con un sentido, a) economía, producción de valores; b) política, productor de decisiones colectivas; c) cultura, producción de significados, sentidos. El autor, establece algunas condiciones como que 1) No son separables, 2) no son reducibles, 3) ni tienen la misma prioridad para las sociedades. La metáfora que retoma Fuchs de Lukács es imaginar esto como un rio con diferentes encauces, pero nos insta a verlo como un rio real, es decir contaminado, con trabajo humano que ha generado esos encauces, que ha diseñado ciertas estructuras y que está atravesado no solo por las contradicciones propias de corrientes sino por las que se han generado.

En ese sentido la comunicación no puede ser pensada de forma separada de su sociedad, una pregunta más técnica es sobre el rol de la comunicación en una sociedad alienada, reificada a los propósitos del capitalismo-neoliberal. La economía reifica en una práctica de explotación; La política se vuelve una práctica de dominación; la cultura, en un práctica profana. Si el eje de las prácticas de comunicación se enfoca a tres momentos que concuerdan con lo economía, lo política y lo cultural (a, b, c) es porque trabajan y se organizan en tres puntos: 1) conocimiento; 2) control; y 3) narrativa.

Las prácticas de comunicación que se inscriben en la alienación de una sociedad, ven al conocimiento como un valor privado y lo inscriben en prácticas de explotación. El control de la comunicación tiene una estructura jerárquica sin replica ni participación, casi dictatorial, por ello sus propósitos narrativos son ideológicos y privados, sirven a fines ajenos a lo común, reproducen la narrativa de los supuestos del neoliberalismo, y en el fondo, contribuyen a procesos de acumulación. El lado visible es el monopolio de la comunicación que es capaz de censurar, reprimir o eliminar (ej. Twitter,) Fuchs menciona varios más como Google, Facebook, Amazon; el caso de Cambridge Analytca, etc. Con los argumentos de Fuchs podemos llegar a conclusiones muy interesantes como que las plataformas donde participamos no son ajenas a la toma de partido, es falso que sean herramientas donde cada quien decide cómo usarlas, nosotros los usuarios somos las herramientas de esas plataformas y ellos deciden como usarnos.

Por otro lado, podemos deducir los opuestos de lo planteado en las sociedades alienadas y en sus a, b, c, darles la vuelta a lo colaborativo, participativo, profundo. Ver en el conocimiento un bien público, crear plataformas de participación amplia, generando discusiones y consensos sobre las narrativas o los asuntos públicos. Es cierto lo que plantea Fuchs al buscar sentido en las palabras, pues en la etimología Comunicación y Comunidad hay algo en común. A su vez, así como hay ejemplos de dominación mediante los procesos de comunicación también los hay de luchas que marcan el pulso de variadas alternativas.

La lucha por la comunicación: a modo de concluir.

Una clave que platea Christian Fuchs para observar más de un proceso, está en las prácticas que impugnan, en las prácticas con sentido político que buscan incidir en la toma de decisiones. Los nuevos retos políticos son amplios en las fábricas, las oficinas y los hogares. Fuchs (2020) cita un estudio del 2014 sobre los procesos de organización política del Occupy y sus formas de comunicación. En él se menciona que el móvil, llamadas, emails, grupos en Facebook o twitter se mantienen como herramienta, y que la movilización política tiene un sentido comunicativo en más de un momento (Fuchs, 2020, sec. 5, parr.12).

Es indispensable el criterio, las redes de comunicación no siempre son seguras, ni trabajan al ritmo que esperamos o con los supuestos teóricos deseables. Hay una dinámica interna, crear espacios para disputar las narrativas hegemónicas se vuelve importante pero políticamente no es trabajo de una sola persona ni de un solo colectivo. El posmodernismo y las fake-news, han relativizado aspectos que de suyo no pueden serlo y el núcleo a considerar es propiamente político. El trabajo de Fuchs es ilustrativo y teóricamente fuerte, pero para nuestra actividad política es deseable evaluar las conclusiones y asumirlas desde puntos contextuales con un grado de criterio, incidir es en nuestra conclusión un asunto estratégico, para hacerlo es indispensable discutir y comprender.    

Por ello es destacable para nuestros propios intereses desestimar la idea de que la comunicación está por encima de la lógica del capital pero hay que cuidar no incurrir en la idea de que todo es susceptible de la etiqueta ‘capitalismo’, (que ni es etiqueta ni es adjetivo). También cuidar los excesos sobre que el capitalismo es todo, y que nada hay fuera, que no hay opciones ni alternativas cuando las prácticas humanas nos brindan cientos de ejemplos, y es en las prácticas donde hay que poner atención, pues cuando la comunicación empieza a verse como eso se inscribe en la lógica que dinamiza su sentido y se pueden deducir sus alternativas. En un mundo donde todos quieren ser Andy Warhol en las miles de plataformas, empecemos a tomar más la voluntad de Solanas. 

 

Fuchs, C. Towards a critical theory of communication as renewal and update of Marxist humanism in the age of digital capitalism. J Theory Soc Behav. 2020; 50: 335– 356. https://doi.org/10.1111/jtsb.12247

Christian Fuchs. (2020). Communication and Capitalism: A Critical Theory. London: University of Westminster Press. 406 pages disponible en: https://uwestminsterpress.co.uk/site/books/10.16997/book45/read/?loc=012.xhtml

[i] Piénsese en: Lukács, Althusser, Adorno, Habbermas, Marcuse, Honneth, Apel, Dorfman, Raymond William, Wright Mills, Dussel, Ludivico Silva y un amplísimo etcétera.