Apuntes autobiográficos de Simón Zaga Galante

 

Nació en 1939 en el seno de una familia judía. Sus recuerdos de adolescente describen la vida del viejo centro de la Ciudad de México: la bulliciosa actividad mercantil en las calles de Brasil, el barrio comercial y universitario. Casi desde niño fueron años de intenso trabajo en el negocio familiar; una familia de migrantes provenientes de Siria, de Líbano o de España, como muchos vecinos de esa zona.

El arduo trabajo de los comerciantes suele tener beneficios rápidos, mayores ingresos y ascenso de vida. Pero para Simón Zaga las inquietudes principales se dirigieron hacia la apreciación artística, los libros, los conciertos en Bellas Artes. También dedicó una parte de su tiempo a tratar de encontrar sentido a su identidad judía en un México enormemente variado y rico. Pronto descubrió también que su esencia mexicana es fundamental sin desmerecer el legado de sus ancestros judíos.

En ese camino, un evento aparentemente lejano lo colocó frente a una nueva perspectiva: la Revolución Cubana y todo el proceso que llevó al ingreso de Fidel Castro a la Habana el 1 de enero de 1959.  Este enorme atrevimiento de la historia sacudió a su generación y también a un joven que disfrutaba de una condición económica holgada. Con el surgimiento del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) cuya figura principal era el expresidente Lázaro Cárdenas ciudadanos de diversos orígenes se acercaron a la lucha política democrática.

Estos impulsos sociales dieron como resultado que Simón Zaga se distanciara de su familia y comenzara una participación activa en el cambio político que se avecinaba en México a principios de los años sesenta. Comenzó a participar en un círculo de estudios que conducía Boris Rosen Jélomer, periodista e historiador de origen ucraniano, casado con Raquel Tibol, estudiosa de arte. Durante ese tiempo, Simón Zaga reforzó sus conocimientos acerca del pensamiento socialista judío, que tuvo fuerte representación entre los exiliados europeos en la Ciudad de México. Boris Rosen le ayudó a conocer más acerca del pensamiento marxista.

A principios de los años sesenta, Zaga se incorporó a las filas del Partido Comunista Mexicano (PCM). Casi de inmediato, fue escogido como cuadro profesional encargado de la administración de Ediciones de Cultura Popular (ECP), mejor conocido como el “Fondo”, la empresa editorial del PCM. Las publicaciones de ECP y la venta de libros provenientes de la URSS y de otros países permitió un auge del Fondo en aquella década, que se explica también en parte por el crecimiento del número de ciudadanos interesados en una política alternativa. Con la experiencia empresarial y administrativa, además de ser un ávido lector, contribuyó con entusiasmo al reforzamiento de la empresa del PCM. 

En 1964 participó en la campaña de Ramón Danzós Palomino, candidato Presidencial por el Frente Electoral del Pueblo (FEP). El valor de aquella campaña fue romper el cerco de la clandestinidad de la izquierda y lograr la resonancia de las ideas comunistas. Los participantes del FEP fueron reprimidos en Monterrey y Simón Zaga fue golpeado y expulsado de la ciudad. A pesar de esa experiencia siguió asistiendo a varias ciudades de México donde entraba contacto con nuevos militantes.

Por aquellos años asumió la responsabilidad de dirigir la librería Independencia, ubicada en la calle del mismo nombre, en pleno centro de la Ciudad de México y a una cuadra de la Alameda Central. Esta podía ser la imagen pública de un partido que todavía estaba sometido a la sombra del no reconocimiento legal. Era una novedad comercial, pero sobre todo un desafío político. Para darle realce se comisionó al arquitecto Felix Goded remodelar el local, adaptado para contar con una cafetería, un espacio para conferencias y por supuesto la venta de libros y discos.

Posteriormente, ya como encargado de la editorial Simón Zaga publicó con gran éxito títulos como Canek, y la Biografía de Benito Juárez, ambas escritas por Ermilo Abreu Gómez. El libro de Raquel Tibol sobre Julio Antonio Mella apareció con portada del maestro David Alfaro Siquieros. Publicó la obra del historiador soviético A. B. Belenki La Intervención Francesa en México, 1861-1867, y el libro de Anatoli Shulgovsky, México en la Encrucijada de su historia.

No obstante, el mayor éxito fue la publicación de los primeros libros del gran caricaturista Eduardo del Río, Rius. Títulos como Cuba para Principiantes, con un tiro de 5,000 ejemplares, que no era común en aquella época. Aparecieron luego Joven Alemania y Caricaturas Rechazadas. Entre sus clientes se encontraban notables académicos universitarios de todos los tonos, como Raúl Álvarez Garín y Carlos Monsiváis, mientras que políticos como Lázaro Cárdenas y Jesús Reyes Heroles adquirían novedades editoriales. Clientes anónimos adquirían colecciones provenientes de la URSS, de Cuba o de Argentina.

Las persecuciones y la represión eran el pan cotidiano para la militancia de izquierda. Sin embargo, el asesinato de estudiantes en Tlatelolco fue el golpe más duro en aquel momento. Simón salió de la editorial en los años 70 y regresó a actividades comerciales, sin dejar su compromiso político. Mantuvo el contacto con los exiliados latinoamericanos, de Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, a quienes brindó apoyo solidario durante su refugio en México. Participó desde su trinchera en la campaña electoral de la izquierda en 1985 y 1988 y nuevamente en 1996. Votó y sigue apoyando a Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México. Siendo un hombre de izquierda, en todo momento considera que la mejor etapa de su vida fue la militancia consciente en las filas del Partido Comunista Mexicano.