100 años para ser eterno: Pablo González Casanova

Manuel Vega

Ha muerto a sus 101 años de vida Don Pablo González Casanova. Maestro de generaciones. Un gigante del pensamiento crítico en toda América Latina. Abogado, sociólogo e historiador. Se graduó como abogado en la entonces Escuela de Jurisprudencia de la UNAM, realizó sus estudios de maestría en Historia en el Colegio de México y se doctoró en sociología por la Universidad Sorbona de París.

Su primer texto publicado data de 1948. Su primer libro importante, que representó una valiosa aportación a la ciencia política en nuestro país, fue “La democracia en México”, de 1965. Libro que sigue conservando vigencia en alguna medida y en muchos sentidos. Actualmente se le sigue leyendo y estudiando: fue en este libro en donde desarrolló la incendiaria tesis del «colonialismo interno». De este mismo periodo fue también la producción teórica que contiene algunas de sus aportaciones más sugerentes; «Sociología de la explotación», de 1969. Ya en los años 80´s, con el inicio del neoliberalismo, y ante la renuncia por parte de muchos sectores de la izquierda a conceptos fundamentales para la lucha anticapitalista, publica: «La nueva metafísica y el socialismo», en 1982. Entrado el nuevo milenio, en los albores del siglo XXI, don Pablo González Casanova no dejó de escribir, de pensar, de acompañar, de ayudarnos a pensar y orientar las luchas con los pobres de la tierra.

Don Pablo tuvo una primera influencia muy fuerte siendo todavía muy joven, con apenas 21 años, cuando conoció en 1943 al jurista e historiador socialista cubano Julio Le Riverend en el Colegio de México. Por él, el joven Pablo conoció la obra de José Martí, y de ahí, en los siguientes lustros se aproximó al pensamiento de Antonio Gramsci. Ya en Francia, durante sus estudios de sociología en la  Sorbona de París, fue alumno, entre otros, del gran sociólogo del derecho Georges Gurvitch, el jurista ruso nacionalizado francés, pionero en el estudio del pluralismo jurídico a partir la normatividad societal paralela producida por los consejos de sóviets. A su regreso a México, en la hoja primera de aquel libro, «Sociología de la explotación», de 1969, aparece una dedicatoria al sacerdote y sociólogo colombiano, Camilo Torres, mártir de la Teología de la Liberación en América Latina. Esas fueron algunas de las influencias del maestro Casanova, pero, en mirada panorámica y con perspectiva amplia, don Pablo ha sido sobre todo un socialista democrático, un gramsciano-martiano.

 

En su último libro, publicado en el 2004, “Las nuevas ciencias y las humanidades: de la academia a la política”, don Pablo González Casanova nos dice:

En el descubrimiento y creación de lo nuevo, los sucesores de la socialdemocracia, el comunismo, la liberación de los pueblos, el nacionalismo revolucionario y los nuevos movimientos rebeldes legales e ilegales, sociales, políticos y armados no sólo habrán de repetir hasta el cansancio la sabia afirmación de Amílcar Cabral: “La revolución mundial será un proceso predominantemente político o no será”. También tendrán que precisar en torno a la democracia, como pluralismo y como poder de los ciudadanos, los pueblos, y los trabajadores, las metas de la liberación y del socialismo. La coherencia con una lucha democrática universal y plural parecen ser la alternativa más poderosa frente al imperialismo y al capitalismo global tecnocientífico y salvaje. La democracia en su sentido pleno implica la liberación y el socialismo.

Hasta siempre, comandante Pablo, que la tierra te sea leve; nos fue muy provechosa tu centenaria vida.