Poder político: Sistema político, Sistema de partidos, Sistemas electorales y los resultados de las votaciones del 2 de junio del 2024 Parte I
Para Lissette Silva Lazcano, nuestra querida amiga y compañera, que se esforzó tanto, mientras tuvo vida, para que los resultados electorales favorecieran a Morena y a la 4T.
Ana Alicia Solís y Max Ortega[1]
Los resultados de las elecciones de 2024 produjeron nuevas modificaciones en los equilibrios políticos creados en el 2018. Las clases sociales, las elites políticas y las burocracias partidarias se reacomodaron. El poder de la clase dominante permaneció, pero un poco más delimitado. Los espacios de representación, representatividad y organización política se ampliaron para las clases subalternas.
En la exposición y defensa de los proyectos de nación presentados por las dos coaliciones electorales, “Sigamos Haciendo Historia” (Morena-PT,-PVEM) y “Fuerza y Corazón por México” (PAN-PR-PRD), el proyecto nacional popular de la primera triunfó de manera amplia, mientras que el proyecto de restauración neoliberal, de la segunda, fue derrotado.
El bloque histórico neoliberal (empresarios nacionales y extranjeros, medios de comunicación de masas, sistema electoral, partidos políticos, intelectuales orgánicos e Iglesia católica) puso en juego, nuevamente, la estrategia del miedo, la guerra de odio, la tensión del conflicto social, la manipulación política de las instituciones del Estado (SCJN, TEPJF e INE) y la compra de votos. El bloque histórico de los dominados, por su parte, compitió con una estrategia diferente y más competitiva: explicación detallada de su proyecto de nación y sus políticas de gobierno; alianzas, compromisos y acuerdos con los grupos sociales más diversos, en cada uno de los territorios del país; organización, unificación y movilización de sus fuerzas bajo una dirección política unificada; y vigilancia, y seguridad en las casillas y en la emisión de los sufragios.
Las clases subalternas, que son ciudadanos, al mismo tiempo, en virtud de la ficción real producida por el capitalismo, votaron masivamente por la continuidad del proyecto nacional popular y sus políticas. Despejando el camino con sus votos, para que el cambio democrático iniciado hace seis años con Andrés Manuel López Obrador, siga por otros seis años más, con Claudia Sheimbaum, candidata morenista y obradorista.
Contexto del proceso electoral
Tres son, nos parece, los espacios, que conforman el contexto del proceso electoral 2023-2024 y sus resultados: la política económica, la política social y la política como relación entre Estado y sociedad civil. Un sucinto análisis de cada uno de ellos, continuación.
La política económica de AMLO y sus exitosos resultados fueron el marco general de la celebración de las elecciones 2024 y sus consecuencias. En efecto, el desempleo disminuyó y el empleo creció[2]. Los ingresos se incrementaron[3]. Los salarios y el consumo se elevaron y disminuyó la pobreza laboral (ingresos suficientes para adquirir la canasta básica)[4].
Se estabilizó el tipo de cambio. Al cierre del viernes 31 de mayo, el tipo de cambio se ubicó en 17.01 pesos por dólar, aunque al filo de las diez de la noche del 2 de junio, el tipo de cambio alcanzó las 16.9471 unidades por dólar, y el índice líder S&P/BMV IPC que agrupa a las acciones más negociadas del mercado doméstico, mostró una baja de 0.70% a 54,967.26 puntos[5].
Crecieron los ingresos públicos en el primer cuatrimestre de 2024. Hacienda informó de una recaudación de 2.62 billones de pesos, esto es 6 billones más de lo presupuestado.
Creció la inversión extranjera directa. La IED ascendió a 20, 313 mdd durante el primer trimestre de 2024, mayor en 9% al mismo periodo de 2023 (INEGI).
La deuda del sector público federal tuvo un crecimiento menor, respecto del ocurrido en los dos gobiernos anteriores (Calderón y Peña Nieto). La deuda que se acumuló en seis años de la administración del presidente Felipe Calderón (2006-2012) fue de 8 puntos porcentuales del PIB. La acumulada en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto fue de 7.4 puntos porcentuales del producto, como muestran los datos de Hacienda.
El débito que el actual gobierno acumulará en seis años, de acuerdo con Ramírez de la O en la comparecencia de septiembre ante diputados, será en torno a 5.2 puntos del producto interno bruto.
“Serían 2.2 puntos porcentuales menos, esto es, casi 700 mil millones de pesos menos a precios actuales, que los del presidente Peña Nieto y serían 2.8 puntos porcentuales menos (alrededor de 670 mil millones de pesos actuales, según cálculos no oficiales) que los que endeudó la administración el presidente Calderón”, señaló en aquel momento el funcionario[6].
Mejoró la situación de Pemex (refinación, gasolinas y petroquímica) que el gobierno peñanietista quebró técnica, operativa y financieramente: caída progresiva de la producción de petróleo, disminución de la capacidad de producción del sistema nacional de refinación y robo de combustibles[7].
La CFE también fue rescatada. Casi la mitad de la capacidad instalada de generación a su cargo se modernizó. Se equiparon tres plantas hidroeléctricas, se automatizaron 16 y se construyó una nueva[8]. El rescate también incluyó 35 proyectos de generación, que representaban un total de 13 mil 929 megavatios, y una inversión de 9 mil 171 millones de dólares.
Con el objetivo todo ello de otorgarle a la empresa nacional el 56 por ciento de la producción de electricidad.
A principios de 2024, la generación eléctrica de CFE ya era del 54 por ciento del total, y se estimaba, que con la adquisición de las 13 plantas generadoras, otrora propiedad de la trasnacional española Iberdrola, al cierre del tercer trimestre del presente año, esa proporción se incrementará a 61 por ciento.
Los ferrocarriles (Tren Maya, Transístmico, Nogales-Sonora y Sinaloa-Nuevo México) de carga y pasaje volvieron a articular el mercado interno y a mover a los mexicanos de escasos recursos; redefiniendo la conectividad; agilizando el movimiento de mercancías; fomentando el turismo; y reduciendo los costos logísticos. Las carreteras y los trenes ligeros (CDMX, Guadalajara, México-Toluca) hicieron la parte complementaria, dándole al país y a su población mayor y mejor movilidad.
El PIB a pesar de los cambios de gobierno en México y Estados Unidos tuvo un crecimiento real de 1.60% en el primer trimestre de 2024, respecto a igual trimestre de 2023 que fue de 3.59%[9]
Estos resultados económicos positivos produjeron, como expresó la casa encuestadora Gallup, que las percepciones sobre la economía, el liderazgo, las instituciones y la honestidad de las elecciones fueran optimistas para muchos mexicanos[10]. Dicho de otro modo, el contenido material del consenso organizado por el obradorismo fue la definición y aplicación de una determinada política económica y sus respectivas políticas públicas. Todos los discursos de la oposición chocaron con los resultados de esta, y fracasaron en su empeño de deslegitimarla. Los amparos, montajes, campañas mediáticas, rechazos y fallos negativos de la SCJN, no tuvieron otro efecto que el de aislar socialmente a sus promotores, tanto en el caso del AIFA, como en el del Tren Maya, la refinería Dos Bocas y la Ley de Energía.
El único fruto de sus “críticas” negativas y sus oposiciones irresponsables fue la perdida de toda credibilidad política.
La política social se organizó con base a dos principios: el de bienestar y el de la prioridad de los pobres (“Primero los pobres”). Con estos programas se buscaba avanzar, además, en la sustitución gradual del Estado mínimo evaluador[11] por el Estado de Bienestar[12].
Los programas sociales y la política de salud fueron sus expresiones operativas. Apoyo directo, universal y sin intermediarios. Sus operadores y la infraestructura se plasmaron en los Siervos de la Nación, el Banco del Bienestar y el Insabi.
Los programas fueron catorce: Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores ($6,000 pesos bimestrales); Sembrando Vida ($6,250 pesos mensuales); Jóvenes Construyendo el Futuro ($7 mil 572 pesos mensuales); Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Básica ( $920.00 pesos mensuales); Beca Universal para el Bienestar Benito Juárez de Educación Media Superior ($920.00 pesos mensuales); Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Superior ( $ 2,800.00 pesos mensuales); Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad ( $ 3 mil 100 pesos bimestrales) ; Programa para el Bienestar de Niñas y Niños Hijos de Madres Trabajadoras (Niñas y niños recién nacidos y hasta los 4 años: 1, 600 pesos bimestrales; niñas y niños con discapacidad recién nacidos y hasta los 6 años: 3, 600 pesos bimestrales); La Escuela es Nuestra ( los planteles educativos que tengan de 2 a 50 alumnos y alumnas reciben $200 mil pesos; los que oscilan entre los 51 y los 150 son acreedores a $250 mil pesos ; y los que tienen 151 o más son beneficiados con $6, 600 mil pesos); Producción para el Bienestar el mínimo $6 mil pesos y el máximo $24 mil pesos por persona beneficiada); Bienpesca ( $7,500.00 pesos anuales); Fertilizantes para el Bienestar ( hasta 600 kilógramos de fertilizante de forma gratuita); Por una Mejor Vivienda ( otorgamiento de 35 mil pesos); y Precios de Garantía.
Los objetivos perseguidos con estos programas sociales eran el bienestar, la capacitación laboral de los jóvenes, la disminución de la deserción escolar, ayudar a que los estudiantes terminaran sus estudios, reducir la desigualdad social, mejorar las condiciones de vida de niñas, niños, adolescente y jóvenes, contribuir a la autosuficiencia alimentaria y apoyar el desarrollo del campo y de la pesca, satisfacer las necesidades básicas de la población rural, e impulsar la autoproducción de vivienda[13].
Estos programas sociales le dieron al gobierno de AMLO un apoyo político de masas, consenso y legitimidad. Todo lo cual, sin generar clientelismos ni reproducir el corporativismo estatal del pasado, modificó las tendencias electorales existentes.
En el campo de la salud se buscó la construcción de un sistema de salud universal, cuya cobertura abarcara a quienes permanecen fuera del mismo. Con ese propósito, el gobierno de AMLO inició la reconstrucción de las instituciones que mediante las privatizaciones, subrogaciones y corrupción, habían sido destruidas o abandonadas por los gobiernos neoliberales. Se basificó al personal en funciones, se formó y contrató nuevo personal médico y se eficientó la compra y distribución de las medicinas. El Seguro Popular, creado en 2005, fue sustituido en 2019, por el Insabi, y más tarde por un órgano público descentralizado, el IMSS Bienestar, con el que se buscaba que los recursos se concentraran en la Federación y que con el apoyo de las administraciones estatales los fondos presupuestales se destinaran para lo que realmente habían sido asignados, evitando que dichos recursos fueran desviados.
Con el propósito de modificar la forma de Estado y sentar las bases de un cambio del régimen político, el gobierno AMLO intentó reformar las instituciones estatales y el entramado jurídico creados por el neoliberalismo. Buscó, igualmente, hacer realidad la democracia electoral y política.
La resistencia del viejo régimen político no se hizo esperar. La oposición a la 4T organizó un amplio y sólido bloque de contención con los partidos políticos neoliberales (PRI, PAN, PRD y MC), el poder judicial (SCJN y el CJF); los organismos autónomos (IFAI, IFT, INAI, INE, COFECE, CRE, principalmente); las ONGS y las asociaciones civiles (Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, Consejo Nacional de Litigio Estratégico, IMCO, Frente Cívico Nacional, Asociación de Padres con Niños Enfermos, Mexicanos primero, Signos Vitales, y muchas más), financiadas todas ellas por los gobiernos y empresas transnacionales de Estados Unidos y de la Unión Europea; las cámaras empresariales (CMN, CCE, CEEG, COPARMEX, CANACINTRA, CONCAMIN, CONCANACO, CNA, CAINTRA-NL, CIRT y COMCE); la Iglesia Católica (CEM); los medios de comunicación de masas (Televisión, radio, prensa, y redes sociales); y los intelectuales y sus organizaciones culturales (nexos, Letras Libres y Configuraciones-IETD)[14].
Permanecieron varios de los conflictos sociales del periodo neoliberal. Los nuevos conflictos sociales fueron pocos. No hubo represión, sino diálogo y persuasión. Entre los conflictos que deben señalarse en el gobierno de AMLO, está el de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, los desaparecidos de la guerra sucia del presidente Luis Echeverría, los despedidos del SME durante el gobierno de Felipe Calderón y los desaparecidos de la guerra contra las drogas.
Los choques sociales más cercanos al 2 de junio, por ejemplo, siguieron la ruta de la negociación de sus demandas (paro nacional de la CNTE, iniciado el 15 de mayo) o del arreglo entre las partes como sucedió en la revisión salarial entre la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) y Aeroméxico, en el que se acordó un aumento salarial de 4.65%. Y el conflicto en la mina de Tizapa en Zacazonapa, Estado de México, donde Industrias Peñoles además de subsanar las violaciones laborales, aceptó reconocer al sindicato nacional minero como titular del contrato colectivo de trabajo.
Sistema electoral y Sistema de Partidos políticos
Como parte del entramado del Estado, votantes y partidos políticos están estrechamente interrelacionados con el sistema político, el sistema de partidos y los sistemas electorales. En estos últimos residen las “reglas a través de las cuales es posible convertir los votos en escaños parlamentarios (en caso de elecciones legislativas) o en cargos de gobierno (en caso de elecciones para presidente, gobernador, alcalde, etc.)”[15].
Los sistemas electorales mantienen con los sistemas políticos, por otra parte, en su condición de elementos constituyentes, interconexiones y mutuas influencias. Resultando, en tal virtud, elementos institucionales significativos para la formación de la voluntad de los ciudadanos en las sociedades capitalistas, dado que sostienen estrechas relaciones con los modelos de democracia representativa y con la propia representación política de sociedades históricamente determinadas[16].
Los usos de los sistemas electorales, derivados de las funciones antes señaladas, producen consecuencias para las diversas formas en las que se expresa la política. “Es decir, se supone que el sistema electoral es el responsable de la estructura del sistema de partidos, del modelo de formación del gobierno, del tipo de toma de decisiones políticas, así como la concepción de la política”[17]. A todo lo cual se puede agregar que, en algunos casos específicos, determinan la forma y la composición del gobierno; permiten la mayor o menor participación en las instituciones políticas y establecen determinadas formas de distribución del poder político[18].
En conclusión, la reforma de los sistemas electorales no puede dejar de ser un tema de poder político, es decir, de la creación de nuevos equilibrios de todo tipo entre las clases sociales y sus intereses reales; de nuevas interrelaciones de los sistemas políticos, las formas de gobierno y los sistemas de partidos políticos, por ser el mecanismo técnico-político de la regulación del sufragio y de la conversión de los votos en escaños.
[1] Dra. en Ciencias Sociales, por la UAM y Dr. en Ciencia Política, por la UNAM
[2] En febrero de 2024, la población desocupada fue de 1.5 millones de personas y la tasa de desocupación (TD), de 2.5% de la PEA. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), presentada el 31 de marzo, la tasa de desocupación disminuyó un punto porcentual entre febrero de 2022 e igual mes de 2023, al pasar de 3.7 a 2.7 por ciento, el nivel más bajo desde el inicio de la serie hace 18 años (La Jornada, 1o. de abril de 2023, Julio Gutiérrez, “La desocupación laboral, en su nivel más bajo desde 2005, revela el Inegi”). Al cierre de marzo de 2024, México tuvo la tasa de desempleo más baja entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con 2. 6 por ciento, similar a la de Japón, y menor a la de Corea, de 2.8 por ciento( La Jornada, 17 de mayo de 2024, Clara Zepeda, “México repitió en marzo con la tasa de desempleo más baja de la OCDE”).
Durante febrero de 2024, 59 millones 403 mil personas de la PEA estuvieron ocupadas, 1.1 millones más que en el mismo mes de un año antes, informó el Inegi (Regeneración, 27 de marzo de 2024, Rojas R., “Tasa de desempleo baja 2.5 en febrero, casi 500 mil nuevos empleos”). En marzo, la población ocupada siguió en aumento, ascendiendo a 59 millones 818 274 personas. Un aumento de 414 mil 335 empleos (Regeneración, 26 de abril de 2024, Rojas R., “Desempleo en los niveles más bajos desde que se tiene registro: Inegi”; y La Jornada, 31 de mayo de 2024, Braulio Carbajal, “Más de 900 mil lograron empleo en el último año”).
[3] De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), una vez eliminado el efecto de la inflación, en la actual administración el ingreso laboral de las familias acumula un incremento real de 29.81 por ciento desde el último trimestre de 2018, avance que contrasta con el retroceso de 3.11 por ciento que se registró en los 13 años previos, que abarcan en su totalidad las administraciones de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y unos meses de la de Vicente Fox Quesada(La Jornada,7 de junio de 2024, Dora Villanueva, “Creció casi 30% real el ingreso laboral de las familias este sexenio”)
[4] Durante el gobierno de AMLO se impulsaron seis aumentos consecutivos en las remuneraciones laborales. En 2018 el salario mínimo se ubicaba en 88.36 pesos en todo el territorio nacional. A partir del 1o. de enero de 2024, el salario mínimo fue de 248.93 pesos diarios, es decir, 7 mil 572 pesos mensuales. Este incremento del salario mínimo equivalía a un aumento efectivo de 110 por ciento respecto a 2018.
En la Zona Libre de la Frontera Norte, el salario mínimo a partir del 1o. de enero de 2024 fue de 374 pesos diarios, estos es, 11 mil 403 pesos mensuales (AMLO, 6 de diciembre de 2024, “Sexto incremento del salario mínimo fortalecerá poder adquisitivo más 100% y fortalecerá mercado interno”; y PiedePágina, 5 de enero de 2024, Isabel Briseño, “Salario mínimo, el aumento que ‘sí ayuda’ “).
Los incrementos salariales contractuales en este sexenio fueron los más altos de los últimos periodos presidenciales, afirmó la Secretaría del Trabajo. Indicó que el aumento en las remuneraciones fue de 6.56 por ciento en valor nominal y de 1.31 en términos reales en promedio. Bajo la gestión de Vicente Fox, el alza nominal fue de 5.87 puntos porcentuales y la real de 1.05; con Felipe Calderón fueron de 4.47 y 0.14, respectivamente, y en el de Enrique Peña Nieto se registraron 4.40 por ciento de aumento nominal y 0.36 real (La Jornada, 7 de mayo de 2024, César Arellano García, “Superan alas salariales contractuales a las de tres sexenios pasados”).
El crecimiento del salario mínimo jaló hacia arriba, como era de esperarse, al salario profesional y a los salarios contractuales, acrecentando los ingresos de los trabajadores y el consumo, la inversión y la producción. Ayudando a sacar de la pobreza a 5.1 millones de personas.
[5] El 3 de junio, sin embargo, ya conocidos los resultados electorales presidenciales y del Congreso, hubo malestar en los mercados financieros y movimientos en el tipo de cambio (LaPolíticaOnline, 3 de junio de 2024, “Los mercados reaccionan al ‘carro completo’ de Claudia: el peso se depreció y la BMV pierde 4%’ ). Rogelio Ramírez de la O salió a calmarlos, al día siguiente, haciéndoles saber que permanecería como secretario de Hacienda “por un tiempo indefinido” y que continuaría la responsabilidad financiera, las metas de crecimiento y de deuda. Después de este mensaje de escasos dos minutos, el peso se cotizó a 17.80 y la BMV mejoró (LaPolíticaOnline, 4 de junio de 2024, “Ramírez de la O intenta calmar al mercado, pero aparecieron infiltrados y se saturó la llamada”; LaPolíticaOnline, 4 de junio de 2024, “AMLO atribuye la volatilidad del mercado a la ‘desinformación entre los inversionistas’ “). Las presiones del capital financiero, empero, continuaron.
[6] La Jornada, 1 de junio de 2024, “La deuda publica creció menos que en gobiernos anteriores: Hacienda”.
[7] La idea rectora de la política petrolera obradorista fue la autosuficiencia energética. Vid. AMLO, febrero 15 de 2019, “Versión estenográfica de la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador”; La Jornada, 1o. de abril de 2019, León Bendesky, “Energía”; Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), Anibal García Fernández, “La disputan por los hidrocarburos en el México de AMLO”; Cámara de Diputados. CESOP, julio 2020, Rafael Del Olmo, La energía en México. Primera parte. El petróleo, documento de trabajo núm. 332; energíahoy, 28 de diciembre de 2021, Fernanda Hernández, “Pemex anuncia 10 acciones para lograr autosuficiencia energética”; y La Jornada, 19 de marzo de 2024, Emir Olivares y Julio Gutiérrez, “Nada de cerrar refinerías o escuchar ‘el canto de las sirenas’ sobre Pemex “.
[8] La Jornada, 24 de junio de 2023, Alejandro Alegría, “Se moderniza 48% de la capacidad instalada de generación: CFE “; Cámara de Diputados. CESOP, agosto 2020, Rafael Del Olmo, La energía en México. Segunda parte. La electricidad, documento de trabajo núm. 335.
[9] La Jornada, 3 de junio de 2024, David Marquez Ayala,”México. PIB 1er. trimestre 2024”.
[10] Regeneración, 30 de mayo de 2024, Rojas J., “Con AMLO el 73% optimista en mejorar sus niveles de vida revela Gallup”.
[11] Max Ortega, “Reforma del Estado, política laboral y movimiento sindical”, en Ana Alicia Solís de Alba, Max Ortega, Abelardo Mariña Flores y Nina Torres (Coordinadores), Globalización, reforma neoliberal del Estado y movimientos sociales, Editorial Itaca, México, 2003, pp. 221 – 243; y Ana Alicia Solís de Alba, Mujer y neoliberalismo: el sexismo en México, Editorial Itaca, Mexico, 2019, pp. 57 – 72.
[12] Ernesto Isuani, Rubén Lo Vuolo y Emiliio Tenti Fanfani, El Estado benefactor. Un paradigma en crisis, Miño y Davila Editores / Ciepp, Argentina, 1991, 136 pp.; Josep Picó, Teorías sobre el Estado del Bienestar, Siglo XXI de España Editores, España, 1987, 156 pp.; Ramón Casilda Béjar y José María Tortosa (editores), Pros y contras del Estado del Bienestar, Editorial Tecnos, España, 1996, 418 pp.; y Rafael de Bustillo (ed.), El Estado del Bienestar en el cambio de siglo, Alianza Editorial, España, 2000, 401 pp.
[13] Programas para el bienestar en https://programasparaelbienestar.gob.mx/
[14] En la mañanera del 9 de junio de 2020, el vocero del gobierno, Jesús Ramírez, leyó un documento de origen desconocido, escrito con miras a ganar las elecciones intermedias en 2021 y la revocación de mandato de AMLO en 2022, que esbozaba las lineas generales de una estrategia y un plan de acción que a la postre, y al margen de los deslindes, aplicaría la oposición de la derecha neoliberal. El tan comentado documento llevaba por tíitulo Rescatemos a Mexico. Proyecto BOA. Resumen Ejecutivo, https://elfinanciero.com.mx/graficos/pdf/proyecto-boa.pdf.
El estudio de la relación entre ONGs y neoliberalismo puede verse en Nina Torres Baños, “Las organizaciones no gubernamentales en la continuidad neoliberal conservadora: ¿las ‘super marcas’ del mercado globalizado”, en Ana Alicia Solís de Alba, Max Ortega Aguirre, Abelardo Mariña Flores y Nina Torres Baños (Coordinadores), Reformas estructurales, crisis de la gobernabilidad neoliberal y ascenso de los movimientos sociales, Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa, México 2008, pp. 309-319.
[15] Esta definición “restringida” del concepto sistema electoral fue acuñada por uno de los más reconocidos estudiosos de los sistemas electorales, Dieter Nohlen, en su obra, Gramática de los sistemas electorales. Una introducción a la ingeniería de la representación, Editorial Tecnos, España, 2015, p. 19. Coinciden con esta definición, entre otros, Emanuele Marotta, “sistemas electorales”, en Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, Diccionario de política, Volumen 2 (L – Z), siglo veintiuno editores, quinta edición, México, 1988, p. 528; Vernon Bogdanov (ed.), Enciclopedia de la instituciones políticas, Alianza Editorial, España, 1991, p. 675; y Gianfranco Pasquino, Nuevo curso de ciencia política, Fondo de Cultura económica, México, 2011, p. 131.
[16] Juan Hernández Bravo, “Los sistemas electorales”, en Rafael del Aguila (editor), Manual de ciencia política,Editorial Trotta, España, 1997, pp. 354 y 355.
[17] Dieter Nohlen, Gramática de los sistemas electorales, p. 97. Sobre los sistemas electorales y las formas de gobierno, puede verse a Edurne Uriarte, Introducción a la ciencia política, España, 2002, pp. 167 y 168.
[18] Josep M. Colomer, Cómo votamos. Los sistemas electorales del mundo: pasado, presente y futuro, Editorial Gedisa, España, 2004, 271 pp.