Mario Santiago Papasquiaro, víctima del nihilismo-anarquista y de Octavio Paz

Carlos Contreras
Sólo quienes han leído Los detectives salvajes han conocido las desventuras del personaje Ulises Lima y sólo unos cuantos más se han enterado de existió: se trató de Mario Santiago Papasquiaro, poeta y amigo entrañable del escritor chileno Roberto Bolaño. Si incluso quienes leen literatura mexicana no lo conocen, se debe a que parte de su carrera como poeta fue opacada por el establishment literario mexicano, quien siempre lo menospreció por su radicalismo, por su ira libertaria, pero también por no ser de la elite cultural que domina a México: “(…) acumuló más penas que glorias. Hoy nadie lo recuerda como poeta, a pesar de haberse dedicado en cuerpo y alma a componer los versos más sórdidos, extravagantes e incomprendidos que pudieran existir en la poesía mexicana.” (Granados, 2022)
Si consideramos que el nihilismo comienza con la ausencia de límites y con la multiplicidad de identidades (pero también su ausencia), entonces Mario Santiago Papasquiaro es el ejemplo perfecto de nihilismo, pues para empezar su verdadero nombre era José Alfredo Zendejas, y según él mismo, sólo podía haber un José Alfredo en México (y era José Alfredo Jiménez) por eso se renombró como Mario Santiago Papasquiaro, en honor al pueblo de nacimiento de José Revueltas, a quien admiraba y respetaba. Además, en la novela Los detectives salvajes es nombrado como Ulises Lima, y por eso su identidad siempre fue liquida y esquizofrénica, y por lo mismo fue caldo de cultivo para el nihilismo anarquista y literario:
Era carne, hueso, verbo, tinta y contradicción. Un poeta que quiso ser maldecido y vivió su vida como un campo de batalla: contra todo y contra todos. Esta es la historia de guerra y paz de un hombre que terminó devorado por sus demonios. (Santos, 2023)
Leía toda clase de poesía, estudió filosofía, pero luego abandonó dicha carrera para dedicarse en cuerpo y alma a la creación poética. Iba a talleres de poesía, pero terminaba por fastidiarse y organizaba boicots contra las figuras literarias de aquellos entonces; de hecho, tuvo problemas con José Emilio Pacheco, pero sobre todo con Octavio Paz, por eso es que fue saboteado y satanizado como un reventador y se le negaba su calidad como poeta, como si para ser poeta se requiriera de una institución que te diese el permiso. Pero nada de eso lo detenía:
(…) se cultivó tempranamente en el noble ejercicio de recitar poemas (suyos y de autores que admiraba) hasta el cansancio, esperando comentarios, críticas y elogios de sus escuchas. Era un caminante y un perro callejero que a ritmo de blues merodeaba sin rumbo, con sus “pies alados sosteniendo el peso drenado de su cerebro abierto”, como diría él mismo. (2022)
Leía poesía cuando se bañaba, y eso le hizo creer al escritor Roberto Bolaño que en México llovía incluso adentro de las casas; escribía poemas hasta en las cajetillas de cigarros, en sus libros y en los de sus amigos. Bebía poesía y sudaba poesía, su talento era nato, pero también era nato su amor por el caos así como por el desorden, y por eso a pesar de su enorme talento poético, muchos literatos y especialistas en literatura mexicana siguen sin conocerlo:
Se sabe muy poco de la obra de ese personaje cínico y peripatético, pues en sus andares sin destino perdió más hojas de las que se conservan. Y tiene sentido, su mejor poesía era su vida misma, que transitó bajo una suerte de lógica visceral. (2022)
Diseminó su obra en todos los lugares donde estuvo, desde la CDMX, pasando por Francia y Viena, hasta llegar a Israel sin olvidarnos de Nicaragua. Pero además siempre se consideró un luchador revolucionario, que creía que con su poesía podía cambiar el mundo, o incluso podía servir como protesta frente a un sistema autoritario y corrupto. Por eso es que a mediados de la década de 1970 fundó en la Ciudad de México el Movimiento Infrarrealista junto con el chileno Bolaño y otros poetas mexicanos:
Ese espíritu combativo, con el que se oponía con manifiestos y boicots al canon estético de la literatura en México (moldeado históricamente por la élite cultural blanca), lo llevó en la década de los setenta a liderar un movimiento de jóvenes poetas inconformes con la poesía mexicana de la época: el Infrarrealismo, que, en sus palabras, ejercía un “terrorismo cultural”. (2022)
Juntos se dedicaron a sabotear recitales de poetas como Octavio Paz o parecidos, y eso les valió la condena así como el cierre de oportunidades para publicar por parte del establishment literario mexicano. Se volvieron unos parias, pero para Mario Santiago fue la prueba de su autenticidad poética con tintes anarquistas y nihilistas, eso es lo que de verdad contaba para él. Pero no sólo fue el hecho de que fuera un radical el que provocaba su rechazo, sino que él mismo se esforzaba por mostrar una personalidad extremista y peligrosa:
(…) un monstruo y un espectáculo, rechazado por su actitud contestataria y por su aspecto físico, su forma descuidada de vestir, su cojera, su intenso olor a alcohol y desvelo, su bigote incipiente, en fin, por ser un paria más, ajeno la casta literaria del país: “Mi Doble & yo no cabemos juntos por la misma puerta ebria pero inevitablemente cabalgamos rumbo a esa loca convulsión”. (2022)
Mario Santiago estaba en guerra contra todos, pero sobre todo contra él mismo, y eso es lo que alimentaba su talento poético, pero también lo que lo destruía física y psicológicamente. Anteriormente dijimos que el nihilismo aparece cuando los limites se traspasan, pero también cuando la identidad se vuelve liquida y/o esquizofrénica, y precisamente Mario SP reconoció en todo momento tener más de una personalidad, y eso lo estaba llevando lentamente a la locura.
Seamos realistas, muchos poetas y literatos han terminado de forma terrible, como Villon, Baudelaire y Novalis, o han sido cercanos a situaciones enfermizas y horribles como Bukowski y el mismo Henry Miller. Por todo eso, podemos decir que si alguien fue un auténtico poeta en México fue Mario SP, y que quienes le niegan su calidad de poeta es más por clasismo y desprecio que por otra cosa. Pero ese es el precio a pagar por quienes se enfrentan a los poderosos, suelen terminar en la locura así como en el abandono, y eso es precisamente en lo que consiste el nihilismo:
Mario Santiago, injustamente empequeñecido por un personaje ficticio, desafió la individuación, el principio filosófico de la identidad, que advierte que algo no puede ser y no ser a la vez. Precisamente porque era lo que se le daba la gana: poeta, viajero, perro vagabundo, crítico, lector, editor, escritor… todo a la vez y con la única máxima de deambular sin ley, porque entendía que la buena poesía está en la calle y que en la calle las reglas las hace cada quien. (2022)
Mario SP tuvo la vida que quiso, sin respetar reglas, ni siquiera las de tránsito, pues le encantaba caminar por la CDMX y pasarse los semáforos en verde; la primera vez que lo atropellaron quedó cojo, y tuvo que usar bastón por el resto de su vida, y la segunda vez que lo atropellaron falleció en 1998. Es válido desafiar al sistema y sus límites, sobre todo si éstos son autoritarios, pero ¿al grado de provocar tu propia muerte? Al menos para quien escribe esto, eso es absurdo, pero es necesario recordar que lo absurdo es pariente del nihilismo, por lo que no tiene nada de raro que Mario SP terminara así: “Tenía su propio sistema moral. Pero llevó la autodestrucción y el suicidio a su sistema. Verlo desmoronarse y convertirse en lo que finalmente se convirtió fue bastante terrible”, lamenta Juan Esteban Harrington.” (Santos, 2023)
Al menos en la novela Los detectives salvajes, se habla de cómo Ulises Lima (o sea él) y Belano (Bolaño) sobrevivían vendiendo droga para así ahorrar y hacer su viaje a Europa. Bolaño ya no regresó a México, probablemente fastidiado del establishment, mientras que Mario SP anduvo por París y después por Israel, en busca del amor no correspondido de una mujer argentina; como no podía ser de otra manera, sufrió por el desprecio de aquella mujer:
La estancia de Mario en Jerusalén fue muy difícil. [Ella] Estaba enamorada de Norman, no de él. Se volvió inviable: no trabajaba, no hablaba el idioma, no tenía donde caer muerto”. Un día lo vio mendigando en la puerta de la universidad donde estudiaba. (2023)
El amor no correspondido, pero también la vida en vagancia son lugares comunes de la poesía, pero, además, su carácter nómada e irresponsable fueron abono para ésta, el problema fue que: el alcohol y las drogas estaban ganando su poca habilidad para manejar sus emociones y podía volverse violento y molesto. (2023) Si bien las personas que lo conocieron en verdad lo apreciaban, lo cierto es que terminaban por cansarse de él, pues tanta intensidad puede ser toxica y por lo mismo insoportable. Su odio tenía la misma intensidad que su amor:
Era un tipo muy querido y muy odiado. Era muy cariñoso, expresaba mucho cariño, gritaba, ronroneaba, refunfuñaba, pateaba, trataba de abrazarte. Pero fue muy difícil. Solo duraste dos o tres meses con él. Y un día empezó a beber y beber y no paró. (2023)
En Los detectives salvajes Bolaño da a entender que después de su regreso de Europa se volvió como un fantasma, o más bien como un espectro que deambulaba entre la vida y la muerte. Pero además vivía huyendo de gente que lo odiaba y que quería acabar con él. ¿Quiénes serían esas personas que deseaban destruirlo? ¿Serían una metáfora del establishment literario que nunca lo perdonó? ¿O eran parte de su delirio y locura que comenzaban a destruirlo mentalmente? La realidad era que los duros golpes de la vida comenzaban a hacer mella en él, y el nihilismo que solía darle fortaleza para luchar contra el establishment se estaba volviendo en su contra: “(…) a nadie le conviene ser poeta como Mario: te incendias. La combustión interna fue tremenda”, narra José Peguero”. (2023)
Finalmente, un 10 de enero de 1998 murió atropellado. Sólo unos cuantos periódicos mencionaron su deceso, y algunos intelectuales llegaron a escribir algo sobre él, como fue el caso Juan Villoro. Gracias a la novela de Bolaño existen personas que saben quién fue Mario SP, y para algunos nuevos poetas se ha vuelto una especie de gurú o de sabio al que hay que imitar. Si alguna lección podemos tomar de Mario SP es que no se requiere del establishment para hacer poesía, y que éstos no tienen derecho alguno a decir si eres bueno o malo. Precisamente si la banda de Mario SP atacaban a Octavio Paz era porque éste era:
(…) ícono del canon mexicano de las letras, representante de la cultura oficial y emblema del filtro de control y publicación de nuevos talentos, (debido al poder y al tráfico de influencias en editoriales, premios y revistas literarias), es la antítesis y el enemigo número uno de estos muchachos, por lo cual es objeto de burlas constantes a lo largo de la trama [de Los detectives salvajes]. (Rivera,2015)
Paz en la vida real vetó a muchos talentos, y por eso se decía que la cultura en México descansaba en Paz. Ante tal escenario los infrarrealistas decidieron criticar y sabotear en la medida de lo posible a Paz y a sus seguidores. Éstos probablemente temían a Mario SP y a su pandilla, pues en Los detectives Salvajes un personaje que es seguidor de Paz menciona lo siguiente:
Por un momento, no lo niego, se me pasó por la cabeza la idea de una acción terrorista, vi a los realvisceralistas [infrarrealistas en la vida real] preparando el secuestro de Octavio Paz, los vi asaltando su casa (pobre Marie-José, qué desastre de porcelanas rotas), los vi saliendo con Octavio Paz amordazado, atado de pies y manos y llevado en volandas o como una alfombra, incluso los vi perdiéndose por los arrabales de Netzahualcóyotl en un destartalado Cadillac negro con Octavio Paz dando botes en el maletero. (Bolaño,2003:171)
Si bien eso no ocurrió en la vida real, el hecho de que Bolaño lo mencione en su novela quiere decir que el odio y el miedo hacía ellos era verdadero. Pero también significa que Mario SP y su grupo sentían un desprecio reciproco y enorme por el establishment controlado por Paz, y por eso añoraban derrocarlos, cosa que finalmente no ocurrió.
Sin embargo, cualquiera que haya estudiado una carrera de Humanidades o incluso Ciencias Sociales ha conocido personas que han leído a Paz, pero que no están de acuerdo con sus posturas literarias y/o políticas, y que consideran que abusó de su poder por muchos años, o que incluso era un cacique típico del PRI como Fidel Velázquez. O sea, los infrarrealistas no eran los únicos que lo criticaban, por lo que es probable que a muchos les hubiera causado risa el secuestro de Paz, y que eso en verdad hubiera hecho de Mario SP una leyenda:
De haberse consumado el secuestro, quizás el destino de Mario Santiago Papasquiaro no hubiera sido morir atropellado bajo los efectos de quién sabe que droga. Quizás se habría encontrado en una cárcel mexicana, vanagloriado con la leyenda universal de haber secuestrado a un gran poeta a manera de venganza, por amor a la poesía. (Rivera, 2015)
Pero bueno, no ocurrió, y aunque a muchos no les hubiera desagradado la idea de imaginarse a Paz humillado por Mario SP y sus seguidores, la realidad es que los infrarrealistas sólo eran agitadores literarios, pero no eran terroristas ni criminales, y aunque despreciaban a Paz, nunca hubieran ido tan lejos más allá de los insultos:
Totalmente falso que los infras hayan pretendido secuestrar a Octavio Paz. Bien que lo detestaban y es cierto que Mario y Jesús Luis Benítez (a) el Bunker, le boicotearon una lectura en la librería universitaria. Pero no eran secuestradores. Quizá en alguna borrachera se les ocurrió, pero de ahí a que decidieran aventarse ese tiro, no, categóricamente, ¡no! (2015)
Sin embargo, las versiones sobre la vida y las experiencias de Mario SP son muchas, y así como él no tenía una identidad fija, su vida tampoco tienen una única versión. Existe otra versión en la que nunca de dejó de ser un líder revolucionario, y que su poesía era una forma de llevar a cabo sus planes revolucionarios. De hecho, no sólo tuvo problemas con Paz, sino con el mismo gobierno de México:
Aunque la leyenda dice que se fue a Europa en busca del amor a Jerusalén, la verdad es que después de un incidente donde estudiantes izquierdistas universitarios apedrearon en Ciudad Universitaria al presidente en turno (Luis Echeverría Álvarez), varios jóvenes de izquierda son detenidos, entre ellos, Héctor Apolinar, viejo amigo de Mario y activista laborista, además de cercano en sus inicios al infrarrealismo. (Piña, 2015)
Como es bien sabido, Luis Echeverría fue el encargado de la represión contra la izquierda subversiva durante el gobierno de Díaz Ordaz, y luego continuó con dicha represión en su sexenio, fingiendo la apertura democrática. Precisamente parte de lo narrado en la novela Los detectives salvajes ocurre en el sexenio de Echeverría, hasta que finalmente tanto Bolaño como Papasquiaro deciden huir de México en 1977. Si bien en la novela ya mencionada se dice que fue a buscar el amor de una mujer, no obstante la otra versión afirma que:
(…) los hostigamientos aumentan, ya que se le identifica como supuesto miembro de la Liga Comunista 23 septiembre. Durante un interrogatorio se le obliga a leer poemas que los represores creen están escritos en clave. Se le acusa de ser antisocial por no usar calcetines, se le golpea y se le abandona en un basurero de la Central de Abastos. (2015)
La Liga Comunista 23 de septiembre fue una guerrilla que fue derrotada hasta la década de 1980; pero en efecto, todavía en el sexenio de López Portillo estuvo activa, precisamente en ese sexenio fue cuando Mario SP termina por huir de México, por sus actividades subversivas según esta versión:
Mi familia pequeño burguesa entra en pánico y lo envía a Europa, a París, a soñar con una beca en la Sorbona… Ya luego vendrá el mito de que estuvo vagando en Medio Oriente montado en camello, vagabundeando en París, preso en Viena… Él volverá a México a finales de 1978, favorecido con una amnistía que el PCM dijo gestionar aunque en verdad ésta fue producto de una huelga de hambre en la que participara Rosario Ibarra de Piedra y una veintena de personas, entre las cuales estaba yo. (2015)
Así que el viaje de Mario SP por Europa e Israel fue una huida para salvaguardarse de la represión, y da lo mismo qué versión sea la más acorde a los hechos, pues en un caso huyo del ambiente tóxico y déspota de la literatura mexicana, y en el otro huyo de la represión del Estado, en ambos casos se fugó del autoritarismo mexicano.
El anarquismo nihilista tiene límites muy claros, y tanta furia, pasión y coraje terminan por autodestruirse, tal y como le sucedió a Mario SP. Hizo lo correcto al inventar su propia poesía, y decirle al mundo que no se requiere del establishment literario para ser un poeta. Pero se equivocó en la forma de enfrentarse a las vacas sagradas de la literatura mexicana, pues hasta la fecha las vacas sagradas manejan la literatura mexicana, y siguen vetando a quienes se parecen a Mario SP.
Lo correcto hubiera sido luchar porque la literatura mexicana sea más autónoma, menos caciquil, y en la que hubiese un apoyo total a los nuevos talentos sin discriminación de por medio, pero eso suena demasiado utópico, y es poco factible que ocurra. Además, el propio Mario SP diría que eso hubiera significado ser parte del establishment que tanto despreciaba, y por eso era preferible ser un poeta maldito y nihilista como él.
Bibliografía:
Bolaño, R. (2003) Los detectives salvajes. Barcelona. Anagrama.
Granados, J. (2022). Mario Santiago Papasquiaro: entre el caos, el delirio & el olvido. https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/0a409ff0-448c-4d10-94d7-8f110622aa0d/mario-santiago-papasquiaro-entre-el-caos-el-delirio-el-olvido
Piña, J. (2015) Mario Santiago, poeta infrarrealista de izquierda https://www.laizquierdadiario.mx/Mario-Santiago-poeta-infrarealista-de-izquierda
Rivera, L. (2015) ¿Quién quiso secuestrar a Octavio Paz? https://polemon.mx/quien-quiso-secuestrar-a-octavio-paz/
Santos, A. (2023) La guerra y la paz de Mario Santiago Papasquiaro. El verdadero detective salvaje. https://elpais.com/mexico/2023-03-18/la-guerra-y-la-paz-de-mario-santiago-papasquiaro-el-verdadero-detective-salvaje.html