Los "otros datos" de Obrador son correctos: Humanismo exitoso vs fracaso Neoliberal
Arturo Flores Mora
Por más que se burlaba la chayocracia de los medios de desinformación y la oposición del PRIAN financiada por Estados Unidos, la realidad estadística de nueva cuenta los pone en su lugar: el basurero de la historia.
Resulta ser que los «otros datos» que ha demostrado en los últimos años el presidente Andrés Manuel López Obrador han resultado ser verdad, mientras que los datos catastrofistas de la oposición resultaron ser como ellos: una vulgar mentira.
En 2006, 2012 y en 2018 el PRIAN a través del sector empresarial utilizaron el miedo y la incertidumbre como arma a su favor para decir que con AMLO no habrían empleos, habría crisis económica, el peso se iba a devaluar, habría fugas de capital, nos quitarían nuestras vacas y pares de zapatos, habrían más pobres e ignorantes, en fin…que íbamos a ser como Venezuela (país que de acuerdo a la Unicef, tiene resultados más exitosos en nutrición infantil, alfabetización y vivienda universal que el paladín del capitalismo Estados Unidos).
Después de 5 años de la Cuarta Transformación, queda más que comprobado que Andrés Manuel López Obrador no era un peligro para México, sino un milagro.
Que se escuche fuerte y claro. Con Morena la inseguridad, la violencia, la desigualdad, el endeudamiento, la pobreza, el hambre y el miedo han disminuido mientras que la actividad económica, los salarios, los empleos, los derechos laborales, las becas, las pensiones, la esperanza y la unidad del pueblo han aumentado como nunca, sobre todo después de una larga pesadilla de 80 años llamada PRIAN.
Sin embargo, los buenos resultados no sólo han sido demostrados por el presidente y corroborados por el INEGI y el Coneval, sino que ahora también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (órgano creado por la ONU para contribuir al desarrollo económico de la región) ha ratificado los excelentes resultados del gobierno de AMLO en materia económica y social en el país.
Ante ello, surgen algunas preguntas: ¿Cómo desestimarán los opositores los datos proporcionados por la CEPAL? ¿Cuál será el nuevo argumento maromero de la oposición y sus sectores sociales desclasados y enajenados de la realidad? ¿Tildarán a la CEPAL de institución comunista castrochavista cubano venezolana china júpiteriana anticristiana homosexual neomarxista anti órganos autónomos controlada por López Obrador?
Ahora bien, independientemente de los garabatos y gritos de la oposición, la CEPAL en su estudio más reciente demuestra el éxito principal del nuevo modelo económico denominado Humanismo Mexicano, a saber: que la desigualdad y la pobreza han disminuido en los últimos cinco años con el nuevo gobierno gracias a los programas sociales universales y constitucionales así como al aumento salarial acompañado de subsidios al consumo y controles de precios que han contenido en la medida de lo posible a una inflación (aumento de precios) ocasionada no por el «dictador» de AMLO, sino por dos fenómenos de repercusión mundial: primero, la pandemia, que a raíz de una menor producción encareció el precio de las mercancías derivada del paro de actividades; y segundo, la guerra entre Rusia y Ucrania que disparó el precio de granos básicos y que muchos países víctimas del modelo neoliberal como México resintieron como consecuencia del premeditado abandono al campo que hoy el presidente intenta recuperar con el programa Sembrando vida para abastecer el mercado nacional con productos básicos que todavía hoy se siguen comprando en el extranjero a precios injustos.
Es de sorprenderse que en el contexto de una crisis económica global, una crisis sanitaria, y un conflicto regional con implicaciones geopolíticas, el gobierno de la Cuarta Transformación haya logrado a pesar de todo superar al día de hoy los niveles de empleo pre pandemia, reducir la pobreza y la desigualdad.
Vale la pena recordar que al principio del sexenio la derecha del PRI y el PAN subordinados a los intereses del sector empresarial colonizado se oponían al incremento salarial bajo el pretexto de que «todo iba a subir de precio». Es decir, su idea era seguir matando de hambre a la gente para que los índices macroeconómicos siguieran estables, lo cual sólo favorece al sector financiero, ya que al mantener libres los precios de las mercancías y los salarios estancados, obligaban a que la gente no por gusto, sino por necesidad, se viera obligada a acudir a los bancos a pedir préstamos, no para designarse al consumo suntuario, sino para comprar lo necesario para mantenerse con vida. Bajo el modelo neoliberal financiero, la vida de la gente está subordinada y apalancada al interés crediticio de los oligopolios bancarios. Los bancos de hoy son las nuevas tiendas de raya que nuestros abuelos y bisabuelos padecieron durante la época porfirista. Por eso tiene razón el presidente Andrés Manuel en sostener que el neoliberalismo no es otra cosa más que un porfirismo renovado.
Cabe insistir en que la inflación no es una acción ejercida desde el gobierno, sino que se da en casos en donde la venta de productos está brutalmente controlado 1) por el capital privado, y 2) por un puñado de empresas que controlan a su antojo los precios del mercado y tienen la capacidad de ahogar la economía (como lo aceptó el criminal Kissinger) en momentos adversos a sus intereses.
México es susceptible de ello, ya que en anteriores gobiernos las principales ramas económicas quedaron a merced de empresas privadas, condenando al país a perder tanto soberanía económica como capacidad de control y regulación de precios.
Cualquier lamento o presunta preocupación del PRI y el PAN por la subida de precios es mera hipocresía cuando fueron ellos los que permitieron que las empresas manejaran los precios en función de sus intereses egoístas y en contra de las necesidades de los consumidores mexicanos.
El decir también que al incrementar los salarios se incrementan los costos de los productos es una falacia, porque el incremento no se da como parte de la conducta del consumidor, sino como respuesta del sector empresarial para recuperar el dinero que se ha ido en el incremento salarial. Por eso, la inflación (es decir, el aumento en el precio de los productos básicos) no es más que la expresión económica de la lucha de clases que se da entre los intereses vitales de la clase trabajadora contra los intereses egoístas del sector empresarial.
Si los Priístas y los Panistas tuvieran verdaderos deseos de defender y de representar al pueblo, no deberían de oponerse a los aumentos salariales, sino contra la avaricia y la venganza de la clase empresarial reflejada en el incremento de los productos básicos; pero no lo harán porque amén de ser los perros guardianes del capital, su pensamiento está configurado para discutir el fenómeno desde un aspecto frívolo y superficial. Por eso sus principales referencias ideológicas se dedican al aspecto electorero y no económico, que es el fundamento de las relaciones de poder.
De ahí incluso que recientemente en las universidades públicas se intenten eliminar materias de Economía que anteriormente eran obligatorias como ha ocurrido en la Carrera de Ciencia Política de la UAM Iztapalapa bajo el estúpido argumento de que los alumnos «no saben de matemáticas». En fin.
A pesar de que los cuadros y dirigentes (por herencia) del PRI y el PAN estudiaron en las mejores escuelas de gringolandia, su argumentación sobre la mayoría de los temas económicos no son más que mitos y leyendas mal hechas. Claro está que el mito de «a mayor salario, mayor precio de mercancías» fue la justificación perfecta para mantener bajos los salarios y así incentivar al capital extranjero a invertir despojando al país de sus riquezas y de la vitalidad mental y física del pueblo trabajador.
También, algo que esconde la retrógrada fauna neoliberal fue que en los últimos años la productividad del pueblo trabajador se incrementó enormemente en los últimos años, es decir, el pueblo de México trabajó más por menos salario.
Y no está de más recordar que los bajos salarios amén de generar mayor pobreza, provocan crisis de realización, pues de nada sirve producir mercancías si no hay gente que las pueda comprar; esto es lo que provocó que la economía mexicana permaneciera estancada en los últimos cuarenta años con tasas mediocres de crecimiento del 2%, mientras que las expectativas que hoy tiene nada más ni nada menos que la iniciativa privada son de un crecimiento de más del 3% para el próximo año.
En resumen, hasta antes de 2018, la productividad en beneficio del capital se incrementó mientras los salarios se quedaron estancados; por lo tanto, mantener los salarios bajos no tuvo en términos éticos ni humanos ni económicos ninguna justificación. PRI y PAN mataban de hambre a la gente literalmente. Incluso la misma OCDE (que nadie puede tachar de comunista) salió a reconocer que México era junto con Haití el país con el salario más bajo de América Latina así como también el país en donde más tiempo se trabajaba.
No obstante, a partir de la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador la situación de los pobres y de los trabajadores ha mejorado considerablemente.
Contra viento y marea, el presidente decidió reducir la pobreza a través de programas sociales, aumentos salariales y más empleos. Llama la atención que mientras los fariseos del PRI y el PAN vociferaban que «no se debería de regalar el pescado, sino enseñar a pescar», el presidente AMLO en 5 años ha logrado crear más empleos que durante los 12 años de los supuestos gobiernos del empleo Panistas.
Para dar una dimensión del verdadero cambio que ha encabezado el hoy presidente de la república, hacemos una comparación de los salarios en los últimos gobiernos.
Presidente | Aumento salarial | Aumento nominal | Aumento en Porcentaje | Inflación | Diferencia Porcentual |
Fox | De 35 a 47 pesos | 12 pesos más | 34% | 29% | +5% |
Calde-Rón | De 47 a 60 pesos | 13 pesos más | 27% | 28% | -1% |
Peña | De 60 a 88 pesos | 28 pesos más | 47% | 27% | +20% |
López Obrador | De 88 a 249 pesos | 160 pesos más | 182% | 26% | +156% |
*Elaboración propia con base en datos publicados por la Jornada del día 2 de Diciembre del 2023.
Los datos hablan por sí solos y dicen quiénes son los mentirosos y quiénes realmente hablan con la verdad. Con peras y manzanitas para los opositores sintetizaremos las conclusiones del cuadro:
- Los gobiernos del PAN fueron los que menos incrementaron los salarios.
- En los gobiernos del PAN hubo más inflación, es decir, con ellos el costo de los productos fue más caro.
- En los gobiernos del PAN la capacidad de compra del trabajador fue bajo; tan solo en el gobierno de Calderón hubo una disminución del poder adquisitivo.
- El aumento salarial del presidente López Obrador será mayor al de tres gobiernos juntos del PRI y el PAN.
- La inflación del gobierno de AMLO ha sido menor que el de los últimos tres gobiernos del PRIAN a pesar de la pandemia, las crisis económicas y las Guerras regionales. Cabe recordar que durante los gobiernos del PAN, México recibió por concepto de venta de petróleo 2 billones de pesos, y hoy en día, no se sabe qué pasó con semejante prosperidad económica.
- Mientras el poder de compra del trabajador disminuyó con Felipe Calderón 1%, con Obrador se incrementó 156% más.
- En conclusión, con AMLO hay menos inflación y mayor poder de compra para el trabajador, logrando que junto con los programas sociales 8.9 millones de mexicanos salieran de la pobreza de acuerdo con datos del Coneval.[1]
Por último, es una verdad a medias que el gobierno pueda representar a todos los intereses de la sociedad. La verdad es que todo gobierno utiliza al aparato del Estado para ponerlo al servicio de alguna de las dos clases sociales más importantes de la sociedad: para los ricos, que son una minoría, o para los pobres, que son la mayoría que por cierto, trabaja más que los ricos que no hacen más que el difícil trabajo de heredar una riqueza de dudosa e inmoral procedencia.
Los gobiernos de la derecha gobiernan para los ricos como el PRI y el PAN.
Los gobiernos de la izquierda gobiernan para los pobres.
En ese sentido, a partir de las estadísticas de la CEPAL podemos incluso determinar cuantitativamente que el gobierno de López Obrador es un gobierno que prioriza a los pobres y distribuye equitativamente la riqueza a costa de los privilegios de la clase empresarial que en los gobiernos anteriores del PRI y el PAN no pagaban impuestos y tampoco pagaban salarios dignos a los trabajadores.
Prueba de ello es que la pobreza y la desigualdad han disminuido a partir de una política productivamente distributiva, pues en los últimos tres años la concentración de la riqueza pasó de 4.5% del PIB en 2018 a 3.3% en 2021.[2]
Si contrastamos el dato anterior con el menor número de pobres tenemos como conclusión que hoy los ricos son menos ricos y los pobres son menos pobres. Los que tenían más, ahora tienen menos, y los que tenían menos, ahora tienen más. A 200 años de la lucha del cura de pueblo José María Morelos y Pavón, la 4T ha logrado en parte moderar la indigencia y la opulencia.
De igual manera, la desigualdad de acuerdo con el coeficiente de Gini se ha reducido en 5% mientras que la pobreza cayó 4.4% y la pobreza extrema 1.5% en los últimos cuatro años.
A partir de estas estadísticas, podemos catalogar como charlatanes a todos aquellos que se burlan de las cifras del gobierno, y podemos estar seguros de que cuando el presidente AMLO habla de «otros datos», lo está diciendo con la verdad a través de la realidad.
Mientras 9.8 millones de personas hayan salido de la pobreza, los argumentos del PAN sobre la pobreza y el empleo salen sobrando.
El humanismo mexicano-tabasqueño ha descubierto en los hechos el origen racista y clasista de la vulgar ideología Neoliberal y ahora «Libertaria» revestida de economicismo. Sus cuadros paradójicamente financiados por el Estado como el fascista de Hayek, no son más que simples portavoces de los dueños del dinero amparados en doctorados de chocolate con sus teorías del goteo que solo hacían más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. No en vano, cuando el Neoliberalismo surge como proyecto político, lo primero que hace es reclutar a periodistas y medios de información, pues su objetivo no es la verdad, sino que su ideología retrógrada llegue a la mayor cantidad de gente posible a través de la prensa vendida y alquilada como El Universal, Reforma, Milenio, Sdp Noticias, Televisa, TV Azteca, etcétera. El ahora denominado proyecto Libertario (que no es más que la misma gata neoliberal, pero más revolcada) sigue los mismos pasos consiguiendo que un colérico personaje haya logrado ser presidente de la Argentina, teniendo como trampolín político redes como Tik Tok e Instagram con gran alcance entre una juventud que en el caso de Argentina no vivió ni padeció los funestos desastres de la dictadura neoliberal encabezada por Videla. En ese sentido, sin en algo fracasó el Kirchnerismo, fue en la revolución de conciencias funcionario por funcionario, militante por militante, colonia por colonia, persona por persona.
En conclusión, queda demostrado que como decía el gran Enrique Dussel, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar vestido al desnudo, es la mejor política económica para lograr una sociedad más justa, amorosa, humanista y civilizada ante la barbarie retrógrada de la cultura egoísta, mezquina, individualista y transa del PRI y el PAN.
[1] https://www.jornada.com.mx/notas/2023/08/11/politica/dejaron-la-pobreza-8-9-millones-entre-2020-y-2022-coneval/
[2]https://www.jornada.com.mx/2023/11/24/economia/020n1eco#:~:text=Los%20datos%20de%20la%20organizaci%C3%B3n,por%20ciento%20en%20cuatros%20a%C3%B1os)