¡Gracias, maestro! ¡Continuaremos tu obra!: legado filosófico, político y pedagógico de la Filosofía de la Liberación de Enrique Dussel desde, para y hacia Nuestra América (1)
Pablo Monk
Introducción
El 5 de noviembre último murió en México uno de los filósofos más importantes de la historia de la filosofía argentina y latinoamericana: Enrique Domingo Dussel Ambrosini; uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación e innegablemente uno de sus máximos referentes.
En el presente trabajo, me propongo por un lado, repasar y resaltar la vigencia y la urgencia de un pensamiento cuyo legado se ramifica y no deja de florecer a lo largo del mundo pero, por el otro y por sobre todas las cosas, rendirle un humilde pero sentido homenaje en la manera que, creo, más le hubiese gustado: leyéndolo y pensándolo, es decir dialogando con él.
Ahora bien, ¿cómo abordar la prolífica obra de este autor? Voy a valerme de dos hitos para establecer un puente temporal, cuyos extremos unan a un primer Dussel en los albores del surgimiento de la Filosofía de la Liberación con un Dussel tardío, ya referente consagrado del pensar crítico decolonial latinoamericano.
Un extremo es bibliográfico: hace exactamente cincuenta años se publicaba Hacia una filosofía de la liberación (2); primer libro colectivo y manifiesto del movimiento que reúne de manera centrípeta, diversas miradas y posibles idearios en clave de una filosofía latinoamericana con raigambre e intereses regionales, capaz de explicitar de manera crítica las necesidades del pueblo a partir de una praxis de liberación de su condición de pobreza y opresión. Tales consideraciones venían ocupando a un grupo heterogéneo de intelectuales argentinos: además de Dussel, filósofos argentinos de la talla de Juan Carlos Scannone, Arturo Roig, Rodolfo Kusch o Carlos Cullen, entre tantos otros. El texto que abordaremos acá será la participación que nuestro filósofo hiciera en esa obra: “El método analéctico y la filosofía latinoamericana”.
El otro es biográfico: su conferencia (3) como ponente de honor acerca de la reforma educativa para la cuarta transformación, llevada a cabo el 8/12/2018 en la cámara de diputados del palacio legislativo “San Lázaro”, México, bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Ambos extremos son políticos: el primero en tanto y en cuanto exhorta a que la academia se comprometa con su situacionalidad, a partir de una analítica y una programática intelectuales, y con una transformación de la manera en que se venía haciendo filosofía en Argentina (y en el continente). El segundo, en tanto y en cuanto Dussel ejemplifica su definición temprana de la filosofía como magisterio de liberación, poniendo el cuerpo a aquello de que la función del filósofo es volverse “sobre la polis, sobre la ciudad, para criticar las ideologías que ocultan la dominación” (Dussel, 1979, pp. 240-241).
El objetivo es primeramente releer aquel escrito didáctico e introductorio de su pensamiento (pero que condensa y resume mucho de lo que el filósofo desarrollará a lo largo de su vida) para rastrear cómo algunos de esos lineamientos en torno a la constitución, la metodología y la función pedagógica y política de una filosofía latinoamericana de liberación, fundamentan el posicionamiento ético-político del discurso sobre la transformación educativa del 2018, y que lo llevan a realizar una contrapropuesta pedagógica crítica y descolonial (política, en suma) al modo en que se educa hoy en día en Nuestra América.
El hombre y su circunstancia
¿Quién fue Enrique Dussel? Nacido en La Paz, Mendoza, en 1934 se graduó en la Universidad Nacional de Cuyo y se doctoró en la Universidad de Madrid. De 1959 a 1961 vivió en Israel, donde trabajó en comunidades judías y palestinas. De regreso a Europa, estudió historia y teología. En 1967 defendió en La Sorbona su tesis de doctorado en Historia Latinoamericana. A su regreso al país, continuó desarrollando su carrera como docente e investigador en la Universidad Nacional de Cuyo. En 1971, en el IIº Congreso Nacional de Filosofía fue uno de los principales fundadores del “polo argentino” (4) de la Filosofía de la Liberación. Amenazado en diversos momentos y víctima de un atentado en 1973, en 1975 debió exiliarse en México, donde pudo continuar su labor en diversas universidades y proyectarse internacionalmente. Su obra comprende más de cincuenta libros y centenares de artículos sobre filosofía, política, historia y teología.
En su “Autopercepción intelectual de un proceso histórico” (1999), nuestro pensador repasa su vida en términos de fechas y lugares de enunciación (5): la “etapa argentina” es la que enmarca los orígenes de la filosofía de la liberación entre los años 1969 y 1976. Al recordar el contexto que rodea la publicación de Hacia una filosofía de la liberación, Dussel recupera la efervescencia estudiantil del “Cordobazo” (1969), las discusiones sociológicas acerca de la “teoría de la dependencia” de Fals Borda, sus lecturas de Hegel, Heidegger y Levinas pero sobre todo la pregunta acerca de la existencia y la posibilidad de una filosofía nuestroamericana auténtica de Augusto Salázar Bondy (6) y su subsiguiente respuesta negativa en virtud de nuestro carácter colonial y de dominación.
El discurso corresponde a su “etapa mexicana” (7), que va de su exilio hasta su reciente muerte. Tengamos en cuenta que éste se da cinco años antes de su partida. Dussel es un hombre avanzado en edad, consagrado como pensador y con una vastísima trayectoria profesional. Por ello, hay capas temáticas de pensamiento y de producción que son nodales de su pensamiento, que orbitan en su Voz pero que acá no tematizamos por cuestiones de extensión (8).
Un extremo: desde la filosofía de la liberación
En “El método analéctico y la filosofía latinoamericana” Dussel critica a la filosofía occidental-europea en tanto ella entraña una Totalidad que despliega una ontología cosificante de lo Otro de sí, esto es, de todo lo que no es ella. Un ejemplo visceral sería la Conquista de América. Nuestro autor mendocino fundamenta cómo ese mal llamado descubrimiento no es sino un “encubrimiento del Otro” (9) que fue civilizado por medio de la violencia más cruel (menos ilustrada).
Ahora bien, más allá de los contingentes y materiales avatares históricos, hay una dimensión antropológica que abre un momento filosófico, metafísico y ético: la revelación del Otro. Ésta resiste cualquier cosificación (ontificación) como instancia superadora (trans-moderna) de la Totalidad occidental. Impele, por un lado, a que nos reconozcamos Otros de Occidente (como latinoamericanos o nuestroamericanos) y, por el otro, a que nos posicionemos (éticamente) como filósofos desde esa otredad; esto es, al servicio de ella, en escucha atenta de ella, abiertos a su palabra.
A diferencia del método dialéctico como camino de dominación que la Totalidad realiza desde y en ella misma (del ente al fundamento y del fundamento al ente), Dussel postula su método analéctico (10) (aná: más allá) como aquel que parte desde el Otro en tanto libre, en tanto revelación; como una exterioridad más allá de la Totalidad y en cuya palabra el filósofo confía y cree.
Esa palabra primera y suprema reclama, primeramente, que el filósofo latinoamericano se abra interrogativamente a ella como provocación. Ese Otro que la proclama y, al hacerlo, lo interpela es el indio, el pobre, la mujer, etc. La palabra del Otro es histórica porque “se oye en el campo cotidiano de la historia, del trabajo y aún de la batalla de la liberación” (Dussel, 1973, p.126). Luego, reclama también de un “saber-oír” como condición de posibilidad de un ulterior “saber-interpretar” para así “poder-servir”. Al mismo tiempo, demanda una confianza o una fe que la tengan por verdadera en tanto revelación y referencia dado que, por estar más allá de mi propio horizonte de comprensión, sólo es comprensible inadecuadamente. Esta “diacronía entre la Totalidad puesta en cuestión (…) [por el filósofo en virtud de] la interpelación [del Otro] hasta que la provocación sea interpretada como mundo cotidiano es la historia misma del hombre” (Dussel, 1973, p.134).
Todo lo cual es posible en virtud de que Dussel concibe a su filosofía como una pedagogía: la que convierte al filósofo-como-futuro-maestro en discípulo actual del futuro discípulo. Aquel debe confiar y tener fe en el magisterio, y la veracidad de éste en tanto tiene la palabra que debe ser pensada. Esta palabra analéctica es la que le permite al filósofo-maestro liberarse de la Totalidad cuando, en virtud de ella, se compromete concretamente con la liberación del Otro, y al hacerlo accede a un mundo nuevo (futuro) donde la comprende.
Otro extremo: hacia la descolonización pedagógica
Hace 5 años, el 8/12/2018, Dussel fue invitado como ponente de honor a la Cámara de Diputados del palacio legislativo “San Lázaro”, México, a integrar el grupo deliberativo acerca de la reforma educativa para la cuarta transformación y a realizar una exposición acerca de ella, en el marco de la administración de AMLO.
Desde el inicio, nuestro filósofo es taxativo: el debate que se ha llevado a cabo con respecto a la reforma, es puramente formal; es procedimental y responde a una finalidad política formalista, no pedagógica. Y esto seguirá siendo así en tanto y en cuanto no se discuta qué enseñar (qué contenidos) en vez de cómo. Y en tanto y en cuanto esto continúe de esta manera, la educación no será transformadora ni de sus sujetos ni mucho menos de la realidad que habitan. Que es otra manera de sentenciar que la educación, o bien es una herramienta (un arma) de puesta en cuestión y liberación de un ordenamiento político-social de opresión, o bien es un instrumento más de naturalización de ese estado opresivo.
Dussel ilustra lo anterior a partir de dos modelos educativos antitéticos: el impuesto, el del Emilio de Jean-Jacques Rousseau como arquetipo de la educación burguesa del siglo de las luces que un sujeto, huérfano y en soledad, debe recibir para exorcizar el lastre medieval. Y el nuestro, el de La educación como práctica de la libertad (11) de Paulo Freire, por medio del cual los sujetos en comunidad y a través del diálogo, se distancian críticamente del mundo para volver a apropiárselo como sujetos transformados y de transformación.
Son dos modelos dicotómicos; el imperante en toda Nuestra América en todos sus niveles educativos (desde la primaria hasta los cursos de postdoctorado) es el burgués (“bancario” lo llamará Freire): teórico, memorístico y de repetición de saberes y prácticas (“sucursalero”, dirá Dussel). Representa un sistema piramidal en cuyo extremo superior, la universidad, produce y reproduce maquinalmente mano de obra barata profesional y sobrecalificada para transnacionales cuyos intereses nada tienen que ver con los problemas y las injusticias que nos aquejan como sociedad.
El auténticamente americano, el que es aún marginal en los diseños curriculares educativos de las administraciones estatales, es el de liberación; dialógico, crítico y situado. Propone un tipo de educación horizontal en el que todos aprenden y todos enseñan a partir de una realidad (un mundo) de la que es posible apropiarse para transformarla, si primero se es consciente de cuán alienante es y cuán alienados estamos.
Para Dussel sólo será posible el segundo si las discusiones educativas se centran en los contenidos; si bien su exhortación vale para cualquier área de conocimiento, lo ilustra en un campo que es fundamental destruir/deconstruirpara reconstruir: la Historia (12). Porque, ¿qué pasaría si en vez de aprender una historia euro-centrada, que ha negado e ignorado a Nuestra América desde su conquista, que impone una segmentación temporal (antigüedad, medioevo y modernidad) sólo aplicable a ella y que es distorsiva de una comprensión histórica infinitamente más amplia, aprendiéramos una Historia que nos haga conscientes de la raigambre cultural que tenemos con la cultura asiática (mucho más originaria y mucho menos violenta que con la europea), que nos haga sentir orgullosos de la grandeza de nuestras culturas pre-hispánicas (la azteca, la maya y la inca) y de nuestros pueblos indígenas, que nos instruya en el papel periférico, colonial, de extracción, explotación y esclavitud que hemos cumplido para los países del centro y que nos forme críticamente para poder distinguir y abrazar lo nuestro de lo ajeno?
Implicaría un primer paso en procura de una descolonización pedagógica que es otra forma de decir “empezar a pensar libremente con nuestra propia cabeza desde Nuestra América”. Sólo de esa manera seremos capaces de transformar verdaderamente la educación y, como consecuencia política de ello, nuestra realidad.
Conclusión
La Filosofía de la Liberación de Dussel surge hace más de cincuenta años como una corriente filosófica que por el mero hecho de pensarse y quererse regionalmente situada, disputa corrientes intelectuales ya arraigadas, re-problematiza temáticas nodales postergadas, redirecciona el foco de los planteos y geolocaliza los intereses y las necesidades. El texto que repasamos así lo exhibe y lo fundamenta. Éste es una breve representación germinal de una obra que, en aquel entonces, se encontraba en ciernes y que vendría a cambiar para siempre la manera de hacer y plantear la filosofía en el mundo. Ya ello implica un aporte filosófico, pedagógico y político invalorable que, como nuestroamericanos, aún nos reclama.
Con la conferencia del 2018 recuperamos la figura humana que, a sus 84 años, seguía poniéndole el cuerpo a su propio pensamiento y haciendo las veces de ejemplo de aquello a lo que nos exhortaba ya desde sus primeros textos:
la filosofía no es política, pero tiene función política. El político es el que en la liberación (…) va a organizar el nuevo orden político. En tanto que el filósofo se queda ‘en la calle’ (…) porque aún ante el nuevo orden posible tendrá que volverse para lanzar la crítica liberadora contra el sistema (Dussel, 1979, p. 240).
Dussel nos deja varios legados: su obra, su prédica, su compromiso… Como educadores latinoamericanos (es decir, como agentes cuya función política radica en agenciar las mediaciones im/posibles y necesarias para la transformación de nuestra realidad de opresión) tenemos el deber de conocerlo, de estudiarlo y ponerlo en práctica para dejar de ser Emiliosy/o Rousseaus. No hacerlo, ratificará en parte el diagnóstico que hace de nuestra actual pedagogía.
Notas
(1) El siguiente trabajo fue presentado en el foro IV: “hacia una filosofía de la educación para Nuestra América” de las “VIII Jornadas Internacionales de Filosofía de la Educación”, a cargo del PROICO 04-0920 «Filosofía, educación e infancia: la importancia de la cuestión del sujeto en la teoría pedagógica» y los espacios curriculares de Filosofía de la Educación de las carreras de Lic. y Prof. en Educación Inicial y Ciencias de la Educación y Epistemología de la Lic. en Educación Inicial, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis. El tema de las jornadas para este 2023 fue: “la importancia de la cuestión del sujeto en la teoría pedagógica”.
(2) AAVV (1973). Editorial Bonum.
(3) Carlos Ometochtzin (9 de octubre de 2018). La transformación de la educación hacia la descolonización de la pedagogía [Archivo de video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=sWg94cBYDrM&t=553s
(4) Ver Maddonni-González (2018).
(5) Ver Dussel (2007).
(6) Salazar Bondy, A. (1968) ¿Existe una filosofía de nuestra América? SXXI ed.
(7) Vale aclarar que el discurso es muy posterior al texto al que acá aludimos -en el que Dussel repasa hasta la publicación de su nueva Ética (1998)- y que esta “etapa mexicana” es subdividida a su vez por el autor. Para otras periodizaciones de la obra de Dussel ver Hernández Piñero, M. (2005).
(8) Para una primera lectura de su pensamiento se recomienda Dussel (1979). Para una lectura sobre su pensamiento ver entre otros Recanati, G. (2018). Ética, política y religión en el pensamiento de Enrique Dussel. Ediciones del Icala.
(9) Ver Dussel (1994). Para pensarlo localmente, ¿por qué el lugar donde vivo se llama “Juana Koslay” y no “Arocena Koslay”? “Arocena Koslay” era el nombre de la hija de un cacique del lugar. “Juana Koslay” pasa a llamarse tras contraer matrimonio con un colono. Y es justamente ese, su nombre no originario pero no así su apellido, el que termina dando nombre a una localidad en el propio territorio del que ella era oriunda. Ver Vacca, L: “Intersecciones de género, raza y clase: Análisis crítico del relato mítico-histórico sobre Juana Koslay y la fundación de la ciudad de San Luis” en https://www.bibliotecafragmentada.org/wp-content/uploads/2019/12/Intersecciones_de_genero_raza_y_clase_An.pdf
(10) Ver Dussel (1974).
(11) Freire, P. (1997) La educación como práctica de la libertad. S.XXI ed.
(12) Ver Dussel (2007).
Referencias bibliográficas
Aguzín (coord.) (2018). La filosofía de la liberación contada por sus fundadores: desafíos y perspectivas. Nuevo Mundo III (Nro 5), pp. 17-35.
AAVV (1973). Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana. Editorial Bonum.
Carlos Ometochtzin (9 de octubre de 2018). La transformación de la educación hacia la descolonización de la pedagogía [Archivo de video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=sWg94cBYDrM&t=553s
Dussel, E. (1973a). Para una de-strucción de la historia de la ética. Ed. Ser y tiempo.
Dussel, E. (1973b). Para una ética de liberación latinoamericana, (Vols. I y II). S. XXI editores.
Dussel, E. (1974). Método para una Filosofía de la Liberación. Ed. Sígueme.
Dussel, E. (1979). Introducción a la Filosofía de la Liberación. Ed. Nueva América.
Dussel, E. (1994). 1492. El encubrimiento del Otro. Hacia el origen del “mito de la Modernidad”. Plural Editores.
Dussel, E. (1999). Autopercepción intelectual de un proceso histórico. Anthropos 80: 13-36.
Dussel, E. (2007). Política de la liberación, historia y crítica, tomo I. Ed. Trotta.
Fontana, J. (2020). Para descolonizar el discurso filosófico: la analéctica de Enrique Dussel en Asprella, E., Liaudat, S. y Parra, F (coordinadores/as) Filosofar desde Nuestra América: liberación, alteridad y situacionalidad. (cap. 2, pp. 38-47). EDULP.
Hernández Piñero, M. (2005) Bibliografía seleccionada y comentada de Enrique Dussel en Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, vol. X , pp. 205-224. Universidad de Málaga.
Maddonni, L. (2022). Aportes para una bibliografía de referencia de y sobre la filosofía latinoamericana de la liberación en su “polo” argentino. En Dussel et al. Filosofía de la liberación. Pasado, presente y futuro. (1ra ed., pp.123-148). Ciccus.
Maddonni-González (2018). La filosofía de la liberación en su “polo argentino”. Aportes para una interpretación histórica y filosófica del período 1969-1975. Cuadernos del CEL, (Vol.III, nro.5) pp. 63-71.
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