Fue un 18 de marzo

Foto de Yllich Escamilla (@Yllich_ES)

CE, Intervención y Coyuntura

Ayer vimos al AMLO que más nos gusta en IyC y estamos seguro que a muchas y muchos en el amplio rango de la Cuarta Transformación, también. El discurso, claro, contundente, mostró la conexión entre la coyuntura alrededor de la “primavera del pueblo” y los aires de transformaciones actuales. Marcó también una tensión y apertura con los Estados Unidos y con quienes espera que sean sus interlocutores.

El López Obrador cardenista no aparece todo el tiempo, pero ayer tuvo una tarde gloriosa. Mostró el camino de la movilización, como en el pasado, como un derrotero fundamental. No hay cambios sin las masas, no hay masas pasivas que ayuden a construir un proyecto, deben ser ellas las que se auto-organicen, encontrando el respaldo en el líder. Si esto no se entiende, se estaría alentando a que sea el Estado el que organice las energías populares: un despropósito. Son las energías populares las que deben fluir por ellas mismas.

El AMLO cardenista dejó una enseñanza, que ojalá la entiendan los “pisos parejos” y sus adversarios. La política es tiempo, es mito, es fortuna y virtud. Todo ello, no sólo una cosa. No es suficiente el manejo técnico, no es tampoco suficiente la pura fortuna. La política es compleja, porque se mueve en coyunturas, en ellas se estructuran todos los elementos, calculados y los no calculados. Maquiavelo, Mariátegui, y el guiño cardenista de AMLO es muy claro en este sentido.

Como lo fue su llamado al respeto de la sucesión: la lección de Cárdenas con Múgica y con Ávila Camacho habla menos de ese momento y más del nuestro. La interpretación del presidente ha lanzado ya un guiño, ojalá se sepa entender. Aquí no basta zigzaguear.

P.D. Si alguna vez la frase “tengan, para que aprendan”, fue válida, fue justo ayer. Cossío y Woldenberg pueden ir a seguir leyendo, que acá hay líder.