El fantasma del golpismo y las lecciones latinoamericanas
CE, Intervención y Coyuntura
La situación se ha agitado con el desconocimiento de Marcelo Ebrard del proceso para la designación de él o la coordinadora de comités de defensa de la transformación. Con su declaración de irregularidades, así como con la duda dejada en torno a su destino político sin dejar en claro si dejará o no a Morena, nos deja a todos en la necesidad de pensar los posibles escenarios que se atravesarán; ante ello, la reciente historia latinoamericana tiene mucho que advertirnos.
En 2019, en Bolivia, el contendiente de Evo Morales, Carlos Mesa Gisbert tomó una decisión similar a Marcelo Ebrard. Aquella decisión de Mesa fue la señal de arranque del conocido proceso del golpe de Estado que llevó a Morales y a Álvaro García Linera al exilio.
Las similitudes entre la actitud de Mesa y de Ebrard son grandes: declarar un fraude adelantado, desconocer los resultados y exigir la reposición del proceso de consulta. Tal como lo hizo el político boliviano, en una especie de falso purismo que hace el llamado a que “incluso si nosotros ganamos, el proceso se debe reponer”. No se puede negar que es una narrativa que en el marco boliviano creó condiciones de inestabilidad y que en el mexicano Ebrard pretende aprovechar para no sesgar su fututo político.
Ebrard y los suyos debe ser conscientes de que sus acciones –como las de Mesa, quien no estuvo ni cerca de llegar al poder antes, ni ahora– impulsan a fuerzas retardatarias, que ya se expresan en el poder judicial, en las grandes corporaciones y sus medios de comunicación, así como en el conjunto de la derecha. Suponiendo que su ánimo no fuera todavía de ruptura total, hay fuerzas que el excanciller no controla. Los demonios, sabemos, están a la espera de lanzarse contra los logros de un proceso que, pese a sus contradicciones, ha desmontado partes fundamentales del régimen neo oligárquico que supuso el neoliberalismo.
Entre los cercanos de Ebrard están operadores menores que habían actuado en América Latina, cobijados en mentalidades coloniales que les tienden el camino ante su linaje europeo. Pero la verdadera clave se encuentra en la asesoría de Jaime Duran Barba, un conocido consultor que entiende bien el sentido de los golpes y contra golpes en la región. Asesor de gobiernos neoliberales, hoy es el principal estratega dentro del equipo del excanciller. Hay que mantenerse alerta, porque el golpismo –reinventado, matizado, revestido– no es una apuesta menor ni necesariamente fuera de la ecuación mexicana.