El buen humor del papa Francisco, ante la comedia que humilla

Cesar Martínez (@cesar19_87)*

En el colmo de su abyección, un comediante mexicano famoso por su racismo y discriminación tergiversó el mensaje dirigido en 2024 por el papa Francisco a más de 100 humoristas (entre ellos los estadounidenses Jimmy Fallon y Chris Rock), en que el pontífice aprovechó para mostrar una de sus facetas más originales pero menos conocidas: su interés en quienes tienen y cultivan el don de hacer reír.

Junto a la fotografía donde él estrecha la mano del finado prelado argentino en el Palacio Apostólico, el también locutor de radio y conferencista a sueldo escribió: “‘La comedia también es denuncia; señala al tirano y lo expone (…) no para sembrar la desesperación y la desesperanza, sino para agregar una cucharada de azúcar, a la amargura de la vida’. Eso nos dijo el Papa Francisco el mejor día de mi vida.”

Sin embargo, gracias a la crónica que Fallon hizo del encuentro con Francisco para su programa Tonight Show sabemos que la cita de arriba está tergiversada: tanto en el video del discurso, como en las versiones estenográficas en diversos idiomas, nunca aparece la palabra “tirano” y mucho menos la absurda metáfora de la cucharada de azúcar a la amargura de la vida. Se trata de una llana tergiversación del mensaje papal, pues partir de que la vida es amarga (y necesita endulzantes añadidos), en efecto, es usar la comedia para sembrar la desesperación y la desesperanza.

Francisco dijo en verdad: “[Los artistas de la comedia, el humor y la ironía] Denuncian los excesos de poder; dan voz a situaciones olvidadas; ponen de relieve abusos; señalan comportamientos inadecuados… Pero sin sembrar la alarma o el terror, la ansiedad o el miedo, como hace mucha comunicación; despiertan el sentido crítico haciendo reír y sonreír.”

En consonancia con su prestigio como defensor de los pobres, de los descartados y de los excluidos, quien fuera también conocido como Jorge Mario Bergoglio fue categórico: “El humor no ofende, no humilla, no clava a las personas en sus defectos… La risa del humor nunca va ‘contra’ nadie, sino que siempre es inclusiva, proactiva, suscita apertura, simpatía, empatía.” Acto seguido, recomendó leer la nota 101 de su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate,sobre el buen humor que comunica a los demás quien busca realizar la unidad de la humanidad y la fraternidad universal.

Sí, “hay momentos duros, tiempos de cruz”, reconoce el argentino, pero exhorta a transformar la tribulación en alegría sobrenatural mediante las virtudes teologales: la esperanza, la fe y el amor. Francisco, en otras palabras, hace una reflexión sobre la belleza, la verdad y el bien en el ámbito de la cultura y el arte, muy parecida a la hecha por el pensador vasco Miguel de Unamuno. La realidad palmaria de la injusticia, la violencia, la muerte o, (para hablar teológicamente), el pecado, genera una congoja o anhelo del amor correspondido que embelesa, regocija: “Este dolor da esperanza, que es lo bello de la vida, la suprema belleza, o sea el supremo consuelo” (p.128). Se habla, pues, de algo muy superior a la cucharada de azúcar que usan los amargos.

De ahí que el buen humor, el don de hacer reír, cumple una función profética porque el arte de la mejor comedia apunta a una sociedad futura, sin barreras, donde prevalece la dignidad humana. Cuando Francisco nos advierte del peligro del humor que humilla a quien no puede defenderse, nuevamente se parece a De Unamuno, para quien en la ridiculización del prójimo va de por medio el arma más devastadora de la Inquisición de la era moderna.

El buen humor para Francisco es una expresión de amor al prójimo como una fuerza más poderosa que cualquier tipo de racismo y discriminación. Siguiendo la escolástica de San Francisco de Asís y del beato Joaquín de Fiore, la sonrisa de niño del papa argentino siempre nos dirá: “Alégrense, porque el reino de Dios está al alcance de la mano.”

*Maestro en Relaciones Internacionales por la Universidad de Bristol y en Literatura de Estados Unidos por la Universidad de Exeter.

Bibliografìa

Miguel de Unamuno (1984) De Sentimiento Trágico de la Vida