A Companion to Marx’s Grundrisse: Una carta del editor*

Sebastian Bugden

Compuestos como una serie de cuadernos por Karl Marx en 1857-58, los Grundrisse der Kritik der Politischen Ökonomie (Fundamentos para la Crítica de la Economía Política en español) o simplemente los Grundrisse permanecieron intactos, salvo por roedores, hasta su primera publicación por el Instituto Marx-Engels de Moscú en los «difíciles» años 1939-41. Las traducciones tardaron en aparecer: el inglés y el francés fueron las primeros. La edición inglesa, traducida por Martin Nicolaus y publicada por Penguin en asociación con New Left Review en 1973, sólo llegó después de traducciones del texto completo (o del inicio de proyectos de traducción durante varios años) en japonés, chino, francés, ruso, italiano, español, sueco, checo, húngaro y rumano. Pero, al menos en los círculos marxistas occidentales, una vez que apareció adquirió la reputación de texto misterioso y fascinante, anunciado por algunos como una «clave» hasta entonces inaccesible del pensamiento de Marx e incluso amenazando con derrocar a El Capital de su lugar como joya de la corona de su obra. (Para una interesante recopilación de las diversas interpretaciones y malas interpretaciones, véase En el laboratorio de Marx: Critical Interpretations of the Grundrisse, editado por Riccardo Bellofiore, Guido Starosta y Peter D. Thomas).

Dado este contexto, y el estilo hegeliano algo más explícito, a menudo se considera que el texto intimida y algunos marxistas lo eluden. Pero, después de haber abordado los tres primeros volúmenes de El Capital(su Companion to Marx’s Capital Volume 2 también cubre secciones significativas del volumen 3), David Harvey ha hecho un trabajo gigantesco –aprovechando el tiempo que le ha concedido el cierre de Covid– explicando de la forma más sencilla y clara posible a este texto preparatorio, en su estilo típicamente sobrio y sin rodeos. David es particularmente bueno desinflando algunas de las extravagantes (algunos dirán fantasiosas) sobre-interpretaciones que algunos se han permitido en relación con el famoso pasaje sobre el «General Intelect»:

Los pasajes que siguen sobre el capital fijo y el “General Intelect” constituyen un punto culminante de la teorización en los Grundrisse. En estas páginas hay escritos y reflexiones notables sobre la naturaleza del capital. También ha existido no poca controversia sobre cómo interpretar algunos de los conceptos clave. Es un material maravilloso, maravillosamente escrito y bastante sorprendente por sus implicaciones potenciales. Resulta que sus ideas sobre la dinámica del modo de producción capitalista son muy relevantes en nuestra época.

En la literatura reciente se ha hablado mucho de la invocación de Marx al «General Intelect» en este pasaje. En mi opinión, demasiadas de las lecturas son idealistas, en el sentido de que evocan el poder de alguna idea dominante que gobierna la evolución del capital. A veces se presenta como un poder abstracto o incluso oculto –“General Intelect”– que gobierna el capital de forma misteriosa, como Dios, para que haga sus maravillas. Este es, sin embargo, el único lugar que puedo encontrar en todo el corpus de la obra de Marx donde utiliza este término, aunque un par de páginas más adelante se refiere al “social intellect” como «la condición previa de la fuerza productiva de los medios de trabajo tal como se desarrolla en el proceso automático». Parece bastante presuntuoso basar toda una escuela interpretativa del pensamiento marxista –la del capitalismo cognitivo– en este concepto único, que sólo se menciona una vez y en los Grundrisse, que es con diferencia la obra más imaginativa pero también más experimental de Marx.

Pero la principal preocupación de David en este libro, como en el resto de sus Companions, no es entablar una guerra territorial en el frente marxológico, sino que más bien está motivado por un espíritu profundamente democrático y pedagógico, que también queda atestiguado por la interacción entre sus clases en línea y sus textos escritos:

La mayoría de la gente, cuando se enfrenta a las voluminosas obras de Marx sobre la crítica de la economía política, las encuentra difíciles, intimidantes y confusas. Como resultado, ha surgido una variedad de interpretaciones de su obra por parte de académicos y activistas por igual, que en algunos casos se unen en lo que parecen ser facciones o incluso escuelas enteras de pensamiento sobre cuál es la línea correcta para elaborar las contribuciones teóricas de Marx. Los partidos políticos de izquierda (sobre todo los de tendencia comunista) a menudo han dado forma a interpretaciones distintivas, aunque algo rígidas, adaptadas a su situación política y a sus programas. Marx, como figura controvertida que es, también ha recibido su cuota de vilipendio personal por parte de sus oponentes. Abundan las tergiversaciones deliberadas y las representaciones falsas, junto con intentos más sofisticados y sutiles de socavar sus puntos de vista. Todo ello crea unas expectativas y un clima de presunción y prejuicios que hacen prácticamente imposible una lectura sencilla y despejada de cualquiera de sus textos.

Mi objetivo era y es abrir una puerta al pensamiento de Marx y animar al mayor número posible de personas a que la atraviesen y examinen más de cerca los textos y hagan de ellos lo que quieran. No tengo ningún interés en tratar de imponer a nadie mis interpretaciones particulares. Por eso llamo a mis libros sobre Marx «acompañantes» y no guías. Por supuesto, no puedo abrir un camino hacia la comprensión del pensamiento de Marx sin utilizar mi propia experiencia e intereses como compañeros cruciales para la interpretación. El hecho de que mi principal interés haya sido la urbanización y el desarrollo geográfico desigual, a diversas escalas, afecta claramente a la forma en que evalúo los textos de Marx. Me imagino, sin embargo, acompañando al lector en una larga caminata en la que señalo este y aquel rasgo particular aquí y allá, basándome en mi larga experiencia de trabajo con el texto, y resalto momentos de epifanía para mí, vinculando ideas, cuando es posible, mientras siempre me pregunto y pregunto qué es lo que usted, el lector, podría hacer de todo esto. Al enseñar Marx durante los últimos cincuenta años, he tenido la increíble suerte de enseñarlo a todo tipo de grupos y audiencias diferentes. He aprendido muchísimo de las formas tan divergentes en que la gente puede entender lo que dice Marx. Esto es, por supuesto, un tributo a la rica complejidad de los textos; que puedan hablar tan directamente a tantas personas diferentes que viven en situaciones tan radicalmente diferentes y provienen de tradiciones culturales e intelectuales tan radicalmente diferentes. …

Todos trabajamos a partir de contextos, incluso cuando buscamos ideas teóricas que puedan trascender esos contextos. Marx no es una excepción. Pero hay pasajes en los Grundrisse en los que Marx deja de lado toda precaución y restricción contextual y especula, a veces salvajemente, sobre la verdadera esencia y cualidades del capital como poder trascendente. Sus ideas son brillantes, dramáticas y a menudo sorprendentes en sus implicaciones. Son, como me comentó una vez un estudiante, las joyas que brillan con tanto fulgor en el fango de un análisis demasiado turbio. Encontrar y juguetear con estas joyas de incisiva comprensión es lo que hace que el estudio de los Grundrissesea tan extraordinario y valga tanto la pena como, me atrevería a decir, divertido.

A punto de cumplir 88 años y todavía enseñando en el CUNY Graduate Center, escribiendo textos, cruzando espadas teóricas (véase “Reply to Riley” en Rate and Mass) y asistiendo a conferencias con su característico buen humor, bonhomía y modestia, David Harvey es el antídoto para todos aquellos asqueados por los aspectos más austeros y despectivos del marxismo académico y es un ejemplo de vigor y dureza (aunque es terrible respondiendo a los correos electrónicos, ¡así que no se tome como algo personal!) Verso se enorgullece de publicar este libro y de haber reeditado sus libros anteriores con nosotros en la serie Essential David Harvey.

No puedo resistirme a reciclar esta anécdota que David le contó a Tariq Ali al anunciarle su nuevo proyecto sobre los Grundrisse: «Querido Tariq, me han dicho que estás escribiendo un libro sobre Churchill y estoy encantado de oírlo. Estoy totalmente harto de su santificación y endiosamiento por parte de las clases políticas de este lado del Atlántico. Disponer de un buen libro crítico tendrá un valor incalculable. Por cierto, tengo un par de anécdotas que quizá le diviertan. Mi abuela sólo compraba en la cooperativa y cuando yo tenía 8 o 9 años (en 1943-44) pasaba a menudo los sábados con ella. Una vez, fuimos a algún sitio a por su pago y acabamos en una cola donde ella pontificó en voz bastante alta que Churchill era un cabrón podrido, enemigo del pueblo trabajador. Yo tenía prohibido utilizar ese lenguaje en casa, así que probablemente lo recuerde porque fue bastante chocante oírla hablar así en público. Bastantes personas se enfadaron y le defendieron por liderar la lucha contra Hitler, a lo que mi abuela respondió que Hitler también era un cabrón podrido y que quizá hiciera falta un cabrón podrido para deshacerse de otro cabrón podrido, pero que, una vez terminada la guerra, nos desharíamos de todos los cabrones podridos, de todos. Le conté esta anécdota a un colega cuando estaba en Oxford y me dijo que, más o menos por la misma época, iba a ver películas los sábados por la mañana y siempre ponían Pathé News y, cuando salía una persona determinada, todo el público silbaba y abucheaba. Durante un tiempo pensó que era Hitler, pero resultó ser Churchill…».

*Publicado por primera vez en Verso Books el 18 de enero de 2023.