Otra mirada para un comunista brasileño: La biografía de Lindolfo Hill
Ricardo José de Azevedo Marinho[1]
En memoria de Raimundo Santos (1943-2020)
Es el mismo Lindolfo Hill (1917-1977) quien, al regresar de un viaje como misionero a París en noviembre de 1945, nos brinda una de las claves para leer la biografía de su sobrino: “Para señalar la acción internacional de los trabajadores en la nueva fase de construcción pacífica ahora inaugurada para todos los pueblos hacia el establecimiento de fuerzas superiores de existencia democrática para la Humanidad”. Este pasaje rescatado por Alexandre Müller Hill Maestrini fue la razón de ser de Hill y está ampliamente confirmado en las páginas de la biografía. No se puede ignorar que el protagonista del libro es uno de nuestros más grandes comunistas del siglo pasado, y no se puede dejar de leer su biografía a la luz de su tiempo y el nuestro.
Magnético y fascinante es el ejercicio biográfico de entrelazar la narración de una biografía de un brasileño comunista en el siglo XX y la historia de una gran política, entre la reflexión tejida por la experiencia personal y la generada por el obrero de la construcción, entre su vida y su tiempo y la observación del biógrafo de ambos.
La biografía se divide en un prefacio, presentación, impresiones y un epílogo de colaboradoras y colaboradores. Desde la introducción al último capítulo del libro, tenemos al sobrino nieto, que, entre ellos, suman veintiocho capítulos.
La historia personal de Hill es, sobre todo, la de un cantero que se unió al comunismo a una edad temprana y que permaneció apegado a él toda su vida. Huérfano de padre, con tan solo un mes de vida, de familia con raíces alemanas arruinadas por la pérdida y la crisis, debe su supervivencia a los esfuerzos de su madre y a la solidaridad familiar. Las huellas dejadas por tales procesos son indelebles. Con notable coherencia, Hill siempre reconoció que el sueño comunista lo acompañó de forma permanente. Así, la biografía parece marcada por una fuerte ética de convicción política y cultural, siempre sometida por el protagonista a un código estoico y, al mismo tiempo, por su propia admisión, indulgente.
Ricardo José de Azevedo Marinho[1]
En memoria de Raimundo Santos (1943-2020)
Es el mismo Lindolfo Hill (1917-1977) quien, al regresar de un viaje misionero a París en noviembre de 1945, nos brinda una de las claves para leer la biografía de su sobrino: “Para señalar la acción internacional de los trabajadores en la nueva fase de construcción pacífica ahora inaugurada para todos los pueblos hacia el establecimiento de fuerzas superiores de existencia democrática para la Humanidad”. Este pasaje rescatado por Alexandre Müller Hill Maestrini fue la razón de ser de Hill y está ampliamente confirmado en las páginas de la biografía. No se puede ignorar que el protagonista del libro es uno de nuestros más grandes comunistas del siglo pasado, y no se puede dejar de leer su biografía a la luz de su tiempo y el nuestro.
Magnético y fascinante es el ejercicio biográfico de entrelazar la narración de una biografía de un brasileño comunista en el siglo XX y la historia de una gran política, entre la reflexión tejida por la experiencia personal y la generada por el obrero de la construcción, entre su vida y su tiempo y la observación del biógrafo de ambos.
La biografía se divide en un prefacio, presentación, impresiones y un epílogo de colaboradoras y colaboradores. Desde la introducción al último capítulo del libro, tenemos al sobrino nieto, que, entre ellos, suman veintiocho capítulos.
La historia personal de Hill es, sobre todo, la de un cantero que se unió al comunismo a una edad temprana y que permaneció apegado a él toda su vida. Huérfano de padre, con tan solo un mes de vida, de familia con raíces alemanas arruinadas por la pérdida y la crisis, debe su supervivencia a los esfuerzos de su madre y a la solidaridad familiar. Las huellas dejadas por tales procesos son indelebles. Con notable coherencia, Hill siempre reconoció que el sueño comunista lo acompañó de forma permanente. Así, la biografía parece marcada por una fuerte ética de convicción política y cultural, siempre sometida por el protagonista a un código estoico y, al mismo tiempo, por su propia admisión, indulgente.
La hermosa biografía “juiz forana” de Hill de su sobrino nieto, resultado de cinco años de investigación, merece y ciertamente continuará, ya que los vacíos que rodean su mandato como concejal (1947-1950) aún están por revelarse (lo mismo que con su compañero de bancada, el profesor metodista Irineu Guimarães [1900-1984]), especialmente por lo que agregará y actualizará a la historia política y cultural de la ciudad. Juiz de Fora, a principios de la década de 1930, era un lugar de compromiso de los trabajadores y, para Hill, ocurrió a través de una organización titulada Unión Trabajadora en la “Manchester Mineira”, lo que afilia la ciudad al francés Alexis de Tocqueville (1805-1859), al alemán Friedrich Engels (1820-1895) y al inglés John Maynard Keynes (1883-1946). Tal implicación en el clima de violencia política entre los años 1932 y 1937 traduce, para un joven casi sin perspectivas, un espíritu de radicalismo fundado en una buena dosis de indignación con el status quo.
El sobrino-nieto se refiere al clima anticomunista vigente en la década de 1950, cuando se creía que todo comunista tenía que ser un “agente” de Moscú, sin seguir el tono y reconocer que su tío abuelo sufrirá, para siempre, una cacería hasta el final de su vida.
Y el hilo biográfico del sobrino nieto debe entenderse con las transformaciones que llevaron a la disolución paulatina del ser comunista y la resistencia del tío abuelo al percibir tal proceso, que, sin embargo, tenía una realidad propia que lo marcaba. por décadas.
El Hill de Alexandre Müller Hill Maestrini aparece poco después de la summa biográfica de Richard J. Evans Eric Hobsbawm: una vida en la historia (São Paulo: Planeta, 2021. 720 p.). Primera presentación pública de Lindolfo Hill: una otra mirada a la izquierda ocurrió cuando Brasil superaba los más de 590 mil muertes por el coronavirus y se vinculó el nombre de Hill a la movilización por la vida y su biografía no puede pensarse como algo indiferente a los conflictos de hoy. Lean a Evans y el hermoso aporte de Alexandre Müller Hill Maestrini que, además de ser un digno regalo póstumo para su madre, Marilda Hill Maestrini (1943-2021), presenta un símbolo y ejemplo de lo mejor que la utopía del comunismo deja para el Siglo XXI.
[1] Ricardo José de Azevedo Marinho es profesor del UniverCEDAE, Instituto Devecchi y Unyleya.