¿La revolución de la libertad? La nueva apuesta de la ultraderecha mexicana

Dennis Saúl Miranda Palomares
La serie televisiva impulsada por el magante evasornícola Ricardo Salinas Pliego en colaboración con Miguel Zunzunegui (uno de los falsificadores de la historia que se ha hecho mucho eco en las redes sociales al descontextualizar el devenir histórico de nuestro país), centra su objetivo en la magnánima tarea de ser los “defensores de la libertad”, basta con mirar el comienzo de su serie estrenada el pasado 6 de octubre cuando Zunzunegui presentó al empresario como el “principal defensor de la libertad”. Un acto penoso de zalamería hacia el principal odiador de las redes sociales.
El primer capítulo comenzó con uno de los acontecimientos más icónicos del siglo pasado: la caída del Muro de Berlín aquel 9 de noviembre de 1989. En primera queremos mostrar algunas imprecisiones en su guion (que fue hecho por el mismo Zunzunegui). Asegura el narrador que el muro estuvo por “tres décadas”, primer error; el muro fue levantado el 13 de agosto de 1961 y hasta su caída en 1989 han transcurrido 28 años, de tal suerte que no se concretaron las tres décadas, sin embargo, lo utilizan para darle mayor dimensión a través del tiempo.
No obstante, el video pone de manifiesto que fue una acción concertada por las masas en busca de la libertad, aquí encontramos otro mito que procederemos a explicar. Los países del campo llamado “socialista”, pese haber tenido avances en materia de derechos sociales muy importantes, tales como: mejoras en los sistemas de salud, la implementación del régimen pensionario para los trabajadores, el desarrollo de sistemas educacionales cuyo objetivo sería mejorar el nivel cultural de sus sociedades, incluso hubo un sostenimiento económico que durante más de dos décadas permitió dar continuidad a esas transformaciones de la vida social.
Lo que agravó la situación en esa zona del planeta, entre muchas más, fue la crisis de los años setenta que golpeó fuertemente las economías de los países del bloque socialista, cuyo sostenimiento se centraba en la extracción de materias primas como: el carbón, el hierro, dependiendo así, de las economías industriales de occidente. Aunado a lo anterior, mantener una vida de consumo a la par de occidente fue lo que, en gran medida, mermó el nivel de existencia que habían obtenido sus sociedades y comenzaron a endeudarse para seguir sosteniendo un tren de consumo cuyas posibilidades no eran viables en medio de una crisis internacional.
Otro cambio se dio en el ámbito político al ser nombrado en Polonia como primer ministro un católico conservador que, evidentemente no era comunista: Tadeusz Mazowiecki, un cambio que no se daba en esa zona desde las postrimerías de los años cuarenta. A lo anterior se sumó el endeudamiento secreto de Erich Honecker con los bancos de la Alemania occidental, la decisión de los ministros de asuntos exteriores de Hungría y Austria de cortar simbólicamente sus alambradas y con esta acción permitieron la entrada de “turistas” alemanes procedentes del este cuyo propósito era llegar a la zona occidental alemana.
Sin embargo, el principio del fin no fue sólo una acción concertada de las masas por la lucha de la libertad, sino más bien, fueron las decisiones tomadas por los gobernantes de la República democrática alemana, cuyos políticos endeudaron su economía que, al enterarse Gorbachov de la situación, negó toda ayuda e incluso sugirió sacrificar el nivel de vida de los ciudadanos o acercarse a pedir ayuda a la Alemania occidental. Pero, la gota que derramó el vaso nos dice Fontana (2018) fue que Günter Schabowski “cometió el error, tal vez intencionado, de afirmar en una rueda de prensa que se permitiría a los alemanes del este abandonar el país por la frontera con el oeste de inmediato […]” (p. 492), esto fue lo que en gran medida azuzó a las multitudes a pasar por los pasos fronterizos y, por ende, a las autoridades no les quedó más remedio que ceder el paso.
Tras esta breve introducción generada con Inteligencia Artificial (IA), ambos protagonistas de la serie se sueltan a disertar sobre las atrocidades que el “virus comunista” ha propagado según ellos, desde la aparición del Manifiesto Comunista en 1848, incluso, se atreve el deudor y usurero más grande de México a definir comunismo: “es lo mismo, en la esencia es la filosofía del colectivismo, de los grupos, los grupos colectivos y que en realidad no existen porque lo que existen son individuos, esa es la falla fundamental y de eso se deriva: el socialismo, el fascismo, el corporativismo y por supuesto, el comunismo”. Esta grandilocuente definición que ilustra de pies a cabeza que este magnate sabe de comunismo lo que yo sé de física cuántica… ¡nada! Para rematar colocando del lado del bien a los individuos y del mal a los colectivos.
Más adelante, plantean la premisa que los libertarios han difundido a lo largo y ancho de América Latina: la libertad es el bien preciado que hay que proteger porque de lo contrario, no serás pleno y feliz. Para este par de charlatanes, el individuo es la parte medular que alienta su discurso, si te va mal es porque tú y sólo tú eres responsable de que te haya ido mal, una premisa fundamental del discurso neoliberal donde lo perjudicial para uno no es responsabilidad del Estado, sino de tu falta de habilidad para hacer que tu libertad te dé frutos, por esa razón, aquel que mucho tiene es porque ha utilizado para bien su libertad y ha hecho mucho por los demás. Esto bien puede resumirse con la clásica frase que utiliza la derecha: el pobre es pobre porque quiere.
La ideología que sustenta su discurso proviene de un empresario y guía espiritual: Michel Domit Gemayel. Según su referencia de autoridad, para Domit la esencia de la vida es ser, hacer y tener. Ser alguien y hacer algo para llegar a ser ese alguien que logra tener cosas. Si no tienes cosas, por consecuencia no eres nadie porque no haces nada por llegar a ser. Esta idea para Salinas es la esencia de la vida, incluso remata diciendo que la riqueza es el intercambio.
Después de haber dado cátedra de lo que es la esencia de la vida, ambos dan rienda suelta a su ignorancia al atacar a la hermana República de Cuba, país que se ha dedicado en cuerpo y alma a cambiar la subjetividad producida por el capitalismo y ponen de ejemplo la loable labor de enviar embajadas de médicos a los países necesitados de salud como símbolo de “explotación”. Con este modelo quieren ilustrar que lo que ellos llaman comunismo ha logrado dispersar un discurso en contra de la explotación, pero, “explotando” según ellos a los médicos que mandan, porque afirman que el gobierno cubano se queda con los “millones” de pesos que el gobierno mexicano ha desembolsado para que Cuba mandara médicos a nuestro país. Son tan mezquinos y mendaces que no alcanzan a comprender que la salud es un derecho y no un privilegio de unos cuantos.
Para el empresario lo más importante, aparte del individuo, es el entorno, definido por él como “las ideas”. Afirmando que nos encontramos en una batalla cultural, lo mismo que han repetido los libertarios como Agustín Laje y su fiel trabajadora Gloria Álvarez. Nos parece que esto es en lo único que acierta, al decir que para cambiar a una sociedad es necesario cambiar las ideas, aprendido directamente del maestro de maestros, el expresidente López Obrador, quien desde la lucha socio-política, comenzó la Revolución de las conciencias, sólo que de López Obrador a Salinas Pliego hay un abismo de honradez, perseverancia y lucha que el empresario nunca podrá tener aun teniendo los millones de pesos que ha obtenido al no pagar sus impuestos.
La apoteosis del video se da en el momento en el que el evasor y usurero presume que sus empleados son felices de trabajar en sus empresas y que no se van porque, aunque no les alcance para subsistir, están felices y la prueba que da es que no los mantiene de forma obligada y, según él, ya quisieran muchos trabajar para sus empresas. De todos es sabido el raquítico sueldo y la superexplotación a la que son sometidos sus empleados, tan es así, que la escritora y dramaturga, renunció en tiempos de pandemia porque el “humanista” de Salinas Pliego mandató que todos estuvieran es sus puestos de trabajo para seguir generando riquezas en medio de una pandemia sin precedente.
Al término de esta charla “erudita” entre el “intelectual” que se ostenta con el grado de Dr. en Humanidades sin serlo (revisamos su nombre en el registro de profesiones y sólo está registrada su carrera en Comunicación y una maestría en Humanidades, ambas por la Universidad Anáhuac) y el evasor fiscal, de nuevo entró a escena un video con un “Breve recorrido histórico” por las muertes que según Zunzunegui ha causado el comunismo. Se suelta a dar datos sin sustento, afirmando que en la guerra civil que tuvo Rusia tras su revolución fueron asesinados cinco millones de personas, otros cinco a manos del primer gobierno de Lenin hasta su muerte, con Stalin otros 10 por las purgas y 10 más por las hambrunas que “causó su incompetencia”, otros 5 millones a manos de los comunistas que tomaron el poder en China, una vez establecido el gobierno de Mao murieron “por lo menos 30 millones de personas” aniquiladas por la Revolución cultural y, millones más por las hambrunas provocadas por la incompetencia de Mao, dos millones para establecer el comunismo en Corea del Norte, dos millones asesinados en Camboya y finaliza afirmando que el comunismo ha matado más de 100 millones de personas durante el siglo pasado, incluso rebasando las cifras de las dos guerras mundiales. Lo interesante es que no muestra ninguna fuente.
Siguiendo con el video, de nuevo intentan dar cátedra de algo que no conocen y pretenden disertar sobre la esencia del Ser, seguro Heiddeger se volvería a morir de las carcajadas provocadas por su intento por definir qué es el Ser. Todo lo anterior para señalar que la esencia del ser humano es la envidia y que esta es constitutiva a la propia naturaleza humana. Que no hay justo ni injusto si uno es rico y otro es pobre, sino que, así de simple es la realidad y debemos aceptarla. No conforme con lo anterior, el evasor se pone como ejemplo para decir que él no es resentido ni envidia a Musk, Bezos y Zuckerberg porque tengan más riquezas que él.
Inmediatamente después, Salinas Pliego se derrite en loas a la caridad y aprovecha para denostar al expresidente López Obrador porque les prohibió a los millonarios lucrar con las necesidades de la gente al no permitirles que dedujeran los impuestos que daban a las organizaciones civiles que, para colmo del asunto, la mayoría eran de los mismos empresarios que querían tener su dinero de regreso, con lo que hacían un negocio redondo beneficiando a sus compadres y de paso a ellos porque ese dinero que “donaban” era deducible de impuestos.
Más adelante, Zunzunegui le pregunta si la educación y la salud deben ser proporcionadas por el Estado, Salinas Pliego contestó con un tajante ¡NO!, puesto que la premisa principal de los libertarios también incluye que la educación y la salud sean costeadas por las personas y no por el Estado. Incluso le llama “monopolio de la educación” y dice que ha sido el “peor negocio”, se comprende que la forma de ver a la educación es un negocio y no un derecho.
Las diatribas y las descalificaciones hacia la educación pública fueron el postre, pues descontextualizan el desarrollo educativo en nuestro país y concluyen diciendo que como la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue creada por el gobierno y este mismo controla al sindicato y hace los libros de texto que, según ellos, adoctrinarán a las juventudes, esa es la razón de estar como estamos, por recibir la educación de los “criminales” que están en el gobierno.
Pero lo que desató una carcajada en mí, fue cuando Zunzunegui se derritió en alabanzas y genuflexiones hacia Ricardo Salinas, al decir que él creció en un mundo donde le enseñaron a admirar a las personas que estaban arriba de uno y lanzó lisonjas vergonzosas al empresario porque aseguró que muchos quisieran ser como Ricardo Salinas de exitoso. La cereza en el pastel la puso el mismo Salinas al auto elogiarse como dechado de empresario que comenzó a trabajar en situación precaria, tanta fue su desdicha que no tenía ni para comprarse un whisky ¡qué terrible destino le tocó vivir!, la pobreza odiada. No obstante, la lectura de biografías de hombres que salieron adelante de la nada fue su mayor aliciente para no dejarse vencer por las adversidades.
Como colofón, el momento de la limpieza del nombre de Ricardo Salinas y la defensa de sus privilegios convirtió a Zunzunegui en el principal defensor del usurero al decir que los comunistas de hoy quieren verlo abajo y que no lo iban a lograr, que en vez de salir adelante quieren fregarse a los que están arriba. Las acciones emprendidas por el gobierno actual para hacer que el magnate desembolse lo adeudado que por años no ha pagado en impuestos es azuzada por un sentimiento de odio hacia quienes, según ellos, han logrado salir adelante y hacerse ricos con base en el esfuerzo.
En esencia es la dicotomía presentada por la derecha internacional, los malos son los “comunistas” que te quieren despojar de todo y robarte tu libertad y los buenos son los empresarios que están preocupados porque tú salgas adelante y aspires a ser como ellos. El objetivo de esta serie posiblemente apunte a dos cosas: por un lado, limpiar la imagen de Ricardo Salinas Pliego para evitar el pago de impuestos y hacerse pasar como perseguido por un Estado dictatorial y, por el otro; sacar del baúl de los recuerdos el conflicto entre el capitalismo y el socialismo al invocar el concepto de comunismo para señalar a la administración morenista de estar llevando al país a una dictadura y arrebatarle al ser humano la libertad que le ayudaría a ser pleno y feliz, en palabras del evasor fiscal: primero el ser, luego el hacer y por último el tener.
Referencias
Fontana, J. (2018). El siglo de la revolución. Una historia del mundo desde 1914. México. Crítica.