Ecuador: la disputa es en las calles y en las urnas

Ecuador: la disputa es en las calles y en las urnas

Sofía Lanchimba

Escribo estas líneas cuando más del 80% de las actas han sido escrutadas y en las cuatro preguntas planteadas la respuesta a Daniel Noboa ha sido clara y contundente: ¡NO! Las escribo con el corazón en la mano, entendiendo que nos estamos jugando el presente y el futuro; y, recordando que el campo popular y las fuerzas de izquierda cargamos con varios años de derrota. Las escribo con la emoción de saber que la dignidad y los refugios de esperanza se mantienen en pie desafiando al poder, a la violencia e incluso al terror. Las escribo en memoria de Efraín Fuerez, José Guamán y Rosita Paqui, tres vidas segadas por el terrorismo de Estado de Noboa.

Escribo para recordar que ninguna protesta es en vano. Quienes sostuvieron la resistencia en las calles fueron quienes rompieron el aparente consenso y aprobación del que gozaba Daniel Noboa, desnudaron el carácter violento de su proyecto político y abrieron cauce a una resistencia abierta y frontal. Después de septiembre y octubre de 2025, es claro que Noboa intenta implementar un proyecto regresivo, autoritario e híper violento que gobierna para los intereses de las élites a través del terror. En este punto, aceptar sus mentiras sólo es posible si se comparte su proyecto o deliberadamente se esquiva la mirada.

Hoy Ecuador dijo NO a las bases militares extranjeras, NO a que la participación política sea exclusiva de quienes tienen el dinero para comprarla, NO a la reducción de asambleístas y, sobre todo, NO a una Asamblea Constituyente que ponga en riesgo derechos que costaron años de resistencia.

En política ninguna victoria es definitiva y en Ecuador toda sorpresa es posible. Hoy celebramos que las mayorías eligieron defender los derechos de la naturaleza y los derechos colectivos en defensa de los ríos, los páramos y las montañas a los que nos pertenecemos. Hoy ganó la esperanza, la dignidad, la rebeldía y la defensa de la vida. Se trata de una victoria profundamente popular frente a la rapiña oligárquica y su proyecto militarizado. ¡Vaya que nos hacía falta un respiro frente a tanta indolencia, a tanta masacre, a tanto despojo e incluso a tanta humillación!

Noboa recibe una lección que quizás no alcance a comprender: hay caprichos que el dinero no compra; no importa cuántos bonos regales, cuántas promesas de obras hagas o cuántos medios de comunicación impongan tu relato; los pueblos tienen dignidad y memoria. Y aunque haya unos cuantos cuya servidumbre se compra o se vende, si los pueblos son vejados, sometidos y humillados sólo recibirás repudio.

La dignidad de Ecuador no deja de sorprender y aleccionar, ya sea en revueltas populares, en las urnas o en reinvenciones socio-jurídicas; es un país pequeño fuera de los reflectores de la geopolítica mundial; pero que cada cierto tiempo abre grietas globales. Ha sido el primer país en reconocer los derechos a la naturaleza; el primer país que aprobó una consulta popular que desafía directamente a las industrias petrolera y minera; un país que década tras década renueva la fuerza de resistencia en las calles y así ha impedido que los modelos de despojo se impongan en toda su extensión.

Hoy festejamos los límites que las mayorías populares le imponen a Noboa y al intervencionismo extranjero; pero sabemos que no se detendrán en sus propósitos. Como reza la frase: “por la razón o la fuerza”. Se abre una nueva fase de lucha, la violencia y el terror que el gobierno aplicó en territorios de pueblos y nacionalidades se puede expandir al conjunto de la población. Pero con la victoria de hoy también es posiblereconstituir una fuerza popular que frene su proyecto. Hay algo que debemos recordar de hoy: la disputa es en las calles y en las urnas.