Un horizonte de inmensos desafíos con buenas perspectivas: consulta del Pacto Histórico en Colombia y perfil sucinto de Iván Cepeda Castro

Un horizonte de inmensos desafíos con buenas perspectivas: consulta del Pacto Histórico en Colombia y perfil sucinto de Iván Cepeda Castro

Esteban Morales Estrada

Magíster en Historia

“tan dañino es inculcar prejuicios, ya que ellos terminan por vengarse de los que han sido sus autores o precursores”[1]

Kant

Con más de 2.700.000 votantes, la consulta del pasado domingo 26 de octubre[2] constituye un escenario muy positivo para las fuerzas de izquierda en Colombia de cara al año crucial de 2026. Iván Cepeda Castro obtuvo la victoria y será el candidato presidencial de los sectores que se agrupan en el llamado Pacto Histórico. En medio de un tiempo frío a nivel electoral, un mar de desinformación y falsedades pregonadas por la derecha, el desgaste natural del gobierno Petro después de más de tres años en el poder, así como las distintas triquiñuelas en torno al desplazamiento de lugares de votación en varios lugares de la nación, la izquierda y sus bases sociales acudieron a la cita y respondieron a la idea de escoger desde abajo candidatos al Senado, Cámara de Representantes y elegir un nombre para la consulta interpartidista que pretende construir un frente amplio que, retomando la idea de Francisco Mosquera Sánchez (1941-1994), reúna a amplios sectores, cuyo principal objetivo gire en torno a “resguardar la patria de los azarosos peligros externos e internos que la acechan”[3], buscando el fortalecimiento y la ampliación de nuestra democracia, frente a grupos profundamente reaccionarios y violentos en el ámbito interno; y una respuesta enérgica y contundente, que se aleje del lacayismo, a la abrupta e irregular agresión imperial por parte del polémico presidente de EEUU (quien tiene grandes admiradores en la derecha colombiana[4]) en lo externo, sin dejar atrás la amplia tradición antimperialista de las izquierdas del país[5].

Sumado a los múltiples corifeos de los sectores retardatarios y cavernarios, que han llevado a cabo análisis simplistas que quieren amoldar a sus prejuicios, es patente una gran miopía dentro del uribismo que aun antes de los primeros resultados, ya auguraba, sin prueba alguna, el fracaso del ejercicio democrático. Mientras que, después de los casi tres millones de votos, aseguran que hubo “fraudes” y se niegan a entender que el país no es el mismo que gobernaron por varios lustros. Es tal la mediocridad analítica de la mayoría de estos sectores, que lejos de preparar una estrategia viable para enfrentar a la izquierda, se encierran en sus propios laberintos llenos de desinformación e inverecundia. 

Más allá de la escogencia de candidatos por su incondicionalidad con Álvaro Uribe Vélez o de la aparición de advenedizos que pretenden ganar seguidores con espectáculos insustanciales y mediáticos, el progresismo colombiano usó el mecanismo de la consulta para escoger a quien debe llevar las banderas de las ideas de izquierda (en sus diversos y múltiples matices), y alcanzar un papel relevante en la conformación de una gran coalición que se enfrente a los sectores reaccionarios del país, y como en el 2022 logre “derrotar la ultraderecha uribista y elegir un nuevo gobierno democrático”[6].

A continuación, muestro cinco elementos por los que considero que Iván Cepeda Castro (quien logró la victoria en la consulta frente a Carolina Corcho) es un personaje fundamental para la coyuntura actual. Si bien es necesario entender que la izquierda no es capaz de llegar sola a la Presidencia de la República el año próximo, es relevante tener un buen candidato para lograr un papel de primera importancia en la configuración del llamado frente amplio, así como llevar un número importante de congresistas que logren ganar las disputas en el legislativo y muestren actitudes serenas pero firmes en la defensa de unas ideas. Sin duda, la gran mayoría de la izquierda comprende la necesidad “de civilizar la contienda política”, parafraseando de nuevo a Mosquera, basándose en un debate serio, argumentado y que busque llegar a acuerdos sobre los asuntos que el país necesita, sin dejar por fuera la crítica contundente y valiente. Nombres como los de Wilson Arias (171.354 votos) y Aida Avella (50.120 votos) en Senado; así como los de María Fernanda Carrascal (65.547 votos) o Alfredo Mondragón (85.290) en Cámara de Representantes dan solidez a las listas del Pacto Histórico en lo que tiene que ver con hombres y mujeres curtidos en los debates, que llevan a cabo una buena gestión y están fuertemente vinculados a las iniciativas más positivas del progresismo. Otros sectores de izquierda vienen consolidando UNITARIOS, agrupación que busca participar en las elecciones del otro año fuera del Pacto Histórico, pero con la convicción de apoyar el proyecto del frente amplio. Allí destaca la figura de Fabio Arias, actual presidente la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y militante del Partido del Trabajo de Colombia (PTC), quien tuvo un papel protagónico en la Reforma Laboral del gobierno actual.

1. Cepeda es un filósofo nacido en Bogotá en 1962 y ha sido un hombre de izquierda desde su juventud. Militó en las Juventudes Comunistas (JUCO), la Unión Patriótica (UP), la Alianza Democrática M-19 y el Polo Democrático. Es un referente actual del Pacto Histórico, pero su trayectoria dentro de la izquierda colombiana abarca más de cuatro décadas, lo que es muy importante, debido a que eso le da una solidez a su pensamiento que es relevante para cualquiera que valore la coherencia. Hay en el filósofo bogotano una hoja de vida qué mostrar en torno a la defensa de unas ideas de izquierda, la experiencia de muchas batallas políticas a través de los años y los distintos contextos, y adicionalmente, una mística en torno a un hombre que no aterriza en las ideas de moda a última hora, luego de cambiar sus perspectivas.

2. Otro punto muy importante en Iván tiene que ver con que es un filósofo, un intelectual que se alejó de la «Torre de Marfil», en donde hubiera podido tener una plácida vida de profesor universitario aislado de las problemáticas del país, y decidió juntar teoría y práctica. Puede decirse que Cepeda ha unido su formación académica con la actividad política, defendiendo la revolución como salida en algún momento de su vida, los derechos humanos en otro, la profundización de la democracia en otro más, o la defensa de un proyecto político de cambio progresista en la actualidad. Hay un hilo conductor, hay unas coordenadas en su trayectoria, pero sobre todo hay una búsqueda en torno a participar, oponerse, no callar, dejar atrás el arribismo tan común en muchos intelectuales y aterrizar las ideas a la lucha política cotidiana y corriente.

3. Un tercer aspecto de gran importancia es la oposición de Cepeda al proyecto paramilitar. Hoy es fácil expresar posturas contra el uribismo, pero hace dos décadas no lo era. En ese escenario de amplia unanimidad en torno a los beneficios de la “Seguridad Democrática”, la voz del líder político de izquierda se oyó e hizo contrapeso. Fue más allá y arriesgó su vida para mantener la premisa de la crítica al poder, de ir contra la corriente, de enfrentarse a un proyecto de profundización de las problemáticas del país, que disfrazado de impulso heroico terminó por ensañarse con los más vulnerables. Quizá es este aspecto el más conocido de Cepeda, debido al juicio contra Álvaro Uribe Vélez, expresidente que ha debido responder a la justicia y que encarna un proyecto contra-insurgente que legitimó la masacre, el desplazamiento, el despojo, el asesinato de inocentes y la estigmatización frente a todos los que no se plegaron a sus pretensiones. Es precisamente ese sector político (y las personas que lo apoyan), el que odia a Cepeda, y periódicamente lo acusa de “guerrillero” y de “colaborador de Maduro”, para evitar responder por pasados oscuros que no están interesados en explicar.

4. En cuarto lugar, Cepeda ha sido un buen congresista, llevando a cabo debates importantes y serios, sin escándalos de corrupción. Como continuador claro del gobierno actual, reconoce errores, pero rescata cosas muy importantes como la búsqueda de la equidad social, la tentativa de Reforma Agraria o la preocupación climática. Es un hombre con una trayectoria propia, que no está subordinada a la de Petro, lo que les da un sello particular a sus propuestas. No es una figura enana al lado de la del actual mandatario colombiano, y por el contrario tiene una estatura política similar, un discurso y unas banderas que no se circunscriben o limitan al actual contexto. Su serenidad, seriedad y rigurosidad hacen que grandes porciones de la opinión pública lo respeten; mientras que su claridad, formación y talante, constituyen aspectos valiosos para lograr la consolidación del frente amplio.

5. Un aspecto final, pero no menos importante, es la visión política de Iván Cepeda. En un mundo lleno de personajes estrafalarios como Trump, Bolsonaro o Milei (y quienes los pretenden imitar en Colombia), el filósofo colombiano conoce profundamente los problemas del país y se ubica fuera de los moldes de la espectacularización de la política, de la frase rimbombante y mediocre, de las ideas falsas y repetitivas, y de la superficialidad imperante en el debate público de hoy. No busca el escándalo irresponsable, por el contrario, es un defensor del debate, de los consensos, de los argumentos, aspectos fundamentales para la vida política colombiana. A lo que hay que sumar la austeridad de su campaña, su negativa a edificar polémicas en torno a la descalificación o la calumnia, y su compromiso claro con la defensa del proyecto político progresista.

La figura de Iván Cepeda transmite coherencia, seriedad, y claridad. La coyuntura que vivimos es una gran oportunidad para respaldar y valorar su lucha por los derechos humanos, su apoyo a los más débiles, y su idea de que nadie está por encima de la ley. Si bien apenas empezó la carrera electoral que culminará el año próximo, es fundamental comunicar y explicar a más y más gente, los aciertos de la actual administración, así como reconocer e intentar enmendar los errores existentes. La batalla política apenas arrancó y es necesario aglutinar muchos sectores democráticos en torno a unas ideas y unos programas, identificando al uribismo como contradictor principal.

Cepeda tiene capacidades para liderar adecuadamente las fuerzas de izquierda y debatir con otros sectores en búsqueda de acuerdos sólidos, sin dejar de recordar una reflexión del filósofo Estanislao Zuleta (1935-1990) que decía: “nosotros estamos del lado de los que tengan más necesidades y menos posibilidades. Solo así se puede ser un demócrata”[7].   

 

NOTAS:

 

1Immanuel Kant, “Respuesta a la pregunta: ¿qué es la Ilustración?”, en: ¿Qué es la Ilustración? (Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2015), pág. 4.

[2]Para un análisis de la jornada ver: David Efrén Ortega, “Petrismo movió 2,7 millones de votos y eligió a Cepeda como ficha para el frente amplio”, El Espectador, 26 de octubre de 2025.

[3]Francisco Mosquera Sánchez, “El MOIR insiste en el Frente Único”, en Ni guerra, ni paz (Cali: CEDETRABAJO, 1990), pág. 142.

[4]Francisco Gutiérrez Sanín, “Preguntas por responder”, El Espectador, 24 de octubre de 2025.

[5]Rubén Jaramillo Vélez, “Recepción e incidencias del marxismo en Colombia”, en La primacía de la praxis (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2021), pág. 67.

[6]“Con millones y millones de votos ganaremos esta batalla por la democracia”, La Bagatela, enero de 2022, pág. 2.

[7]Estanislao Zuleta, “Democracia y participación”, en Colombia: violencia, democracia y derechos humanos (Bogotá: ALTAMIR, 1991), pág. 234.