UNTA: un sindicato democrático. Entrevista a Sergio Guerrero, Secretario General de la UNTA*

Christian Terrazas Sánchez

Como punto de partida, Sergio Guerrero líder de la UNTA, expresó que el objetivo principal del sindicato es mejorar las condiciones laborales y de vida de las y los trabajadoras por aplicación. Ya que estos se encuentran en una indefensión total. Es bien sabido que las empresas de aplicaciones por la relación que mantiene con sus trabajadores se deslindad de toda responsabilidad para con ellos.

En cuanto a la organización, Sergio comentó que el crecimiento del sindicato ha sido orgánico, y por ser un sindicato de reciente creación, éste sigue en plena conformación y planeación. También manifestó, que la organización tiene que ir de la mano de los principios democráticos y de transparencia.

Sin embargo, también contó que se tiene toda la disposición para que los trabajadores que se vayan afiliando se integren de manera activa al funcionamiento del sindicato. Comentó que como han ido trabajando y ha resultado muy beneficioso, es delegando tareas a los diferentes miembros que conforman el sindicato, dijo, que los problemas del gremio son muy especiales y particulares y que no se cuenta con una guía o referencia de la cual poder ayudarse por lo que se está innovando en el tema de la organización. Por otro lado, comentó que derivado de un proceso de planeación y de reconocimiento de las actividades más urgentes, se ha llegado a la conclusión de que las acciones jurídicas son de máxima prioridad para poder transformar las relaciones de trabajo. Por lo que los esfuerzos y recursos humanos se han concentrado sobre todo en el departamento jurídico, conformando comisiones. Se pretende que estas comisiones se encarguen de un área específica del departamento jurídico y resuelvan las necesidades de su área teniendo el contacto con las autoridades pertinentes. Sergio expresó que este modelo se replicaría para los demás departamentos del sindicato.

Por otro lado, también manifestó que ha existido un despertar en la conciencia política de la población. Expresó que los trabajadores ya no aceptan prácticas antidemocráticas y que las organizaciones que se resisten a estas nuevas disposiciones están condenadas al fracaso y su extinción. Enfatizó que es una lástima que tuvo que llegar la reforma laboral del 2019, la cual contempla la democratización de los sindicatos para obligar a estos a democratizarse y que no fuera por voluntad y necesidad propia. Expresó que la UNTA con o sin reforma será un sindicato democrático, ya que ésta es una convicción propia que emerge de nuestros principios éticos y como necesidad fundamental para el buen funcionamiento de todo sindicato.

Por último, el Secretario manifestó que el sindicato está conformado por una generación joven, los cuales tienen muy presente los errores del pasado y no los quieren repetir, puso sobre la mesa que esta generación nueva que conforma al sindicato es la que pone resistencia a las prácticas corruptas y charras en la que muchos sindicatos anteriores cayeron. Acentuó que es de suma importancia que los miembros del sindicato participen activamente para que impulsen al sindicato siempre a la democratización. UNTA, dijo para finalizar, será siempre un sindicato que tenga como principal objetivo la el bienestar de los trabajadores, que dará la apertura para que participen activamente en el funcionamiento del éste y donde se consultara, escuchar y será tomada en cuenta la voz de todos sus miembros.

Breve Contexto histórico del sindicalismo en México

Desde el siglo XIX el sindicalismo ha servido como instrumento fundamental para que las y los trabajadores pudieran mejorar de manera real y efectiva sus condiciones de trabajo. La organización de sindicatos ha sido el vehículo por el cual los trabajadores se podrían defender de la patronal exigiendo la reducción de las jornadas de trabajo, mejora en los salarios, el cuidado de las condiciones de salud e higiene, etc.

   México no fue la excepción de este movimiento por mejorar las condiciones de las y los trabajadores. La historia del sindicalismo en el país la podemos situar desde la segunda mitad del siglo XIX, donde las y los trabajadores comenzaron a organizarse para exigir mejoras ante las pésimas condiciones de trabajo en las que se encontraban. Ya desde este período podemos encontrar diversas organizaciones, principalmente de obreros de la industria textil, cafetera, azucarera y con una gran fuerza de la minera.

Para inicios del siglo XX la situación se radicalizó Si bien para este período existió cierta estabilidad gracias principalmente al considerable desarrollo económico producto de la inversión extranjera, por un lado, y dos, al control político sostenido por la represión ejercida a diversos grupos que se oponían y resistían la dictadura del presidente Porfirio Díaz, el malestar social fue la característica principal por la que se distinguió este período, pues la modernización del país y el auge económico sólo mejoró la condición de la elite de ese momento, sin embargo, la mayor parte de la población seguía sumergida en la miseria.

El descontento de la mayor parte de la población era tan grande, que las luchas en contra de la represión, miseria, pésimas condiciones de trabajo y la dictadura en general se fueron intensificando a tal grado que llegarían a desembocar en la Revolución mexicana. Estas luchas fueron lidereadas principalmente por obreros y campesinos. Las huelgas de Cananea en 1906 y de Río Blanco en 1907 son claro ejemplo de la resistencia y combate a la dictadura de Díaz.

Durante el período revolucionario existieron mayores condiciones para que las y los trabajadores se pudieran organizar y formar sindicatos. Desde luego, esto no quiere decir de ninguna manera que ya no se tendría que seguir luchando para seguir mejorándolas. Sin embargo, esto permitiría que la clase obrera y campesina se pudiera organizar con mayor fuerza y libertad permitiendo que su voz y demandas fueran escuchada con mayor seriedad. Esta situación permitió que diversas exigencias de la clase trabajadora para mejorar sus condiciones fueran atendidas logrando incluso que se pudieran plasmar en la Constitución de 1917, principalmente en artículos como el 123, donde se estipula el derecho al sindicato, derecho a huelga y jornadas de trabajo de 8 horas.

 El subsiguiente desarrollo del sindicalismo mexicano estuvo enfocado en hacer efectivo lo que formalmente ya se había estipulado y en seguir mejorando las condiciones de trabajo y de vida de las y los trabajadores. Sin embargo, el camino por la conquista de estas mejoras para la clase trabajadora no sería nada terso, éste estaría lleno de contradicciones, fracasos y traiciones que llevarían a la fragmentación y crisis del sindicalismo mexicano. 

El desprecio al sindicato

La historia oficial se ha encargado de resaltar y difundir a través de todos los medios posibles sólo una parte de la historia del sindicalismo en México. Ésta se enfoca con mayor fuerza sólo en la parte de los fracasos y derrotas que ha sufrido el sindicalismo. La autocritica de quienes estamos interesados y comprometidos con la verdad no nos permite olvidar esta parte de la historia.

Es verdad que muchos de los sindicatos mexicanos desarrollaron relaciones clientelares y corruptas que sólo beneficiaban a las élites políticas y económicas del país. Las prácticas antidemocráticas se convirtieron en la constante al interior del sindicato, transformando a las bases en un instrumento al servicio de la dirigencia, los cuales no tomaban en consideración las necesidades de los trabajadores y sólo utilizaban al sindicato para fines personales como conseguir puestos en el gobierno o enriquecerse.

Esta dimensión la historia es la que se cuenta con mayor frecuencia. Es esta parte la que hace que el sindicalismo mexicano sufra un gran desprestigio y hasta cierto desprecio.

Sin embargo, esa no es toda la historia; el sindicalismo en México esta lleno de triunfos y glorias que no deben de ser olvidadas. La lucha sindical en las décadas pasadas sirvió como el principal bastión de la resistencia de los trabajadores del país, muchas de las mejoras en las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores son logros de la lucha sindical. Es imposible imaginar el alza de los salarios, disminución de la jornada laboral, seguridad social como derecho al servicio médico, prestaciones como vacaciones pagadas, aguinaldo, entre muchas otras sin la lucha sindical. Si bien, como ya mencionamos el Estado incorporo o subsumió al sindicato a su organicidad limitándolo en muchos aspectos, éste nunca dejo de luchar por su emancipación, su auto organización e independencia. Sin embargo, es la parte que desfavorece a los sindicatos la que se reproduce con mayor regularidad y se interioriza por un gran grueso de la población provocando desconfianza y desprecio por los sindicatos. El gremio de los trabajadores de plataformas digitales no son la excepción y un gran número de ellos ven con recelo conformar o unirse a un sindicato.

*Las ideas expresadas en cada uno de los artículos es responsabilidad de los autores.