¡Una estrella roja nunca muere! El caso del futbolista partisano Rino Della Negra*

Luis Martínez Andrade[1]

Mientras el fútbol-espectáculo funge actualmente como pilar de lo que Max Horkheimer y Theodor Adorno denominaron la “civilización de los divos” y mientras la figura del jugador de fútbol concentra los valores -celebridad, frivolidad, consumo ostentatorio- de la sociedad de masas (véanse los documentales de Neftlix y otras plataformas dedicadas a la vida cotidiana de los futbolistas) se impone urgentemente la tarea de rescatar del olvido la historia de deportistas que desempeñaron un papel importante en la lucha contra el fascismo en Europa. A través de la biografía de Rino Della Negra, extremo derecho del Red Star FC, los historiadores Dimitri Manessis y Jean Vigreux nos presentan una obra en la que observamos el peso de la cultura antifascista de la migración italiana en la comuna francesa de Argenteuil, al tiempo que reconocemos la influencia del Partido Comunista francés en la organización de la Resistencia.

Originario del departamento de Pas-de-Calais, Rino Della Negra nació en Vimy el 18 de agosto de 1923 en el seno de una familia inmigrante de la región italiana de Friul. Su padre, Rizieri Della Negra, fue un trabajador de una fábrica de ladrillos y, su madre, Anna Nannini, también trabajó un tiempo como obrera. En 1926, los padres de Rino decidieron, por falta de oportunidades laborales, trasladarse y buscar fortuna en Argenteuil. Allí, concretamente, en el barrio italiano de “Mazzagrande”, la familia Della Negra se relacionó con otras familias de migrantes italianos, especialmente, con la familia Simonazzi. “Esta pequeña Italia, escriben Manessis y Vigreux, en el corazón de Argenteuil no es solo una isla de solidaridad y de fraternidad sino también es un marco de politización, un lugar de combate tanto social como antifascista”[2]. Considerada por algunos investigadores como punto nodal de bolcheviques y sindicalistas, Argenteuil fungió como un polo de atracción para militantes que huían del fascismo italiano, como fue el caso del alcalde socialista del municipio de Cavriago, Cesare Arduini. Además, Argenteuil fue un “laboratorio municipal del Frente Popular” (recuérdese la figura del diputado comunista Gabriel Péri) en la que la socialización, a través del deporte, se conjugó con una cultura abiertamente antifascista. De hecho, en 1938, dos amigos del joven Rino, Tonino Simonazzi y André Crouin, decidieron alistarse en las Brigadas internacionales en España. Por otra parte, la brutal represión de las huelgas en 1937 aceleró el proceso de concientización de clase por parte de los trabajadores.

Creada en 1934, por iniciativa del Frente Popular, la Fédération sportive et gymnique du travail (FSGT) conglomeró a diversas organizaciones tanto del mundo deportivo como laboral para oponerse a la ideología fascista, en ese sentido, la FSGT representó, según el periodista de investigación Nicolas Kssis-Martov, el tránsito del deporte rojo al deporte popular[3]. De esta manera, Rino y sus amigos se empaparon de dicha cultura antifascista fomentada y cultivada tanto por los viejos militantes inmigrantes (italianos, polacos, españoles, etc.) como por los miembros del Partido Comunista Francés.

Durante el régimen de Vichy, el balompié galo también fue presa del autoritarismo expresado en la supresión de la autonomía de la federación de fútbol. De hecho, algunos equipos cambiaron su apelativo para no despertar sospechas por parte de las autoridades colaboracionistas. En lo que respecta al joven jugador Rino Della Negra, notamos que desde 1937 ya se encuentra afiliado al Club de fútbol de Argenteuil, sin embargo, fue a principios de la década de los cuarenta cuando jugando para la Jeunesse sportive d’Argenteuil (1941) y para l’Union sportive athlétique de Thias (1942-43), su reputación ganó mucho prestigio. Así, para la temporada de 1943-44 fue fichado por el equipo Red Star. Es importante mencionar que el terreno deportivo no fue abandonado por los militantes comunistas durante la guerra y, de hecho, fue a través de la red Sport libre como pudieron sumar simpatizantes y militantes en favor de la Résistance.   

Rino Della Negra fue un refractario del Servicio del Trabajo obligatorio (STO), es decir, del servicio de reclutamiento impuesto durante la ocupación alemana de Francia para trasladar a cientos de miles de trabajadores a Alemania. A partir del mes de febrero de 1943, Rino pasó a la clandestinidad. Por medio de los Francs-tireurs et partisans main-d’œuvre immigrée (FTP-MOI), unidades de la Resistencia comunista, Rino formó parte del conocido “grupo Manouchian”. Liderado por el poeta comunista Missak Manouchian, este grupo fue el responsable de coordinar y realizar acciones de sabotaje en contra de las autoridades colaboracionistas y de los grupos fascistas. Así, durante la primavera de 1943, bajo la férula de Floravanti Terzi (“Avanti”), Rino, miembro activo de los Francs-tireurs et partisans de Argenteuil, participó en más de una decena de acciones de resistencia. Bajo el seudónimo de “Gilbert Royer”, Rino Della Negra ejecutó algunas acciones entre el mes de febrero y mayo de 1943 y, posteriormente, se convirtió en miembro activo del tercer destacamento italiano de la FTP-MOI. Dicho destacamento había sido fundado por el militante comunista Marino Mazzetti.

Entre los italianos o miembros de origen italiano que forman parte del grupo Manouchian, Rino Della Negra es el más joven, a penas con 20 años de edad; Antonio Salvadori y Cesare Luccarini tiene 23 y 21 respectivamente, al igual que Spartaco Fontanot. El más viejo es Amedeo Usseglio que tiene 32 años. Todos ellos comparten la cultura italiana antifascista. Cierto, la familia de Rino Della Negra no parece estar politizada hasta 1945 pero estuvo marcada por esta cultura antifascista que desarrolló un sentido de solidaridad y fuertes redes en el seno de la comunidad italiana de “Mazzagrande”. Su aculturación por la causa antifascista y patriótica es pues un proceso acumulativo de impregnación que estalla en el momento de su convocatoria al STO [Servicio del Trabajo obligatorio][4]

Durante una operación de acción directa el día 12 de noviembre de 1943 en la rue Lafayette, Rino Della Negra fue herido de bala en la espalda y, custodiado por las autoridades alemanas, fue atendido en el hôpital de la Pitié. Fue detenido, al lado de su camarada de origen polaco Robert Witchitz, juzgado y ejecutado en la colina del Mont Valérien el 21 de febrero de 1944. A partir de ese día, otros miembros del grupo fueron cayendo. A través del célebre “affiche Rouge”, (Anuncio rojo), la propaganda alemana lanzó una campaña de desprestigio contra este grupo de patriotas antifascistas en la que se les tachaba de ser criminales, extranjeros y estar a sueldo de Moscú: era un ejército del crimen (l’armée du crime). Así, 22 miembros del “grupo Manouchian” fueron ejecutados ese 21 de febrero de 1944.

Los historiadores Dimitri Manessis y Jean Vigreux exponen en este trabajo la manera cómo la figura de Rino Della Negra ha sido una pieza clave en el proceso memorial no solo del Partido Comunista francés sino también de la sociedad francesa. Películas como “L’Affiche rouge” de Frank Cassenti [1976] o “Des terroristes à la retraite” de Mosco Levi Boucault [1985], libros (Pages de gloire des Vingt-trois [1951], On les nommait les étrangers. Les immigrés dans la Résistance [1967]), poesía (“Strophes pour se souvenir” de Louis Aragon) y una tribuna, que hoy lleva su nombre, en el estadio Bauer del club Red Star dan cuenta de la magnitud del compromiso ético-político de este futbolista partisano que, en su última carta dirigida a su hermano, escribió lo siguiente : “la más grande prueba de amor es la de ofrecer su vida por aquellos que uno ama”.

Si en nuestros días el horizonte político y ético de la mayoría de los protagonistas del mundo del fútbol-espectáculo es sumamente estrecho, por no decir inexistente, vemos que también hubo jugadores como el joven Rino Della Negra que supo combinar compromiso político con talento deportivo. Frente a la consolidación de los populismos autoritarios y ante la embestida de los vientos fascistas, la historia del “grupo Manouchian” puede servirnos de inspiración para mantener viva la llama de la liberación pues ¡Una estrella roja nunca muere!

 

* Dimitri Manessis y Jean Vigreux, Rino Della Negra. Footballeur et Partisan, Paris, Libertalia, 2022, 241 p.

[1] Sociólogo. Autor de Textos sin disciplina. Claves para una teoría crítica anticolonial, Universidad de Guadalajara, 2020.

[2] Manessis y Vigreux, op. cit. p. 19.

[3] Nicolas Kssis (dir.), La FSGT. Du sport rouge au sport populaire, Montreuil, La Ville brûle, 2014.

[4] Manessis y Vigreux, op. cit. p. 72.