Reseña de Los maestros vinieron del sur. El origen de la CNTE de Francisco Pérez Arce

Joel Ortega Erreguerena

En la historia del sindicalismo mexicano, marcado por el charrismo y el corporativismo, son pocos los sectores que han logrado movilizarse y sostener su organización durante un largo periodo de tiempo. La disidencia magisterial, agrupada desde 1979 en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es uno de los actores que más éxito ha tenido en consolidar su movimiento. Frente a una estructura corporativa y una cultura sindical que fomenta la subordinación al poder político la disidencia magisterial ha reivindicado otra forma de ser, marcada por el antagonismo y un sindicalismo de movimientos (Casco, 2020), con una participación activa de las bases (Martínez Vásquez, 2005).

Su origen no fue fácil, se dio en el seno de un sindicalismo corporativo y una estructura (el SNTE) con un aparato de control muy poderoso. Solamente impulsada por el ascenso de un movimiento de masas pudo surgir una organización de la disidencia que logró conquistar espacios sindicales y legitimidad entre los profesores. El libro “Los maestros vinieron del sur. El origen de la CNTE” de Francisco Pérez Arce es precisamente un texto que busca dejar testimonio de este proceso.  

El texto es un recuento testimonial de las protestas colectivas que dieron origen a la CNTE entre 1979 y 1982. A partir de una protesta magisterial en el estado de Chiapas se desencadenó un ciclo ascendente de acción colectiva. Maestros de otras regiones como Hidalgo o el Valle de México se solidarizaron con sus colegas chiapanecos y construyeron organizaciones similares. Después en Oaxaca un proceso independiente, muy masivo, desembocó en la destitución de los lideres charros. A partir de entonces la disidencia contó con una base sólida, sobre todo en el sur del país, con la que ha resistido frente a las reformas del Estado y la persecución del SNTE. Para articular esas luchas surgió la CNTE.

Un acierto del libro es que recupera la mirada de profesores de varias regiones del país, un movimiento que desde su origen estuvo marcado por el regionalismo y la autonomía local no podía tratarse de otra forma. Así se presentan testimonios de Chiapas, Oaxaca, el Valle de México, Hidalgo, Morelos y la Montaña de Guerrero. Cada uno con su historia y obedeciendo a sus propios entramados culturales y comunitarios.

Aunque el libro no tiene un apartado teórico o un análisis extenso sobre el corporativismo mexicano y el proceso de lucha de la disidencia magisterial son los propios testimonios de los activistas los que realizan algunas reflexiones.

En los testimonios, como es lógico, se expresa cierta épica de las movilizaciones y la experiencia de lucha. Las asambleas masivas, la vida cotidiana en los plantones, la represión policiaca y el enfrentamiento con los charros. Sin embargo, los maestros expresan también sus propias valoraciones críticas del proceso. Las prebendas, lealtades y corruptelas con las que los charros construían su hegemonía al interior del sindicato y los problemas para levantar, partiendo de ese antecedente, un sindicalismo democrático con participación de las bases. También las limitaciones de un proceso que surgió regional frente al centralismo del sindicato oficial pero que siempre tuvo dificultades para articular sus luchas. Como expresa el autor la CNTE se estructuró como un movimiento de bases con una “política regional autónoma” en la que “reside su fortaleza y su debilidad: la capacidad para mantener un vínculo estrecho entre las direcciones (las directrices) y sus bases, y la falta de una estrategia unificada” (Pérez Arce, 2020: 20).

Siguiendo esa diversidad regional del movimiento el libro está estructurado en una serie de crónicas, basadas en entrevistas de los profesores, en las que se profundiza en el movimiento de cada una de las regiones. De Chiapas se recupera la irrupción inicial del movimiento y la realización de un Congreso de masas, un mecanismo que los maestros disidentes encontraron para organizarse por fuera de las instancias oficiales para fomentar la participación y disputar después espacios de dirección en el sindicato. De Oaxaca resalta el involucramiento masivo de todas las regiones del estado, con un repertorio de movilizaciones que desde entonces han caracterizado a la Sección 22: plantones, huelgas de hambre, caravanas a la Ciudad de México e inmensas movilizaciones. Finalmente, del Valle de México se rescatan momentos muy duros con el asesinato del profesor Misael Núñez Acosta y la resistencia en un entorno popular urbano en las periferias de la capital.

El libro cierra en 1982 con una CNTE ya consolidada y obteniendo el triunfo en algunas secciones del país. “En enero de 1983 –dice Pérez Arce– (se) encontraba un SNTE que ya no era el mismo. La Coordinadora Nacional estaba ahí, con todo lo que representa como proyecto, como fuerza, como experiencia” (Pérez Arce, 2020: 37).

Hoy, 43 años después del origen de la CNTE, los testimonios nos invitan a reflexionar sobre el legado del movimiento.

Lo primero es resaltar la persistencia de una organización disidente. Con sus ciclos de movilización y de latencia el movimiento magisterial no ha dejado de estar presente. La caída del dirigente charro Carlos Jonguitud en 1989, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en 2006 y la resistencia contra la reforma educativa del 2013 son sólo algunos momentos de ese largo recorrido. Los Congresos de masas y los Consejos Centrales de Lucha han estado presentes como forma de organización de la disidencia. En algunos casos, como la Sección 22 de Oaxaca, la disidencia conquistó los espacios sindicales y ha sido completamente hegemónica. En otros ha sido minoritaria y ha tenido que resistir frente a una estructura sindical que sigue teniendo el control en la mayor parte del país.

También es importante hacer un balance crítico, como lo hacen muchos profesores, del proyecto de la CNTE a 4 décadas de su nacimiento. Analizar qué tanto se ha conseguido democratizar al sindicato y qué caminos pueden seguirse para ampliar los espacios conquistados. Preguntarse qué tanto se ha sostenido la participación de las bases y cómo evitar reproducir las dinámicas corporativas del sindicalismo mexicano.

El libro es sin duda una herramienta para recuperar la memoria de una etapa fundamental en el movimiento magisterial. Conociendo su historia y entendiendo el origen de una organización masiva como la CNTE pueden entenderse sus dinámicas y retos en la actualidad. Esperemos que textos similares recuperen la memoria de otros sectores como los estudiantes, los electricistas, las mujeres, los pueblos indígenas y tantos otros que han experimentado procesos colectivos. Dejar su testimonio es un paso en esa lucha por no dejar morir ese instante de rebelión, tan poco común, en el que los subalternos toman la palabra y cambian el rumbo.

Referencias:

Pérez Arce, Francisco. Los maestros vinieron del sur. El origen de la CNTE. Ítaca, México, 2020.

Casco Peebles, Mariano (2020). El sindicalismo de la Sección 22 del SNTE/CNTE contra la Reforma Educativa en México (2012-2018). Un caso de sindicalismo de movimiento social, Tesis de doctorado, UAM-I, México.

Martínez Vásquez, Víctor Raúl (2005). ¡No que no, sí que sí!: testimonios y crónicas del movimiento magisterial oaxaqueño. SNTE-Sección XXII, Oaxaca.