¿Quiénes son los rusos?

Carlos Contreras

El actual conflicto entre Rusia y Ucrania (con Estados Unidos detrás) ha desatado polémica en todo el mundo. Para muchos significa el revanchismo de Rusia por la caída de la URSS así como el deseo de revivir un antiguo imperio. Para otros es una demostración del “imperialismo ruso” contra las democracias occidentales, por lo que hay que oponerse tajantemente. Hay quienes creen que es la prueba de que Rusia no quiere acercarse a occidente y prefiere mantenerse como un país oriental.

Por supuesto que lo que sobra son las condenas morales, así como la doble moral de occidente contra Rusia, al mismo tiempo que aplican sanciones que sólo perjudican a los ciudadanos de sus propios países. Más allá de acusaciones tan simplistas, habría que examinar quienes son los rusos, por qué actúan de esa manera, por qué se oponen de forma tan tajante a occidente y en defensa de su civilización, así como la forma en que el Operativo Especial Z se une a la lista de conflictos de Rusia con occidente.

Para comenzar habría que comprender las bases civilizatorias, culturales y espirituales de Rusia, que son el cristianismo ortodoxo proveniente de Bizancio, el cual desde hace casi mil años se separó de la iglesia católica romana; por otro lado la enorme influencia que el Imperio Mongol dejó sobre Rusia: de los bizantinos obtuvieron una versión sumamente útil y práctica del cristianismo de Oriente, recogida en caracteres cirílicos. Y de sus soberanos, los mongoles [esto mientras duró la Horda de oro], aprendieron directamente cómo administrar una población dispersa y vivir de ella. (Boorbank y Cooper, 2011)

Por un lado, los rusos son herederos de Bizancio, la cual a su vez es producto de la división entre Imperio Romano de Occidente e Imperio Romano de Oriente. Mientras que la parte occidental cayó en decadencia y posteriormente en la Edad Media, la parte oriental duró casi mil años, hasta que los turcos tomaron Constantinopla y la convirtieron en Estambul. Es importante el señalar que mientras en occidente el latín era el idioma principal, en oriente renegaron del latín y regresaron al griego, aunado a que los monjes Cirilo y Metodio crearon el alfabeto cirílico, que es el usado en Rusia y en Serbia, con lo cual rechazan gran parte de la visión occidental. 

Cabría recordar además que Constantinopla, la capital de Bizancio, era una ciudad que albergaba una inmensa cultura, riquezas, y que era el puente entre las civilizaciones oriental y occidental, dicha cualidad la heredó la Rusia de hoy. Y aquí es donde comienza el conflicto, pues se suele culpar a los turcos de haber destruido a Constantinopla, pero se olvida que antes ya había sido destruida y saqueada por occidente: En el canon ortodoxo, un gran trauma es la cuarta cruzada en 1204 que destruyó por completo Constantinopla. Los caballeros francos acabaron destripando la metrópolis más deslumbrante del mundo, que concentraba en su momento todas las riquezas de Asia. (Escobar, 2022)

Antes de que los turcos transformaran Constantinopla en Estambul ya los francos occidentales la habían herido de muerte, y con ello a todo el espíritu ortodoxo-bizantino. Debido a eso, los rusos como herederos de esa civilización sienten una enorme desconfianza hacia occidente, y no es para menos pues: “Esa era la definición de genocidio cultural. Los francos también estaban alineados con algunos notorios saqueadores en serie: los venecianos. No en vano, a partir de esa coyuntura histórica nació un eslogan: “Mejor el turbante del sultán que la tiara del Papa”. (Escobar, 2022)

Debido a semejantes acontecimientos los rusos han desconfiado en gran medida de occidente, pues: “(…) ven a los cruzados, los caballeros teutónicos y los jesuitas – correctamente, debemos decir – como usurpadores bárbaros empeñados en la conquista del mundo” (Escobar 2022). Desde los cruzados, pasando por los caballeros teutónicos, la Gran Armée de Napoleón, los  nazis, la OTAN etc, occidente sólo ha tenido algo en mente: la conquista del mundo, pero sobre todo el proyecto de someter a Rusia y apoderarse de sus recursos y acabar con su civilización.

Lo que occidente le hizo a Bizancio fue un genocidio cultural y civilizatorio, y es lo que Rusia teme que occidente haga con ellos si permiten ser invadidos y saqueados. Es necesario recordar que a pesar de su decadencia: 

Constantinopla (…) logró realizar un sofisticado juego geoestratégico para seducir a los eslavos, apostando a Moscovia contra el combo católico polaco-lituano. La caída de Constantinopla en 1453 permitió a Moscovia denunciar la traición de los armenios griegos y bizantinos que se unieron en torno al Papa romano, que deseaba desesperadamente una cristiandad reunificada. (Escobar 2022)

Y es aquí donde otro problema serio comienza, pues mientras Bizancio tenía un enorme interés en conservar la diferencia con respecto al occidente latino, éste en cambio quiso eliminar la diferencia, quiso la unión, pero sobre todo quiso que todos los cristianismos se sometieran al Vaticano, y eso es algo que los bizantinos no iban a permitir.

La necesidad de Bizancio y de Rusia por mantener la división radica en que tienen una visión muy distinta del cristianismo, que no aceptaba los dogmas occidentales, y en el que sobre todo desconfiaban del papa y de su supremacía, además:

La Europa latina, para los ortodoxos, es vista como una usurpadora híbrida, predicando un cristianismo distorsionado que sólo se refiere a San Agustín, practicando ritos absurdos y descuidando al importantísimo Espíritu Santo. La Europa de los papas cristianos inventó lo que se considera una hidra histórica, Bizancio, donde los bizantinos eran en realidad griegos que vivían bajo el Imperio Romano.(2022)

Y aquí el asunto sobre la identidad se torna aún más interesante, pues de todos es bien sabido que en realidad Roma tomó mucho de la cultura griega y sólo lo romanizó, por ello no sería raro el pensar que en realidad los griegos sólo aceptaron la dominación romana hasta que ésta decayera para así recuperar sus propios dominios políticos y culturales. De ser eso así, entonces el deseo de mantener a Bizancio-Rusia separada del occidente-latino es el deseo de conservar la propia cultura por encima de cualquier imposición, pero eso es algo que occidente hasta la fecha no es capaz de aceptar, pues desde su visión todos deben occidentalizarse, mientras para Bizancio, y ahora los rusos, eso no es así.

Para oponerse a occidente y así sobrevivir los rusos han usado su cultura tanto como su religión. Entre las filosofías que han desarrollado para mantener su identidad se encuentran la eslavofilia tanto como el eurasianismo, particularmente este segundo: “(…) y sus diversas declinaciones, trata la compleja identidad rusa como una doble cara, entre el este y el oeste.” (2022) Y es que si bien los rusos son cristianos al igual que el resto de occidente, no son católicos ni protestantes, son ortodoxos, y como ya vimos ese cristianismo se opone a los otros dos. Aunado a eso dentro de la misma rusia viven personas de religión musulmana, así como quienes practican ritos de origen pagano.

No olvidemos además que gran parte de Rusia está en Asia, por lo que inevitablemente la influencia asiática en su cultura ha tenido un peso enorme, por lo que, si bien tienen influencias occidentales, también las tienen orientales, ambas son parte de su identidad. Mientras occidente le exige al resto del mundo ser como ellos, los rusos creen que cada país debe ser como su historia y cultura lo han marcado. Occidente cree que todos deberían avergonzarse de sus propias culturas, purificarse de ellas y occidentalizarse, mientras que los rusos no ven la razón de eso.

Ahora bien, tras el operativo que comenzó el 24 de febrero del 2022, las condenas de occidente no se hicieron esperar. Muchas personas de inmediato simpatizaron con Ucrania sin saber de la historia de este país así como de Rusia. Pocos saben por ejemplo que la historia de Rusia comenzó en Kiev con la Rus de Kiev, y que tanto los ríos Volga como Dnieper han jugado un gran papel en la historia de Rusia:

Evitando los estados belicosos y los caudillos rivales de Europa central, los rus abrieron nuevas rutas hacia el sur siguiendo el curso del Volga, desde los puertos del Báltico hasta el mar Negro y Bizancio, y luego remontando el Dniéper. En sus expediciones se encontraron con pueblos túrquicos, cuya tecnología resultaba sumamente útil para un clan agresivo y móvil. La recompensa les llegó cuando alcanzaron el imperio bizantino, con todas sus riquezas, con sus mercados y con su acceso al comercio transeuroasiático.( Boorbank y Cooper, 2011)

El rio Dnieper, hoy en Ucrania y que pasa por Kiev, tiene una salida al Mar Negro, y precisamente en dicho Mar se encontraba la capital del Imperio Bizantino, Constantinopla con la que los rus comenzaron a comerciar para posteriormente dejarse influenciar por su cultura, por su religión, y sobre todo por su necesidad de mantenerse separada de occidente. Si hay un momento decisivo en la civilización rusa fue cuando adoptaron el cristianismo ortodoxo, pues el bautizo fue precisamente en el río Dnieper a las orillas de Kiev:

Vladímir acogió al clero bizantino, cuyos miembros bautizaron en 988 al pueblo de Kiev en las aguas del Dniéper. De Constantinopla llegó un metropolitano para hacerse cargo de los asuntos de la Iglesia. Los clérigos bizantinos trajeron consigo los evangelios traducidos al eslavo, escritos en un alfabeto (cirílico) creado con este fin. En el siglo IX, la Iglesia de oriente había rechazado la postura romana de que sólo ciertas lenguas –principalmente el latín– eran dignas de expresar las palabras de Dios. La apuesta por un cristianismo plurilingüe encajó perfectamente con las ambiciones imperiales de Bizancio, y más tarde también fue sumamente ventajosa para los rus. (2011)

La historia de Rusia, Bielorrusia y Ucrania comenzó en Kiev, el primer reino ruso fue Kiev, y fue el principal por mucho tiempo, pero dejó de serlo cuando la horda dorada, los mongoles, invadieron Rusia y conquistaron varias ciudades rusas, entre ellas Kiev, la cual desde entonces dejó de tener la importancia que hasta entonces había tenido. Hasta nuestros días los rusos consideran a Kiev parte de Rusia, pero consideran que se volvió una ciudad secundaria con el tiempo, y que si bien fue importante, lo cierto es que ya no es así.

Aunado a eso, el cristianismo ortodoxo le permitió a los rus conservar su idioma y su alfabeto, oponiéndose así al latín de la iglesia católica romana y sus pretensiones de controlar los rituales a su conveniencia. De ese modo los rusos obtuvieron una religión pluricultural, y eso les sirvió para poder manejar a distintas poblaciones de una forma no opresiva. Además a pesar de la dominación, los mongoles no obligaron a los rusos a cambiar de religión, y gracias a eso pudieron preservar su cultura, y además lograron que otro reino ruso obtuviera gran importancia: 

Durante los siglos XIII y XIV los sacerdotes cristianos rezaban por la salud de los kanes, y sus líderes viajaban a Sarai para asistir al kan y a su familia. A medida que Kiev perdía importancia, la jerarquía ortodoxa de los antiguos territorios de la Rus fue trasladándose primero a Vladímir y más tarde, a comienzos del siglo XIV, a Moscú. ( 2011)

Así pues, no sólo los rusos lograron conservar su identidad, sino que aprendieron a ser resilientes, de esa manera lograron que un nuevo reino como Moscú se volviera el corazón de Rusia, el auténtico heredero de Bizancio y del cristianismo ortodoxo. Con el tiempo los rusos lograron expulsar a la Horda de Oro  y: “Para conmemorar la derrota de los kanatos mongoles de Kazán y Astrakán, Iván el Terrible ordenó la construcción de una nueva catedral en la Plaza Roja de Moscú. San Basilio”. (Figes, 2021)

El hecho es que todas esas influencias hicieron posible que Rusia forjara una identidad propia, e incluso que le enseñaran al resto del mundo que es posible oponerse a occidente, sobre todo a su afán de dominación. Incluso podríamos comprender a la URSS como un proyecto alternativo que precisamente lo que buscó fue no sólo oponerse al capitalismo, sino a occidente y a sus valores como la libertad de empresa, el lucro por encima de todo, y quizás más que nada a ese individualismo tan exacerbado que muy poco valor tiene en Rusia.

Occidente celebró la caída de la URSS como un triunfo del capitalismo por encima del comunismo. Pero la caída de la URSS fue de hecho una nueva destrucción de Constantinopla, por lo que equivalió no sólo a la ruina de un imperio, sino al exterminio de una civilización. La Rusia postsoviética intentó asimilarse a occidente, pero eso equivalía a ser colonizada y sometida a occidente, por eso es que los años de Yeltsin, y antes los de Gorbachov, fueron los peores de su historia:

La perestroika fue, por sus efectos, un seísmo devastador que destruyó en un lustro la obra de Pedro el Grande, de Catalina y de Stalin; y aplastó al propio Gorbachov, contumaz sin remedio, que siempre se sintió satisfecho de su obra pese a ver el resultado: la URSS hecha pedazos, su riqueza robada impunemente, millones de personas sumidas de golpe en la miseria. (Santos, 2012: 57)

Y es que tanto Pedro el Grande, como Catalina y Stalin se esforzaron por hacer de Rusia (y de la URSS) una potencia, y a su manera y pese a las críticas de muchos liberales y de marxistas occidentales, los tres lo consiguieron. De hecho, incluso personas que vivieron en carne propia la dureza del stalinismo se lamentaron por lo sucedido con la URSS, y buscaron una alternativa a la decadencia liberal de los años de Yeltsin: Vladimir Karpov, pasó cinco años en los campos, condenado a trabajos forzados por criticar a Stalin; y que ahora le ensalza y aconseja a Putin que sea tan implacable como él si quiere eliminar la corrupción y el desorden. (Santos,2012: 58)

El arribo de Putin al poder en Rusia no sólo es parte de un proyecto para defender lo que quedó de la URSS, es un proyecto que busca la supervivencia de Rusia como defensora del legado bizantino, oriental y soviético en oposición al occidente neoliberal, globalista y nihilista-posmoderno. Al caer Bizancio Rusia se declaró la Tercera Roma, podemos decir que al caer la URSS Rusia se extravió, pero justo con Putin, y más ahora con el operativo especial en Ucrania, Rusia ha resucitado y ha vuelto a ser una potencia de nuevo, una que se opone a occidente, así como a la globalización.

 De hecho, proyectos como el BRICS son parte de ese legado ortodoxo y bizantino por crear un modelo alternativo al occidental, y en estos momentos que la decadencia occidental se hace más notoria muchos países buscan desesperadamente unirse a los BRICS para así salvarse de la inevitable perdición occidental.

Tras todo lo visto podemos decir que Rusia es un país que busca defenderse de las agresiones de occidente desde su adopción del cristianismo ortodoxo y bizantino. Ya sean los caballeros teutónicos, la Grand Armée de Napoleón, la Wehrmacht hitleriana o ahora la OTAN y los nazis ucranianos, Rusia buscará siempre defenderse de ellos. Incluso podemos decir que el problema no es Rusia, sino el afán de occidente por seguir dominando al mundo, afán que heredó del imperio romano de Occidente, y que sigue empeñado en seguir.

Evidentemente que habrá personas que se opondrán tajantemente a Rusia, no sólo por oponerse a la OTAN, sino porque el gobierno ruso se opone a las ONG´s, al libre flujo de la sociedad civil, no celebran a la comunidad LGBT ni al feminismo, etc. Es decir, se oponen a Rusia por no ser liberal ni posmoderna, lo cual para quienes defienden todo lo mencionado es simplemente intolerable.  Evidentemente que estas personas simpatizan con todo lo que occidente les ofrece, y ante este conflicto entre Rusia y occidente han tomado partido por quienes apoyan aquello en lo que ellos creen.

Ahora bien, se tiene que comprender que Rusia no impone valores, si occidente quiere imponer todo lo mencionado anteriormente al resto de la humanidad eso ya es una decisión cuasi dictatorial, y países como Rusia, China, India, Irán, Corea del Norte, etc., no lo toleran. Cada país decide qué valores aceptar y cuáles no, no se puede llegar de afuera a imponer nada salvo que se quiera llegar a la guerra.

Lo cierto es que Rusia lleva las de ganar, tienen un mejor ejército, mejores armas, no tienen los problemas de decadencia de occidente tampoco, de hecho están en plena resurrección, por lo que no son los que deben de preocuparse. A final de cuentas la lección de Rusia es que cada país tiene una cultura diferente y debe ser respetada, occidente sólo es una cultura de tantas y no la mejor o principal, no tiene derecho de decirles a los demás como vivir, y considero que eso es algo que un país como México debe tomar nota.

Bibliografía:

Burbank,J y Cooper, F. (2011) Imperios. Una Nueva vision de la historia universal. Barcelona. Crítica.

Escobar, P. (2022) Clash of Christianities: Why Europe cannot understand Russia

  https://thecradle.co/Article/columns/9733

Figes, O. (2021 )El baile de Natasha. Taurus

Santos, A. (2012) Stalin el grande. Barcelona. Edhasa.