La revolución de las ciencias sociales por Aníbal Quijano. Entrevista con César Baldi, Fernanda Bragato y Nelson Maldonado-Torres [1]

Walter de Azevedo

A tres años del fallecimiento de Aníbal Quijano rescatamos esta entrevista que apareció en la Revista IHO On-Line y sitúa la importancia de la obra de Quijano dentro de las ciencias sociales.

El sociólogo peruano Aníbal Quijano, miembro fundador del grupo Modernidad/Colonialidad (M/C), fue uno de los principales investigadores del pensamiento decolonial. A lo largo de sus 90 años de vida se convirtió en una referencia en las ciencias sociales latinoamericanas por la conceptualización de la colonialidad del poder. Falleció en la madrugada del 31 de mayo (de 2018), dejando un legado que corre por la academia y la política de América Latina.

En esta entrevista César Augusto Baldi, Fernanda Frizzo Bragato y Nelson Maldonado-Torres explicaron la relevancia del trabajo de Quijano para las ciencias sociales latinoamericanas.

Aníbal Quijano vivió hasta los 90 años dedicando su vida a la investigación académica. Formado en la Universidad Mayor de San Marcos, en Lima, la primera creada en América, fue influenciado por el marxismo latinoamericano y, a partir de la década de 1990, se dedicó a pensar una teoría de la descolonización. Maldonado-Torres, profesor miembro del grupo M/C, apunta que “su obra es una referencia esencial para entender la modernidad occidental, América Latina y el alcance del giro decolonial dentro y fuera de América Latina”.

El grupo M/C expandió para todas las áreas de las ciencias humanas la propuesta del pensamiento decolonial. En el Brasil se registran más de cincuenta grupos en el CNPq con esa línea de investigación. Fernanda Bragato señala la importancia del legado del peruano: “Quijano revolucionó las ciencias sociales y hoy resulta obsoleto hablar de la colonialidad sin discutir críticamente el legado de la modernidad”.

El concepto de colonialidad del poder desarrollado por Aníbal Quijano apuntó nuevas formas de análisis histórico del capitalismo, de la modernidad y de la colonización. “Quijano es un autor fundamental para destacar como el racismo es invisibilizado en América Latina, como el proceso colonial es fundamentalmente racista y como fueron hechas las clasificaciones sociales, a partir del proceso de la colonialidad del poder”, destaca César Baldi.

¿Cuál es el cambio que Aníbal Quijano propuso en las ciencias sociales?

César Augsto Baldi: Quijano fue fundamental para las ciencias sociales latinoamericanas al prestar atención a la raza como cuestión fundamental. Fue un teórico que trató de mostrar la construcción social de la raza junto con la modernidad y la “invención” de América. Se diferencia de otros autores en varios puntos. Para él, no es Europa la que descubre América y, con ello, el eurocentrismo se convierte en algo fundante, sino que es la llegada a América la que permite la construcción de todo el entramado teórico que fundamenta el eurocentrismo. No es de extrañar que uno de los textos fundantes haya sido escrito justamente con Immanuel Wallerstein, mostrando que el sistema mundo moderno era, de hecho, el sistema mundo colonial-moderno. Es por ello, que él decía que América, la modernidad y el capitalismo nacieron el mismo día, en 1492. Con ello, pone de manifiesto, más que Enrique Dussel, por qué se olvida la primera modernidad, y cómo se ignoró la presencia islámica y negra en la construcción de Iberia. Además, él parte del punto de la heterogeneidad estructural, un punto poco atendido por las personas que divulgan su teoría en general, o sea, que había una complejidad mayor de las estructuras que se movían juntas, conforme se alteraban determinados parámetros. Él fue heredero de José María Arguedas y José Carlos Mariátegui, para quien escribió un prólogo sobre los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. A parte de ello, especialmente a partir del artículo sobre la “Colonialidad del poder y la clasificación social”, destacará la cuestión del género, en la que Yuderkis Espinoza, Rita Guerrero, María Lugones y Ochy Curiel hicieron nuevas aportaciones y mostraron las divergencias con su marco teórico, señalando estas autoras las relaciones entre raza y género desde del punto de vista de la colonialidad.

El colonialismo como sistema político dejó de ser central, desde la descolonización de África, pero lo que Quijano señala es una matriz colonial centrada en la raza que permanece tanto en la primera ola colonial en las Américas como en la segunda en África y Asia, y que persiste en la actualidad. Porque, para él, no hay modernidad sin colonialidad, pero también no hay colonialidad sin hablar de raza. Muchas personas que siguen insistiendo en la teoría decolonial vuelven a borrar la presencia de la raza. Si no fuera por esto, no habría necesidad para el artículo de Quijano sobre Mariátegui titulado “¿Qué tal raza?”. Y de ahí una de las distinciones de su aportación en relación con los postcolonialistas; éstos, generalmente procedentes de las antiguas colonias británicas tienen en cuenta la hegemonía de Inglaterra y Estados Unidos, ignorando que el proceso ya se había iniciado en Portugal y España y se mantenía como patrón de poder. Por eso Quijano no utiliza la expresión subalternidad y no habla de descolonización, porque la colonialidad sigue vigente.

¿De qué modo la teoría de Quijano sobre la colonialidad sigue vigente en América Latina?

César Augusto Baldi.- Quijano es un autor fundamental para destacar la manera en que el racismo fue invisibilizado en América Latina, cómo el proceso colonial es fundamentalmente racista y cómo se construyen las clasificaciones sociales, a partir del proceso de la colonialidad del poder. Tras ello, varias autoras procuraron mostrar su poca atención al género y con esto vieron  nuevos aportes afros y feministas para la discusión. Él intentó mostrar que algunas discusiones no eran de nuestro ambiente, del “mundo de este lado”, sino de Europa. No es de extrañar que autoras como Ochy, Thula Pires y Yuderkis, todas de raza negra, hayan destacado la no pertinencia, para América “Latina”, de las discusiones sobre la interseccionalidad, a partir de los aportes de María Lugones y de las discusiones que Rita Segato, su mayor difusora, viene realizando.

Además, América Latina (una invención también colonial, como ha mostrado Walter Mignolo) ha borrado la discusión con el mito de la democracia racial, mientras que Quijano muestra que la cuestión de la raza es fundamental para entender todo el proceso de la clasificación racial, de la construcción de lo que es o no moderno, de lo que es visto como importante, de tal manera que el eurocentrismo es una manifestación del racismo epistémico, algo que muchos autores hacen que se olvide. El capitalismo es fundamentalmente un capitalismo racial.

¿Cuál es la importancia del concepto de colonialidad del poder para las ciencias sociales?

Fernanda Frizzo Bragato.- El concepto de colonialidad del poder abrió los horizontes de las ciencias sociales porque develó aquello que estaba encubierto por una lectura comprometida con la exaltación de la modernidad y con la preservación de su legado: la colonialidad, es decir, el lado oscuro de la propia modernidad. De ser un fenómeno secundario, el colonialismo pasa al centro de la formación de las relaciones de poder asimétricas de la modernidad. Sin embargo, el colonialismo como proceso de ocupación y/o administración externa de los territorios llegó a su fin en la década de 1970, la colonialidad es característica definitoria de las relaciones de poder que se han impuesto desde la modernidad. Aunque el liberal-individualismo parte de una abstracta igualdad entre todos los individuos, la concepción de la libertad que lo define está intrínsecamente ligada a la de propiedad/apropiación. Pero no hay espacio para que todos prosperen/acumulen, en la menor posibilidad de que el mundo circundante aguante el modelo de acumulación que orienta las sociedades humanas desde que Europa se proyectó como líder del así llamado proceso civilizatorio. Por ello, fueron construidas efectivas estructuras de poder colonial en la modernidad para expurgar al máximo de gente posible de la categoría de lo humano y, para ello, las ideas de raza y género jugaron un papel fundamental. Los discursos coloniales que representaron él (la) otro(a) no europeo(a) como un(a) degenerado(a), un ser inferior, continúan funcionando a toda máquina para mantener a una grande parte de la humanidad excluida de su capacidad real de ser libre. Muchos son simplemente descartables (los/las indígenas, los/las refugiados/as), otros son útiles para la explotación del trabajo (los/as negros/as, latinos/as y los/as asiáticos pobres en sus propios países); otras para reforzar el papel de dominación burguesa-patriarcal (mujeres).

¿Cuál es la importancia de Quijano para la ciencia latinoamericana?

Fernanda Frizzo Bragato.- Quijano nos legó esa importante llave de lectura para comprender la modernidad y el capitalismo en su relación de centro-periferia. Una relación que, al reflejar la lógica colonial, desde el momento de la conquista de América hasta la ocupación de África, se sustenta en procesos de deshumanización, que es cultural, como forma de exclusión política y, en consecuencia, social y económica. Se puede decir que, junto con Enrique Dussel y Walter Mignolo, Quijano revolucionó las ciencias sociales y hoy se ha vuelto obsoleto hablar de la asimetría de poder sin reconocer los efectos de la colonialidad y sin discutir críticamente el legado de la modernidad.

¿Cómo y qué redes de intelectuales pueden percibir su legado?

Fernanda Frizzo Bragato.- Una de las principales redes de intelectuales que moviliza las teorías y los conceptos de Aníbal Quijano y el denominado grupo de investigación Modernidad/Colonialidad compuesto por los siguientes pensadores: Arturo Escobar, Catherine Walsh, Eduardo Mendieta, Edgardo Lander, Enrique Dussel, Fernando Coronil, Javiér Sanjinés, Lewis Gordon, Nelson Maldonado-Torres, Ramón Grosfoguel, Santiago Castro-Gómez y Walter Mignolo, además del propio Quijano. Pero su obra trascendió los trabajos del grupo y llegó a ser cada vez más utilizada en todas las áreas del conocimiento: educación, antropología, derecho, comunicación, etc.

¿Qué ha revolucionado Quijano en las humanidades y las ciencias sociales en América Latina?

Nelson Maldonado-Torres.- Quijano fue un gran pensador latinoamericano que desde muy temprano tuvo una perspectiva muy refinada de la dependencia de la región, evitando el reduccionismo economicista, y que reconoció la importancia de la idea de raza y racismo, más allá de lo étnico, en la organización del sistema-mundo moderno y de las sociedades de ese mundo. En esto fue influenciado por Mariátegui y por varios de sus compañeros en la teoría de la dependencia, pero también por los movimientos indígenas, por el pensamiento y las luchas de los afroamericanos en los Estados Unidos, y por su estancia en Puerto Rico. En este sentido, se debe evitar un cierto “latinoamericanocentrismo”, para reconocer la riqueza de su pensamiento.

¿Cuál fue la participación de Quijano en el giro decolonial?

Nelson Maldonado-Torres.- Quijano fue una figura principal en el trabajo de la red de investigadores(as) y activistas dedicados(as) desde los años 1990 en definir y avanzar aquello que ha sido definido como giro decolonial. Fue el quién acuñó el término de colonialidad del poder y lo colocó en medio del debate, desarrollándolo de forma profunda y precisa. También contribuyó al proyecto de manera importante al identificar y criticar el eurocentrismo y a la descolonización de las ciencias sociales. Todo ello nos ha servido de base para establecer nuestras contribuciones al giro decolonial. Su obra es referencia esencial para entender la modernidad occidental, América Latina y el alcance del giro decolonial dentro y fuera de América Latina.

 

[1] Este texto fue publicado originalmente el 07/06/2018, versión electrónica http://www.ihu.unisinos.br/579682-a-revolucao-das-ciencias-sociais-por-anibal-quijano-entrevista-com-cesar-baldi-fernanda-bragato-e-nelson-maldonado-torres