La Comuna libertaria-poliamorosa-neozapatista de la Universidad. (Un ensayo narrativo)

Carlos Contreras

En la Facultad de Filosofía de la universidad, pero también en la de psicología, existe un colectivo que se hace llamar Los Miserables de la Libertad, son anarquistas, ecologistas, animalistas, indigenistas, feministas, apoyan la deconstrucción del género, pero sobre todo se oponen a todo gobierno sin importar ideologías. Para ellos el único camino es la destrucción del Estado y la creación de comunas libertarias, como la que ellos tienen.

Cerca de la universidad hay muchos terrenos en renta y en venta, y ellos para poder resistir al sistema decidieron rentar uno, y se fueron a vivir todos allí. Viven en una especie de campamentos en donde todo es de todos, y todos se deben esforzar por mantener a la comuna funcionando. Para subsistir se dedican a vender pulseras, manualidades, pero también a sembrar lo que puedan, como maíz y frijol. Por supuesto que tienen contacto con otros colectivos, y eso también les ha ayudado. Para ellos la solidaridad es lo importante. No obstante que han cometido muchos errores como expondremos a continuación. 

Su líder se hace llamar El Chato. Es un señor de 35 años, estudia psicología desde hace 17 años, y todavía no se puede titular. Él asegura que es un luchador social de tiempo completo, y que no pierde el tiempo en pequeñeces, a pesar de que muchos de los que entraron en su generación ya hasta le dieron clases. Si bien aseguran no necesitar de líderes pues son anarquistas, él ejerce su autoridad sobre los miembros del colectivo, de hecho, le encanta adoctrinar a los nuevos miembros, sobre todo a las mujeres jóvenes de recién ingreso a las licenciaturas.

Otro miembro destacado de su colectivo es el Taco, quien estudia antropología, y vive en sus fantasías revolucionarias. Piensa que la revolución está al borde de la esquina, que cada protesta y disturbio es prueba de la revolución que se acerca, y que sin duda la victoria será anarquista, a pesar de que no tiene pruebas de nada de lo que cree. Considera que Michel Foucault es el máximo intelectual revolucionario, y que por eso ya nadie necesita a Marx. Una vez le dijo eso a unos sujetos que se la pasan discutiendo sobre Marx, Hegel y la URSS, éstos sólo se carcajearon de él; hasta la fecha sigue sin comprender por qué.

En todos los 2 de octubre asisten a la marcha que conmemora la tragedia de ese día. Rompen cristales de los bancos, también de cadenas estadunidenses de comida rápida, así como de oficinas del gobierno, asaltan tiendas de comestibles de gran renombre para así destruir al capital, y lo hacen saqueando las botanas y los licores para luego consumirlos en una fiesta. En alguna ocasión arrestaron a dos de sus miembros tras finalizar una de las marchas y ellos en solidaridad comenzaron a cooperarse y a pedir cooperación al resto de los compañeros para así obtener la liberación de los compañeros injustamente encarcelados. Al final los padres de los encarcelados tuvieron que pagar para que los soltaran, pero ellos se colgaron la liberación, y los dos encarcelados son héroes de su comuna ahora.

Una de las formas en las que obtienen fondos es con la venta de café orgánico, el cual venden con vasos que hacen alusión a su lucha, pero sobre todo con vasos que tienen la imagen del EZLN y/o del subcomandante Marcos. Ellos aseguran que al comprar un café la gente demuestra su compromiso revolucionario, y que la revolución cada vez está más cerca. No se ponen a pensar que lo que hacen es fomentar el consumismo, pues en vez de luchar hacen que la gente se vuelva pasiva, pues ésta piensa que cumplen con comprar un café supuestamente revolucionario. Su dichoso café es un fetiche que hace que las personas continúen su día a día dejando al sistema intacto.

En alguna ocasión, para generar más fondos que ayudasen a su comuna decidieron organizar un torneo de futbol en la universidad. No obstante que el torneo estaba amañado, pues lo que querían era quedarse con el dinero de los premios, y para lograrlo inscribieron a varios equipos que estaban llenos de aliados suyos. Sin embargo, un equipo rival los hizo pedazos a todos hasta llegar a la final. Ya en ésta su propio equipo estaba perdiendo contra el rival mencionado, y no soportaron la idea de perder el premio mayor, y comenzaron una gresca muy dura en la que incluso intervino la policía. El torneo se suspendió, no hubo ganador, y desde entonces muchos estudiantes se quedaron con la idea de que son unos pésimos perdedores.

Durante los acontecimientos de Ayotzinapa acudieron a todas las protestas, e incluso intentaron liderar a sus compañeros en la Universidad, pero éstos por lo general prefirieron ignorarlos, con lo cual ellos se sintieron ofendidos pero al mismo tiempo como los auténticos revolucionarios, a pesar de que sólo lograban pelear con los granaderos sin conseguir algo. Un día fingieron llevar a un compañero de Ayotzinapa que dio un discurso tedioso y sinsentido, interrumpiendo a otro compañero que tenía la palabra en el mitin, generando con ello que el compañero interrumpido no quisiera saber más de ellos.

En la Universidad los anarquistas son más numerosos en Psicología que en Filosofía, y eso hizo que como protesta por lo de Ayotzinapa, en Psicología se cerrara la Facultad y pretendieron que la asamblea de Filosofía hiciera lo mismo, pero eso no sucedió. Entonces durante el día por Ayotzinapa los anarquistas encapuchados tomaron las instalaciones de la Facultad de Filosofía desde las siete de la mañana impidiendo las clases. Hubo reclamaciones pues en el documento pactado por la asamblea y los profesores nada decía del cierre y cese completo de actividades, y tanto alumnos como profesores protestaron. Fue hasta que el director de la Facultad les dijo que ellos ni eran estudiantes ahí –lo cual era cierto– que el resto de la Facultad hizo mucha presión y sólo así se fueron.

Por lo general siempre se quejan de la falta de solidaridad de los compañeros, y de que ellos sólo quieren lo mejor para todos. Sin embargo, ellos tampoco se fijan que muchas veces han sido autoritarios, y que eso ha molestado a sus compañeros más de una vez. Ellos creen que sólo las autoridades o el gobierno son autoritarios y no ellos por el simple hecho de ser anarquistas, pero eso simplemente es risible. Ven lo que quieren ver y no lo que les incomoda.

En alguna ocasión se abrió la convocatoria para que los estudiantes compitieran por la presidencia y el control de la Federación de Estudiantes de la Universidad. Evidentemente los anarquistas no iban a desaprovechar la oportunidad, y postularon a uno de sus miembros, el Fer, para gestionar a la Federacion y así ayudar a la universidad y a los compas que más lo necesiten. Compitieron diversas organizaciones estudiantiles, entre ellos sus rivales del Partido Comunista Mexicano, con quienes han tenido choques antes. A ambos les fue terrible en dichas elecciones, fueron de los últimos. Por los anarquistas sólo votaron sus amigos, pero de todos modos acusaron a la rectoría y al gobierno del Estado de amaño en dichas elecciones, lo cual tampoco es falso del todo.

Alguien que simpatizó con ellos desde el inicio fue una chava llamada Luisa, quien desde el inicio se identificó con el libertarismo y el autonomismo que defendían. Por supuesto ni tardo ni perezoso el Chato se acercó a ella para felicitarla por ser tan luchadora, tan libertaria, tan solidaria y sobre todo tan soñadora como él. Por supuesto que se enamoraron de inmediato, no podía ser de otra manera. Aunque cabe aclarar que debido a que practican el poliamor ambos tienen a otros compañeros de ocasión, en el caso de ella a otras mujeres pues quiere practicar con toda su libertad sexual, y en el caso de él otras mujeres también, lo cual a Luisa le ha molestado aunque no quiera reconocerlo.

En alguna ocasión la Universidad entró en crisis, lo que no es novedad, y ellos decidieron que ése era el momento de llevar la rebelión al siguiente nivel, y decidieron tomar por asalto la Torre de Rectoría. Un alumno se lo reportó al director de la Facultad de Filosofía y éste de inmediato buscó a los anarquistas para advertirles que no sólo ponían en peligro a la Universidad sino a ellos mismos. Ellos le respondieron que no les interesaba y que para ellos sólo el anarquismo valía. Al final sólo tomaron simbólicamente la torre de rectoría.

Ilich Guevara[1] ha querido fomentar lazos con ellos, e incluso ha querido asesorarlos, pues piensa que tienen mucho potencial, pero que no saben explotarlo; sin embargo, los anarquistas no quieren su ayuda, y consideran que sólo es un tipo necio y sabelotodo que sólo se quiere colgar de ellos. Aquí se forja una ironía, pues Ilich Guevara todavía se siente joven, pero estos jóvenes anarquistas desconfían de él debido a su mayoría de edad, de modo que la alianza es imposible. Además, para los anarcos resulta molesto su olor a alcohol, a pesar de que ellos también beben.

Es importante señalar que varios de los anarquistas de dicha comuna vienen de familias rotas, en donde hubo ausencia de padre, y por lo mismo suelen desconfiar demasiado de las figuras de autoridad, como policías, profesores, directores, rectores, e incluso sujetos como Ilich Guevara ¡que es anarquista como ellos! Sólo confían en miembros de su propia comuna, la cual es como una familia sustituta. Eso los hace muy unidos, pero al mismo tiempo bastante sectarios, pues tienden a separarse del resto de la universidad cuando están en ésta. Invitan a compañeros de la Universidad a unírseles, pero la mayoría no acepta pues es como una secta, lo cual a los anarcos les molesta aceptarlo, pero no suena lejos de la realidad.

Si bien dicen defender el poliamor, así como toda libertad sexual, lo cierto es que se han generado problemas al interior de la comuna debido a ello. Y es que su líder el Chato aprovecha su papel de líder para salir con varias chicas al mismo tiempo, lo cual ha molestado a otros hombres que desean pareja pero que no pueden porque el Chato quiere andar con todas las muchachas. Sobra decir que las mismas mujeres han entrado en conflicto por lo mismo, pues hay celos entre ellas. Todo eso ha provocado que la armonía poco a poco se haya roto, pero nadie lo quiere aceptar, pues equivaldría a un fracaso, y eso iría contra su deseo de afirmar que se vive mejor sin Estado.

Luisa resultó embarazada de El Chato. Al principio, los dos se pusieron felices. Ella pensó que educarían a su hijo en el libertarismo anarquista, que sería todo amor, pero nada de eso ocurrió. El Chato nunca se hizo responsable del niño, simplemente no quiere dejar de lado su vida en resistencia, ni saber nada de obligaciones. Evidentemente eso enfureció a Luisa y abandonó la comuna. Ahora depende por completo de las becas del gobierno para la subsistencia de su hijo, pero sigue siendo anarquista.

Desde que comenzó el gobierno de la 4T, El Chato y el resto de los anarquistas han abrazado los comunicados del EZLN, así como su postura de completo rechazo al gobierno de AMLO. No obstante que al igual que los chiapanecos, poco o nada han podido lograr. Probablemente uno de sus mayores logros fue cuando impidieron la consulta por la termoeléctrica en Morelos en Buena Vista; incendiaron las casillas y golpearon a los funcionarios de éstas, al puro estilo del PRI y sus bases; la policía los arrestó y ellos de inmediato acusaron a la 4T de represora; sus compas afirmaron que eran mártires políticos, pero los soltaron a la hora y hasta se tomaron una foto celebrando su salida.

Una foto de ellos tras su salida de prisión se hizo tendencia en redes sociales, y los comentarios de la gente hicieron mofas de ellos, como ya son muy viejos para ser estudiantes, actúan como porros, eso solo lo hace la derecha, etc. La realidad es que su sectarismo les impide darse cuenta del rechazo que generan sus acciones. Sin embargo eso les ayuda a victimizarse, a forjar una identidad todavía más sectaria, y con ello defienden su praxis, aunque los guie a la nada, es un círculo vicioso pues.

Con la moda del #me too, así como con la explosión del feminismo radical, ellos decidieron unirse a dicho movimiento, no sólo con el fin de apoyar a las compañeras, sino de colgarse de éste para llevar a más chicas a su comuna. No obstante, las cosas no salieron bien del todo, pues desde el inicio hubo feministas que se quejaron de que entre ellos había varios acosadores, para empezar El Chato (con un hijo de por medio), así como el Taco. Los dos fueron reportados y sus fotos y nombres colgados en una manta de la Universidad donde las feministas anotan a todos los acosadores.

Luego, Luisa publicó en una ocasión en su Facebook que les pedía a las chicas no ser tan ingenuas, pues los compañeros anarquistas no apoyan a las mujeres cuando las dejan con hijos. Abajo le puso otra mujer que eso era cierto, y que los hombres anarquistas solían ser ridículos, pues no pueden ni hacerse responsables de sus familias ya mero iban a defender una comuna o un territorio libre.

La tragedia los alcanzó, y tuvieron que cerrar la comuna que tenían. El problema es que dependían de lo que producían tanto como de lo que obtenían por la venta y cooperación de sus miembros, y muchas veces ese dinero se lo gastaban en parrandas, en fiestas, y no pocas veces El Chato usaba el dinero para irse a pasear con sus novias, dejando el cochinito vacío. Eso trajo molestias entre el resto de los anarquistas, y al final decidieron irlo abandonando, hasta que no quedó nadie. 

Para muchos fue triste lo que les ocurrió, para otros es normal, pues es evidente que los anarquistas suelen ser autodestructivos la mayor parte del tiempo. Sin embargo, nada de eso los detiene, y tienen planes de sobra para continuar la lucha. Para empezar, van a seguir intentando unirse a las marchas feministas, pues las mujeres son lucha, son libertad, son democracia, pero sobre todo porque lo de Luisa ha llegado a oídos de otras anarquistas y ya no quieren saber nada de El Chato, por lo que le urge acercarse a las mujeres de otra manera.

También tienen planeado oponerse con todo a los proyectos de la 4T, pues son ecocidas y epistemicidas, sobre todo al Tren Maya, pues atenta contra la naturaleza y contra las comunidades indígenas. La realidad es que ni el Chato ni el resto de los anarquistas conoce esa región de México, y si bien algunos de ellos han estado en los campamentos del EZLN, sobre todo en la escuelita, no obstante, no han ido más allá, por lo que en realidad al atacar a dicho proyecto lo hacen más desde su discurso pro EZLN que por otra cosa.

Para cualquiera que haya apreciado su manera de operar, es claro que ésta no tiene ni pies ni cabeza. Actúan más por impulso que por el pensamiento, y cuando las cosas les salen mal, en vez de corregirlas hacen hasta lo imposible por empeorarlas. Ellos son libres de creer lo que quieran y de oponerse a quien deseen, lo que uno debe criticarles es su afán de ser algo y ser en realidad completamente lo contrario.

Bibliografía:

Contreras, C. (2022) El anarquista que odia a AMLO. El caso de Ilich Guevara. https://intervencionycoyuntura.org/el-anarquista-que-odia-a-amlo-el-caso-de-ilich-guevara-un-ensayo-narrativo/

[1] https://intervencionycoyuntura.org/el-anarquista-que-odia-a-amlo-el-caso-de-ilich-guevara-un-ensayo-narrativo/