Federalismo energético y la revolución 2.0, o ‘cinismo’ de la oposición

CE, Intervención y Coyuntura

En México, al intensificarse el dominio del proyecto neoliberal (2006), los partidos que hoy son oposición comenzaron a impulsar las llamadas reformas «estructurales», que en el siguiente sexenio serían impuestas mediante una cuestionable alianza denominada «Pacto por México». Particularmente, en materia energética, entre 2013 y 2014 se realizó una verdadera contrarreforma constitucional, amparada en discursos manipuladores, plagados de mentiras y afirmaciones ligeras, basadas en falsos diagnósticos.

Parte central de la estrategia entonces consistió en avasallar a la “opinión pública” mediante el lanzamiento de abrumadoras y masivas campañas en los medios, a través de artículos y entrevistas simuladas (en prensa, radio y televisión) en las que se aseguraba que ni Pemex ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se privatizarían, pero que aun así, se requerían cambios constitucionales, para dar «certeza jurídica» a los inversionistas privados.

Como hoy sabemos, todo se trató de una farsa para  privatizar las funciones reservadas al estado y crear un modelo de libre mercado, “de acceso abierto”. Así, con la propiedad de la nueva infraestructura (y por tanto con el control de los recursos energéticos, tanto de los hidrocarburos como del sistema eléctrico), el control de la política energética “ya no estaría en manos de los ‘monopolios del estado’”.

Hoy, ante la nueva política del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) en materia energética que pretende evitar el despojo, quienes impulsaron e impusieron aquellas reformas se organizan para oponerse. Esta vez sus falsos expertos proponen, en defensa del libre mercado y de la ecología, ampliar los poderes en materia energética a los gobiernos estatales y municipales, limitando los de la federación. Se trata de un grosero intento para ampliar las vías para la privatización de los recursos energéticos de la nación.

Lo anterior se manifestó en agosto pasado, durante un foro virtual titulado «Legislación energética, los retos y oportunidades para la Federación y Estados», organizado por la revista Petróleo y Energía[1], que devino en un carnaval de desatinos y ocurrencias, que pretendidamente constituirían una estrategia política para la oposición para la próxima legislatura.

El evento planteó la necesidad de oponerse al regreso de los “monopolios de estado” y a “defender la protección del medioambiente”[2], aunque la verdadera intención sería la de ratificar y profundizar el poder del libre mercado, para promover desde el ámbito regional proyectos (privados) de generación de “energía limpia”. Los participantes –legisladores y miembros todos de la misma corriente ideológica de oposición, Movimiento Ciudadano y Acción Nacional–, en ausencia de alguna representación de la contraparte[3], ampliaron lo que a su juicio representan los «retos y oportunidades» para la Federación y los Estados, en el marco de la recién inaugurada LXV Legislatura, y las posibilidades de modificar la Constitución. Vale la pena revisar sus planteamientos:

Indira Kempis:

«… acabas de hacer un resumen que a mí me parece grave y preocupante. un país que iba en ascenso al desarrollo económico y de sustentabilidad, que da el sector energético. La incertidumbre jurídica para mí es el reto más importante, porque hoy lo que ahuyenta a las inversiones, lo que nos ha llevado a una lluvia de amparos después de esta fallida Ley de la Industria Eléctrica y Ley de Hidrocarburos, no es cosa menor. Cuando se judicializan los procesos legislativos y no podemos llegar a acuerdos mínimos sobre lo que sigue de esta reforma energética, que no sería más que garantizar e implementar una regulación justa para la transición, entonces ahí tenemos una omisión del Estado mexicano y negligencia. En este sentido la parte más importante de la certeza jurídica no es más que respetar el estado de derecho … para mí la fórmula hoy del Estado mexicano estriba en menos eficiencia y más contaminación.»

Decir que México, luego de la llamada “reforma energética” de 2013, iba en ascenso al desarrollo y la sustentabilidad no solo es un exceso, sino una aberración por parte de la senadora. Vale la pena recordar los objetivos con que fue presentada aquella contrarreforma y verificar su cumplimiento:

(i) Mejorar la economía de las familias: Bajarán los costos de los recibos de la luz y el gas. Al tener gas más barato se podrán producir fertilizantes de mejor precio, lo que resultará en alimentos más baratos.

(ii) Aumentar la inversión y los empleos: Se crearán nuevos trabajos en los próximos años. Con las nuevas empresas y menores tarifas habrá cerca de medio millón de empleos más en este sexenio y 2 y medio millones más para 2025, en todo el país.

(iii) Reforzar a Pemex y a CFE: Se le dará mayor libertad a cada empresa en sus decisiones para que se modernicen y den mejores resultados. Pemex y CFE seguirán siendo empresas 100% de los mexicanos y 100% públicas.

(iv) Reforzar la rectoría del Estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de la industria petrolera.[4]

Dichos objetivos fueron frases vacías de contenido que se constituyeron en lemas y después en mensajes comerciales que, transmitidos hasta la náusea, indujeron el desconcierto en el grueso de la ciudadanía, desalentada luego de los fraudes electorales de 2006 y 2012, e inhibieron su capacidad de respuesta ante el despojo. Reacción que sí surgió en el 2018, cuando se manifestó en las urnas un aplastante rechazo a las políticas neoliberales.

En una apretada revisión de los resultados de aquella contrarreforma, es verificable que los precios de los energéticos no pararon de incrementarse. En un período de solo 10 años, la tarifa Doméstica de Alto Consumo aumentó un 26.8% y la tarifa Comercial de uso General (hasta 25kW) un 25.93%. Mientras que en el sector industrial el precio promedio se elevó un 19%, destacando el precio a la gran industria, que subió un 20.8%. La contrarreforma tampoco corrigió la injusta estructura tarifaria, mediante la cual la tarifa Doméstica de Alto Consumo supera en casi 7 veces a la que paga la gran industria.[5]

Otro beneficio para la gran industria se otorgó de manera furtiva, al permitirles asociarse en falsas sociedades de Autoconsumo con los generadores privados, de modo que se beneficiaron también con los subsidios que dichas empresas reciben mediante el uso casi regalado de las redes de Transmisión y Distribución, mismas que además fueron ampliadas para el efecto, con cargo al presupuesto de la CFE. Ésta perdió así gran cantidad de servicios importantes de su cartera de usuarios y además financió obras de ampliación que no eran necesarias para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) integrado verticalmente, como corresponde a una economía de escala, como fue concebida para la CFE desde su fundación. Un monopolio natural, como se le consideró siempre en la legislación constitucional, porque en México no solo es necesario dotar del servicio eléctrico a las áreas urbanas, sino llevarlo también a infinidad de poblaciones pequeñas, distribuidas por toda la geografía nacional, al menor costo posible.

Por lo anterior, no es casual que bajo el modelo de libre mercado, a los generadores privados solo les interese vender electricidad a los grandes usuarios, en zonas industriales o urbanas. Ni las colonias populares ni mucho menos las regiones rurales, son negocio. Consideran que para eso sí sirve la CFE, a condición de comprar toda la energía generada por los privados y por encima de su propia generación, a la que calificaron de “sucia” –incluida la hidroeléctrica–, para otorgarle la prioridad mínima.

En cuanto a los precios del gas, la llamada transición al mercado de competencia del Gas LP se implementó mediante distintos tipos de concesiones (para Almacenamiento, Transporte, Distribución y Expendio en distintas modalidades, por medio de ducto, de autotanque, y otros) y los precios se diferenciaron regionalmente (como la Luz, según la temperatura ambiente: cálida extrema, templada y tropical) lo que provocó la existencia de diferentes precios del energético en una misma entidad, así como el predominio de unas cuantas empresas concesionarias, que no compiten entre sí, sino que pactan anticipadamente los precios a su conveniencia. En la cadena de distribución quedó al final el reparto y venta a domicilio, eufemísticamente denominado “de última milla”, realizado por comisionistas de las propias distribuidoras, para atender las colonias y barrios populares. En ningún caso el precio disminuyó.

La situación en cuanto al Gas Natural fue similar, ya que éste combustible se distribuye mediante ductos, en zonas urbanas de alta densidad y con población de mayor poder económico, utilizando un sistema regionalizado en exclusividad, en donde solo opera un concesionario sin competencia.

En cuanto al supuesto aumento de la inversión y el empleo, la mayor parte de la inversión extranjera directa que llegó al país no fue productiva, se utilizó para adquirir activos nacionales ya existentes[6], y en cuanto a los nuevos empleos, éstos se caracterizaron por ser precarios, ante la proliferación de figuras de contratación «tercerizada» (outsourcing), a raíz de la reforma laboral también en 2012.

Respecto de la inversión extranjera, cabe decir además que el dato es manejado a conveniencia, contabilizando según su interés, no solamente las nuevas inversiones, sino incluyendo las reinversiones o los movimientos de capital entre compañías. Tampoco se ajusta la cifra cuando una empresa ofrece invertir, pero al mismo tiempo solicita (y obtiene) créditos de la banca de desarrollo, es decir, cuando es el propio Estado quien financia tal inversión.

Por otra parte, ni a Pemex ni a la CFE se les reforzó, sino que por el contrario, a ambas se les impuso un modelo de administración similar al de las empresas privadas, que solo trajo los vicios de éstas, aumentando la corrupción y poniéndolas en riesgo de desaparecer. Hasta antes de la llegada del gobierno de la 4T, ambas empresas estaban condenadas a desaparecer.

Finalmente, la mejor prueba de que la rectoría del Estado tampoco resultó reforzada la dan ellos mismos, cuando “judicializan” todo intento del ejecutivo para poner en orden el ventajismo de las empresas privadas, alegando violación constitucional, cuando fueron ellos quienes impusieron cambios a la Constitución de manera facciosa, quienes se aseguraron de que los llamados «órganos reguladores autónomos» tuviesen más facultades incluso que los poderes ejecutivo y legislativo para evitar cualquier cambio que alterara el llamado modelo de competencia.

Hoy haciendo abstracción de tales atropellos y fracasos, la senadora Kempis propone: “… la creación de instituciones que permitan dar el contrapeso entre lo federal y lo local, porque hoy sí tenemos un agravio muy inconstitucional … que limita la competencia, que limita la inversión privada…”. Es decir, la senadora propone ampliar las vías del despojo, otorgando a los gobiernos estatales y municipales facultades para autorizar la participación privada en el sector energía. Mientras, su verdadera propuesta es seguir «judicializando» toda iniciativa que contravenga sus intereses de facción, como lo confirmó la siguiente participante.

Ana Laura Chávez:

«…estamos trabajando muy de cerca, armando la agenda legislativa del grupo parlamentario del perredé en donde precisamente una de las propuestas torales tiene que ver con esta visión de abrir más hacia el mercado el tema energético … afortunadamente hace unos días el 9 de agosto se dio un fallo en el amparo, que ya sería una sentencia definitiva, que ayudó a parar esta intentona de seguir caminando por la ruta de la estatización y de los monopolios. Entonces por lo menos en este sentido hay que ver que viene, hay que armar todo el andamiaje y la estructura institucional para poder echar a andar todas las oportunidades, tanto estatales como municipales…»

«… pero aparte de la certeza jurídica, yo creo que sobre todo tiene que ver el tema de la culturización sobre la importancia del mercado. Si no lo asimilamos, no nada más el gobierno en turno, que sabemos … tiene una postura ideológica clara hacia la estatización, hacia el impulso de los monopolios, sino que también hacia la sociedad; o sea, si nosotros no hacemos esta culturización y hacemos el sentido común, a partir de la comprensión de la importancia de las inversiones extranjeras o locales, de la importancia de abrir el mercado, de las oportunidades que da el uso de energías renovables en el tema de dotación de energía en general, si no lo hacemos, vamos a tener un proceso de continua deslegitimación y una crítica general que lo único que va a llevar, que ha sido justo el tema histórico, a una desinformación y a la no consolidación e implementación de los proyectos energéticos y de gran escala.»

El planteamiento implica pensar que la República no está constituida por una federación, sino por una especie de confederación, en la cual los miembros pueden modificar, condicionar, o incluso rechazar unilateralmente los acuerdos tomados en común. A partir de allí sugieren que el legislativo modifique a la Constitución para restar más facultades al Estado mexicano. La propuesta es patética porque las competencias en materia de energía corresponden exclusivamente a la nación (Art. 27, CPEUM), con todo y la contrarreforma al 27.

Se trata de polarizar, mediante una estrategia similar a la utilizada por la llamada «Alianza Federalista», agrupada expresamente para oponerse a las decisiones del ejecutivo (el caso más reciente es la controversia constitucional en contra de la extinción de más de cien fideicomisos, entre ellos el Fondo de Desastres Naturales, Fonden, que les redituaba pingües partidas adicionales de presupuesto manejadas a su arbitrio). La idea que subyace es la de aquella ridícula campaña –luego de las elecciones de julio pasado–, en la que se representaba un mapa de la Ciudad de México dividida en dos.

Continuando con la “narrativa” del evento, Abril Moreno, la presentadora, contó una grotesca anécdota para introducir su idea sobre un «federalismo energético» al que calificaría como la «revolución 2.0».

Moderadora:

            «…además de culturizar, nosotros le llamamos democratizar, socializar la energía y la importancia de todo esto, también hemos venido impulsando este tipo de temas como, llámele federalismo energético, llámese revolución 2.0 … entonces sobre esto, entendiendo que el federalismo es un conjunto en donde varios estados se reúnen a conformar instituciones administrativas, de gobierno, legislativas, que generen este apoyo o una guía, una ruta y un orden al estado. También los estados tienen una autonomía de gobierno y también las legislaturas estatales, pero generalmente se basan más con un enfoque quizás fiscal o muy social, entonces … qué podemos hacer desde lo local para impulsar, y desde la parte legislativa, cuál es el papel que les corresponde a ustedes para poder impulsar esto que la senadora y Ana Laura nos han venido diciendo … cómo podemos hacer este tránsito, este camino a la transición energética, qué iniciativas, qué ideas tienen para poder impulsar bajo el marco legal que actualmente –aunque no se respete–, tenemos.»

Manuel Pozo:

«…a mí me interesa mucho lo particular subir a la agenda pública esta situación, tanto el problema como las posibles soluciones. La intervención desde lo local sería importantísima para generar cierta certeza a las inversiones… pero en particular visualizo la necesidad de generar el marco normativo que dé nacimiento a una agencia energética … vemos esto como un vehículo desde lo local que pueda hacer esfuerzos al interior de las administraciones públicas, también como un agente económico, generar política pública en donde incentive el uso de energías renovables por supuesto, pero sobre todo el que también pueda generar las condiciones para generar empresas locales que en su conjunto puedan ser permisionarias en los marcos normativos actuales y que facilite la inversión … una parte fundamental, de las funciones …de esta agencia, tendría que ser este inventario, tanto un censo respecto a la pobreza energética, como también del potencial de la entidad. En el caso local, según información con la que contamos de Sener, sólo 11.78 por ciento de la energía demandada en el estado tiene origen de energía renovable, el resto bueno, pues está centralizado.»

Afortunadamente el diputado local lo aclaró: «por supuesto, es una visión en este momento en lo personal, no es una posición ni de fracción y mucho menos». Bien por él, ojalá recapacite su idea porque no se entiende si lo que quiere son sucursales regionales (estatales y municipales) de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), o de plano convoca a una especie de secesión energética, la “balcanización” eléctrica del país.

Por otra parte, bien haría el diputado en asesorarse adecuadamente sobre la operación de un sistema de potencia y de las ventajas que ofrece un sistema integrado, sobre todo en casos de emergencia. CFE resolvió en cuestión de horas el apagón del 29 de diciembre de 2020 y, en unos días, la crisis de Generación que, por la presencia de un frente frío al Sur de EU a mediados de febrero de este año, provocó la escasez de Gas Natural en México. En ambos casos esto fue posible gracias a la sólida configuración del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y a la reserva de energía que aún posee CFE. Un dato adicional, en el caso del apagón, éste fue provocado por un generador privado de “energía intermitente” (como son la mayoría de las energías limpias que promueve el próximo diputado local[7]); en el segundo caso no hay que olvidar que durante el período neoliberal se privilegió la generación privada a base de Gas Natural, más allá de su disponibilidad local, generando con ello una alta dependencia de dicho combustible y haciendo vulnerable al sistema ante su escasez.

A continuación, la diputada Macías mostró que es posible tener una visión aún más borrosa del tema.

Julieta Macias Rábago:

«… tenemos una política energética enteramente basada en hidrocarburos, obsoleta y que no es rentable para el país, tenemos austericidios en los presupuestos dedicados a la conservación ambiental … constantes declaraciones y decisiones … que merman la confianza en los inversionistas y distorsionan el mercado energético. Condiciones inequitativas entre el sector privado y las empresas productivas del estado … a mí la verdad me angustia que legisladores de la 4T no entiendan, no quieran comprender la gravedad de esto»

De modo que para la hoy exdiputada, no cuenta que la política energética del actual gobierno –esa que combate con tanto rencor, pero sin argumentos–, esté orientada a mejorar la infraestructura hidroeléctrica del país, una fuente abundante y limpia. Tampoco considera que se rehabilitan y repotencian plantas termoeléctricas de CFE para que esta sea capaz de cubrir la mayor parte de la demanda nacional de energía eléctrica (54% según la ley impugnada), con el invaluable beneficio adicional de racionalizar el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos de la cuenca Grijalva-Usumacinta, y así evitar o reducir los riesgos de inundación en las zonas bajas. Tampoco dice que las plantas de combustión que utilizan combustibles contaminantes se mantienen como energía de reserva. Bastaría con revisar los reportes de energía generada (por tipo de tecnología) que emite el Cenace[8] para darse cuenta del equilibrio que guarda nuevamente la canasta energética de México.

A las anteriores medidas, se añade la reducción en la plataforma de producción petrolera lo que permite avanzar en el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia medioambiental, sin comprometer la seguridad energética nacional, como ocurriría de seguir instalando multitud de “plantitas” de energía intermitente. Es posible que lo que realmente angustie a la exdiputada, sea que las empresas privadas pierdan el dominio del mercado de la electricidad y la consecuente consolidación de CFE. Pero eso, es otro asunto.

El resto de las intervenciones terminó de revelar la pobreza argumentativa de esta oposición neo-porfirista, y por ende su incapacidad para elaborar propuestas presentables, por lo que el evento derivó en reunión de afines. La senadora Kempis se quejó de que “todas sus iniciativas” fueron desechadas ¿Cuáles? de las 5 iniciativas que presentaron los senadores de su partido, ninguna fue de su autoría. 4 de ellas no son sino política barata: dos para aplazar el pago de Luz por emergencia sanitaria; una para aplicar la tarifa más baja en zonas de alta marginación y otra para que el presidente de la República tenga que presentar una nueva terna distinta cuando la primera sea rechazada. La propuesta presentada en colectivo es la que resume la visión y los intereses que representa Movimiento Ciudadano en la actualidad: priorizar los proyectos estratégicos de fuentes energéticas renovables; para lo cual «la Secretaría de Energía deberá fomentar el otorgamiento de créditos y otros esquemas para el financiamiento de Centrales Eléctricas de Generación que operen mediante fuentes energéticas renovables»; y, «que los Certificados de Energías Limpias y Renovables sean deducibles hasta en un 50 % tratándose de las centrales de producción de energía renovable y en un 40 % de las de energías limpias.» ¿Nada más?

Inconsecuentes como son, incurren en contradicciones. Por ejemplo, presumen los planes de “electromovilidad” que impulsan “por su cuenta” en las capitales de las entidades donde gobiernan sus partidos “ante la omisión del gobierno federal” –omitiendo mencionar que otro tanto ocurre en la Ciudad de México y otras entidades, que ejecutan planes similares y aún más amplios, también con sus propios recursos–, pero soslayan que esa materia sí es competencia exclusiva de los estados y no de la federación.

No obstante, la senadora insistió en la idea de impulsar la idea de “agencias de energía” locales y más adelante la asesora la respaldó, refiriendo que tales agencias seguirían «el modelo evolucionado de las ‘utilities’ norteamericanas». Seguramente ninguna de las dos ha valorado la eficiencia del SEN en caso de emergencias. De nuevo: el apagón en Texas por falta de gas tardó en resolverse semanas, con todo y ese «evolucionado» modelo que alaban; otro tanto sucede en este momento con los daños que dejó el huracán Ida a su paso por Luisiana y otros estados de la Costa Este de ese país, donde una semana después cientos de miles de personas padecen aún la falta de electricidad. Ello ocurre porque en EU no existe un sistema eléctrico unificado, son sistemas independientes y no “solidarios”, que no están diseñados para apoyarse en caso de falla, porque tienen recursos suficientes a nivel regional para solventar cualquier crisis.

Una cuestión central que esconden ambas entrevistadas en su propuesta es que las agencias que proponen no operarían con recursos privados, ya que solicitan para las permisionarias cuantiosos subsidios y ventajas injustificables para los inversionistas. Eso caracteriza a la Industria Eléctrica, para Generar, Transmitir y Distribuir electricidad a nivel nacional de forma coordinada, segura y confiable, se requieren inversiones cuantiosas y planeación de largo plazo, que solo una economía integrada puede absorber y aprovechar.

La entrevistadora terminó planteando una pregunta a los participantes «¿cómo verían ustedes descentralizar la distribución en el país, que en lugar de que sea a nivel federal, (sea) por regiones o por estados?». El planteamiento, según su ocurrencia, permitiría a los municipios y estados «disminuir sus tarifas eléctricas … tanto para sistemas de agua como para la electrificación». Imposible para los panelistas no reírse (como ocurrió), pero tampoco no estar de acuerdo: toda “puntada” que sirva para desintegrar al SEN y entregar sus funciones estratégicas a los privados será vista por ellos con simpatía.

Ante esta situación, es evidente que la legislatura que recién inició funciones no será terreno propicio para la reflexión. Según la senadora Kempis, en 2024 la ciudadanía «va a cobrar factura» al gobierno actual y ellos estarán preparados para ese momento ¿tiene fuerza tiene realmente MC (ex Convergencia por la Democracia) para tales fanfarronadas? Ninguna. Sus propuestas son oportunistas, pero les han permitido crecer, debido en gran parte al deterioro del PAN, al que pretenden desplazar.

Todavía en 2014, cuando se expidió la Ley de Hidrocarburos y se hizo la reforma a las leyes de Inversión Extranjera, Minera y de Asociaciones Público-Privadas, para abrir a la iniciativa privada las actividades estratégicas de exploración y extracción de petróleo y gas, Movimiento Ciudadano definía como un retroceso histórico, hacer a un lado a Pemex de toda la cadena del mercado de hidrocarburos[9]. En la misma sesión los legisladores de Movimiento Ciudadano calificaron de «traidores a la patria» a priístas y panistas, y a Peña Nieto por proponer una iniciativa que, según señalaron, entregaba la riqueza petrolera a los intereses extranjeros. Algo que no entendimos cambió en MC.

«’Cinismo’ representa la concepción de que la historia no tiene significado, o que tiene múltiples significados igualmente válidos e inválidos, o que tiene el significado arbitrario de nuestra predilección», citaba hace poco (en IyC) César Martínez[10] a Hallett Carr para plantear el reto actual: «esquivar las provocaciones y los intentos de llevar la polarización al pantano de la fuerza bruta; y transformarla en debate político, en práctica de la ética y en rescate de la memoria». Pero, como dijo Leonardo Meza antes, en estas mismas páginas, «La política es mucho más que un voto … Es necesario construir formas de hacer política que rebasen las limitaciones del voto.»[11]

[1] “Legislación energética, los retos y oportunidades para la Federación y Estados”

Conduce Abril Moreno, Petróleo y Energía, 11 ago. 2021

[2] Abril Moreno, Petróleo y Energía. Presentadora. Los ejes de la “discusión”:

  1. El regreso de los monopolios estatales.

«… veníamos de una reforma energética en el 2013, 2014, en donde se había abierto a los mercados, se había abierto la participación; había quedado solamente reguladas al estado ciertas atribuciones como es la distribución y la transmisión para la parte eléctrica, y para la parte de exploración para los hidrocarburos. Pero bueno, llega a un nuevo gobierno, llega la cuarta transformación y entonces en la ideología política de este gobierno viene de alguna forma a tratar de cerrar mercados, a monopolizar, a fortalecer a los monopolios que eran antes monopolios estatales, que ya nada más quedaban como un jugador más, Pemex y la CFE quiere el presidente que sean la palanca de desarrollo de México.»

2.- El incumplimiento de los compromisos internacionales por la crisis climática internacional.

«… estamos viendo que los países, o una buena parte de los países, están transitando a lo que se le llama la transición energética y se está tratando de hacer esta descentralización en muchos países, para que los estados no tengan, no manejen todo el poder energético, sino que a niveles estatales, o cómo está la distribución política en cada país, puedan tener este impulso a las inversiones, este impulso a las energías porque yo siempre he dicho que quién mejor que el gobernador y el presidente municipal sabe las necesidades de sus electores, de su estado, de su gente y entonces son los que en un momento podrían tener esta necesidad de impulsar este tipo de energía.»

[3] Indira Kempis, senadora (Movimientos Ciudadano); Julieta Macías Rabago, diputada federal, LIXV Legislatura (Movimiento Ciudadano); Manuel Pozo, diputado local (electo, PAN) y Ana Laura Chávez asesora de la coalición Va por México y excandidata de esta a diputada.

[4] Reforma Energética, resumen ejecutivo. I Los objetivos de la reforma. https://embamex.sre.gob.mx/suecia/images/reforma%20energetica.pdf.

[5] Ver por ejemplo https://sie.energia.gob.mx/.

[6] La economía mexicana en su laberinto neoliberal, José Luis Calva. El trimestre económico, vol. LXXXVI (3), núm. 343, pp. 579-622, 2019. Fondo de Cultura Económica https://www.redalyc.org/journal/313/31362659004/html/.

[7] Informe final del panel de expertos para revisar el disturbio del 28 de diciembre de 2020 en el Sistema Interconectado Nacional https://www.facebook.com/watch/live/?v=857545195146965&ref=watch_permalink.

[8] https://www.cenace.gob.mx/Paginas/SIM/Reportes/EnergiaGeneradaTipoTec.aspx.

[9] La Jornada, p.3, 29 julio 2014.

[10] https://intervencionycoyuntura.org/historia-polarizacion-en-mexico-y-los-liberales-del-siglo-xix/

[11] https://intervencionycoyuntura.org/la-politica-es-mucho-mas-que-un-voto/