Apuntes sobre la obra La falacia de la investigación en Ciencias Sociales de Pablo González Casanova

Abdiel Hernández

Hay personajes que trascienden el tiempo por sus ideas y un tanto parafraseando a Bertolt Brecht, hay quienes por llevar de manera congruente su pensamiento con sus acciones se convierten en imprescindibles. Así pasa con Pablo González Casanova (PGC), quien en su centenario de vida se consolida como uno de los autores referentes más importantes del campo de las Ciencias Sociales y de las Humanidades por principio de cuentas.

Tuve la fortuna de conocer sobre Don Pablo una vez ingresé al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde él alguna vez fue Rector entre 1970 y 1972. Un tanto el interés de cómo se formaron estos colegios me hizo querer conocer de su vida por aquellos momentos en que tomé en mis manos La democracia en México sin entenderle lo suficiente; sin embargo, al llegar a la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la misma UNAM recuperé el ánimo por adentrarme a su obra. ¿Por qué en ese momento? Pienso que el asumirme como estudiante desde la periferia ayudó en ello, más aún cuando el deseo de saber quién ideó que la UNAM fuera más allá de una concentración espacial, para dar paso a otros contextos para acceder a la educación pública, laica y gratuita.

En ese tiempo comprendí que Don Pablo es de los seres humanos que rompen con el tiempo por sus ideas. Uno de los campos de batalla descubiertos por él, visible en la arena del conocimiento fue el que llamó mi atención. En su obra destaca el tema de la pugna por el conocimiento, presente a cada momento de su obra. Si bien esta categoría parecería estar asociada a la de libertad no lo es tanto si no cuestiona desde un plano temporal-espacial que abarque entre otras, las contradicciones inmanentes a todo aquello producido por la humanidad.

Uno de los temas con los que desarrolla su obra «La falacia de la investigación en Ciencias Sociales» –prologada por Adam Schaff– permite contemplar el tema del conflicto a manera de elemento fundamental para lograr un análisis propositivo. Hecho que confirmará más adelante con su obra Las Nuevas Ciencias y las Humanidades. De la academia a la política, en específico en el apartado las nuevas ciencias y la política de las alternativas.

La crítica de las prácticas del saber-pensar-conocer son uno de los elementos más importantes de su planteamiento, el cual está acompañado del estudio de casos concretos que involucran la reproducción de las condiciones de explotación social, lo cual forma su modelo de investigación alternativa, como lo llamó Schaff. Y esta forma de abordar los estudios en las Ciencias Sociales tiene consecuencias. De la misma manera que Ibn Jaldún en su momento desentrañó las causas de la mentira, González Casanova en su obra La falacia de la investigación en ciencias sociales, comienza a desentrañar lo que un estudio erudito tiende a cubrir bajo el mano de la verdad: la intención de eliminar o acallar los conflictos; el esfuerzo conservador por mantener el status quo social… así como la necesidad de la élite del poder para mantenerse; tal y como lo rescata el mismo Shaff «la tendencia conservadora social opera en el proceso: la intención es eliminar el dinamismo del sistema y la posibilidad de que sea remplazado por otro; lo mismo se aplica a la intención de eliminar, o por lo menos de ocultar, los verdaderos conflictos sociales».

Para este esbozo que intenta señalar algunos de los puntos fundamentales de PGC en torno al saber-pensar-conocer, se vuelve fundamental lo señalado. Ello debido a la actualidad de su aplicación en los análisis cualitativos de la realidad. Por ejemplo, es posible ver a través de ello cómo el poder estadounidense hace todo para impedir ser remplazado en la configuración de un nuevo orden mundial, siendo hasta hoy la guerra su instrumento favorito para ocultar los verdaderos conflictos sociales que existen y se arrastran en su territorio.

¿Dónde es posible ejemplificar lo anterior? En estos momentos de la Historia, en el año 2022, se desarrolla a niveles máximos un conflicto en Ucrania, en donde las operaciones militares solo adjudicadas por la mayor parte de la prensa y los analistas internacionales a los rusos, omiten que el envío de dinero, tropas y demás sanciones político-económico-culturales-tecnológicas y otras son parte de la misma guerra propia del sistema capitalista, mismo que él señala se busca mantener por un lado, pero también controlar su cambio, eliminarlo y establecer un nuevo sistema.

Así, desde el momento en que escribe esta obra, 1967, el pensamiento sistémico que caracterizará su propuesta de pensamiento se construye con base a las que él llama «categorías primitivas del pensamiento social»; es decir: riqueza, poder, explotación, valores y conciencia. Siendo la de poder el eje centrar que se desentraña en su obra icónica La democracia en México (1965). Estas categorías primitivas son explicadas por PGC desde condiciones específicas que existen para producir el conocimiento, de los cuales pienso es posible interpretar los siguientes: cooperación internacional, el problema de trabajar por objetivos (eliminando los contextos), la limitación a lo mero descriptivo, el trabajo multidisciplinar bajo una misma ideología, división intelectual del trabajo (desde quienes formulan las hipótesis, pasando por quienes recolectan los datos y terminando por quienes los interpretan), el favor a tendencias del pensamiento como el conductismo y, no hacer caso a la pluralidad ideológica.

La crítica que hace –desde entonces– a la ciencia social tradicional sobre su insistencia a erradicar el conflicto es fundamental, PGC propone su entendimiento y análisis, más allá de la búsqueda de los medios para controlarlo. En este campo también advierte el hecho de la tendencia a autoerigirse como la ciencia verdadera al rechazar y anular a las escuelas opuestas que no ignoran el conflicto y se oponen al tipo de escuela colonial que «creen que están haciendo ciencia cuando citan a Parsons o hacen un ajuste de tendencias», cuando sucede eso, señala Don Pablo que los representantes de la ciencia tradicional: «dan muestras simultáneas de agresividad e ignorancia».

Este carácter agresivo de la ciencia tradicional y el desarrollo de las ciencias asociadas al conductismo es evidente en las enseñanzas de las dos grandes guerras sucedidas en Europa a principios del siglo XX (Primera y Segunda), en donde se comprendió, en palabras de PGC que «las ciencias sociales se están usando más y más para fines militares». Idea que desarrollaría de manera magistral más adelante en sus obras, en específico en la relacionada con las nuevas ciencias. Es importante también destacar que, en el sentido de conservadurismo del poder –quienes lo detentan– buscan fortalecer las categorías asociadas al desarrollo económico; siendo la alternativa a esto: reconocer la existencia de una lucha y llevarla a un terreno, «lo más consciente y racional que sea posible dentro de la investigación en ciencias sociales […] hasta que aparezca el carácter irracional de la cooperación».

En este sentido, habrá que preguntarse ¿por qué un concepto que parecería ser tan conciliador como lo es el de cooperación encubre vicios del colonialismo epistémico? Y la respuesta, de manera importante se rastrea en otra pregunta ¿quién(es) controla(n) las hipótesis en los llamados marcos de cooperación? Y es en lo que él llama «Nivel de generalización de los conceptos explícitos e implícitos en los diseños de investigación» –estos conceptos incluyen: categorías, hipótesis, dimensiones, características o variables e indicadores– en donde propone de inmediato ir y venir de las «funciones de selección (categorías) y precisión (indicadores)»; la ciencia alternativa, desde su perspectiva, es aquella que debe prever el vaivén selección-precisión, lo cual implica mantener un diálogo permanente entre los conceptos explícitos e implícitos utilizados en los diseños de investigación social.

Desde esta obra también es posible ver un diálogo que a la postre desarrollará en su texto Los trabajadores y la lucha por la hegemonía en América Latina; en donde es pertinente destacar que los cuadros teóricos y las posiciones políticas son elementos ligados a las hipótesis, pero que en esencia «dado el tipo de patrones que han seguido las ciencias sociales, generalmente están ligados a un solo cuadro teórico y a una sola posición política con apariencia de objetividad natural  e impolítica»; el conocimiento resulta rehén de quienes formulan las hipótesis en esta tendencia y también de quienes ya se acostumbraron a no criticarlas y parten de ellas sin un ápice de duda.

Para ir cerrando esta breve exposición que tiene como objetivo que profundicemos en toda la obra de Don Pablo, considero importante señalar también el problema de las generalizaciones y su fundamento cuantitativo, lo que invisibiliza todo aquello que esté fuera de lo que es el caso principal de la investigación, lo cual ocurre cuando se priorizan tanto el modelo como los estudios basados en programas computacionales, para así dar la simulación de un rigor matemático y robustecer aún más el ego científico que se «siente seguro en el terreno de la precisión matemática».

Habrá que pensar entonces qué va más allá de lo que excluyen tanto la teoría de conjuntos como todo aquello que no está representado bajo la curva de la normal estadística, ello ayudará a pensar el conflicto desde otras perspectivas que es donde, de manera precisa se encuentran las alternativas y la existencia de otros mundos posibles. El arrojarse a los brazos del pensamiento mecánico y tecnificado es el camino para reproducir el poder y el colonialismo tradicional e interno, pero no para salir de un largo ciclo de opresión.

El pensamiento de Don Pablo, ha ayudado al quien escribe estas líneas como agradecimiento, a comprender que las categorías tiempo-espacio-conocimiento no están desligadas del conflicto que a su vez es inmanente a lo humano y por lo tanto a lo social, más allá de sus apreciaciones técnicas. Para ello, pienso que es fundamental retomar y profundizar en su propuesta sobre las principales opciones que se hacen al nivel de las categorías: de inclusión y exclusión, de relación y aislamiento y, de orden. De lo que se trata entonces es de no llevar a la reducción técnica el conocimiento.